El rey Juan Carlos, Fraga y González fueron premiados por la dictadura argentina

Antes de entregar el poder, los militares enviaron medallas a personalidades e instituciones españolas, entre las que figuran la Fundación Marcelino Botín y los diarios «ABC» y «El País»

publico.es | Danilo Albin | Bilbao | 1-3-2015

Un régimen tan asesino como moribundo, un país plagado de víctimas inocentes… Y un último gesto hacia quienes los verdugos consideraban sus “amigos”. El 23 de noviembre de 1983, 17 días antes de abandonar el poder que ilegítimamente ocupaban desde hacía siete años y ocho meses, la dictadura argentina envió a su embajada en Madrid un sobre con medallas destinadas al rey Juan Carlos, al ex ministro franquista Manuel Fraga y al presidente Felipe González, así como a otras personalidades, instituciones y medios periodísticos españoles. 

Sus nombres figuran en la circular 3.731 del ministerio de Asuntos Exteriores y Culto de Argentina. Esta nota diplomática —a la que ha tenido acceso Público— llevaba la firma de Mario Corcuera Ibáñez, jefe del “Departamento de Asuntos Culturales” de la Cancillería. Según explicaba dicho funcionario, las condecoraciones se circunscribían “a la adhesión argentina a la celebración del segundo centenario del nacimiento de Simón Bolívar”, una efeméride que se celebraba ese año.

De acuerdo a este documento, la lista de medallas había sido confeccionada en base a las sugerencias formuladas por la embajada argentina en Madrid. No se trataba de una representación diplomática cualquiera: detrás de su fachada, aquella oficina albergaba una red de control y espionaje a cargo de varios represores que seguían muy de cerca a los refugiados argentinos. Esta red criminal habría estado detrás del asesinato de Noemí Gianotti de Molfino, una madre de desaparecidos que fue hallada muerta en un apartotel de la madrileña calle Muralto en julio de 1980. Su crimen, a pesar de las huellas dejadas por sus asesinos, jamás fue aclarado.

Una de las últimas actuaciones de aquella tétrica embajada consistió en elaborar el listado de premiados por el bicentenario de Bolívar. La más alta distinción iba dirigida al Rey Juan Carlos, a quien el agónico régimen otorgó una medalla de plata con su correspondiente diploma. Por entonces, el monarca guardaba la declaración de “Huésped de Honor” que el propio Videla había firmado en noviembre de 1978, en ocasión de la visita de Juan Carlos y Sofía de Borbón a Argentina. Tal como ya reveló Público, el rey aprovechó aquella oportunidad para condecorar a Videla y a sus principales colaboradores. 

Precisamente, la investigación realizada por este medio —que dio a conocer varios documentos reservados con membrete español y argentino— también permitió establecer que Juan Carlos I había facilitado los acuerdos alcanzados por la transición española con la sangrienta dictadura militar. Según esos mismos archivos secretos, la colaboración económica y comercial entre ambos estados alcanzó entonces unos niveles muy altos, superando todas las cifras registradas hasta entonces en las relaciones bilaterales.

Envidia argentina

En aquel contexto, la dictadura incluyó en su último listado de condecoraciones al entonces diputado y presidente de Alianza Popular, Manuel Fraga Iribarne, una de las figuras españolas que más atractivo despertaba entre los militares argentinos. No en vano, los uniformados que habían tomado el poder por las armas sentían una profunda admiración hacia los excargos públicos franquistas que —al igual que Fraga— no habían tenido mayores inconvenientes a la hora de reciclarse en demócratas.

Esa era una de las pretensiones de uno de los jefes más siniestros de la Junta Militar argentina, el almirante Emilio Eduardo Massera, quien llegó a realizar varios viajes a España para empaparse sobre el modelo de la transición. 

En una de sus visitas a Madrid,Massera logró reunirse con el entonces líder del PSOE, Felipe González, otro de los políticos españoles que en noviembre de 1983 —ya como presidente de España— sería condecorado por Argentina con una medalla de bronce. Un par de meses antes, el gobierno de González había premiado al almirante Rubén Oscar Franco —sucesor de Massera al frente de la Armada argentina, bajo cuyo ámbito se encontraba el campo de concentración de la ESMA— con la “Gran Cruz de la Orden del Mérito Aeronáutico”. 

No sería la última: en febrero de 1984, cuando Buenos Aires ya estaba en democracia, González decidió entregar una distinción al diplomático argentino Ricardo Adúriz Salgado, uno de los funcionarios civiles que había actuado como representante de la dictadura en territorio español.

Según el documento que obra en poder de este medio, el régimen argentino también envió medallas al ministro de Relaciones Exteriores del gobierno socialista, Fernando Morán, y al exembajador de España en Argentina, Manuel Alabart, quien en los meses anteriores había mantenido distintos encuentros con varios jefes militares. Esas reuniones eran notificadas periódicamente por Alabart a través de cables cifrados que llegaban al ministerio de Exteriores en Madrid.

En uno de esos informes, Alabart daba detalles sobre la reunión que había mantenido a comienzos de septiembre de 1983 con el brigadier Augusto Hughes, uno de los últimos mandos del siniestro gobierno militar. Sin pelos en la lengua, el militar le había advertido que la “totalidad de las Fuerzas Armadas, monolíticamente, se sienten solidarias con lo actuado en la guerra antisubversión (sic)”, eufemismo empleado por las jerarquías castrenses para justificar las atrocidades cometidas contra miles y miles de personas.

También hubo distinciones para los diarios ABC y El País, así como para el programa Mundo Iberoamericano que se emitía por Radio España. En el listado figuran además el Instituto de Cooperación Iberoamericana, la Oficina de Educación Iberoamericana, el Instituto Español Sanmartiniano, el Colegio Mayor Universitario “Nuestra Señora de Guadalupe”, la Sociedad Bolivariana de Madrid, la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo y el Colegio Mayor Argentino “Nuestra Señora de Luján”. 

Los amigos del Santander

Estas relaciones políticas también tuvieron su capítulo económico, y así se dejaba notar en las condecoraciones otorgadas por Argentina al término de su régimen de horror. Entre los premiados en aquel caluroso noviembre porteño de 1983 se encontraba la Fundación Marcelino Botín, creada por el tío del banquero Emilio Botín. 

Las relaciones de esta familia con la Junta Militar de Buenos Aires se habían consolidado a lo largo de los años anteriores, a tal punto que en agosto de 1976, cuando las denuncias sobre lo que ocurría en Argentina ya alarmaban a la comunidad internacional, la dirección del Banco Santander –a través de informaciones difundidas por periódicos de la época— llegó a mostrar su confianza y respaldo a los militares encabezados por Videla. 

http://www.publico.es/espana/rey-juan-carlos-fraga-y.html

 

► El Gobierno no responde sobre las distinciones concedidas por el rey Juan Carlos I a Videla

El diputado de la Izquierda Plural Josep Nuet solicitó por escrito información al Gobierno sobre las condecoraciones que el Rey Juan Carlos I otorgó a 56 represores de la dictadura argentina de Jorge Rafael Videla . El plazo para responder expiró el 14 de febrero. 

MADRID.- El Gobierno de Mariano Rajoy sigue sin responder por qué España otorgó 56 importantes condecoraciones entre 1976 y 1983 a integrantes de las Juntas Militares y altos mandos del ejército de la dictadura argentina del general Videla, responsable del secuestro, tortura y asesinato de 30.000 disidentes políticos. El diputado de la Izquierda Plural Josep Nuet realizó la pregunta el pasado 1 de diciembre, pero el Gobierno, de momento, se mantiene en silencio.

El plazo para contestar para el Ejecutivo finalizó, según señala la propia web del Congreso, el pasado 14 de febrero y, de momento, el Gobierno no ha cumplido con su obligación. De hecho, el diputado Nuet ha presentado esta semana un escrito en la Mesa del Congreso en el que al amparo de lo establecido por el reglamento de la cámara solicita que el Gobierno dé explicaciones cuanto antes.

Concretamente, el diputado de la Izquierda Plural solicitaba conocer el listado completo de militares, políticos y diplomáticos argentinos que fueron premiados con medallas, condecoraciones y reconocimientos entre los años 1976-1983 en España; los méritos realizados por los condecorados para justificar que se les otorgaran las referidas medallas, condecoraciones y reconocimientos; y si el Gobierno tenía previsto revocar estas distinciones teniendo en cuenta que dichos militares y diplomáticos fueron represores y criminales de una dictadura.

Las, al menos, 56 condecoraciones que el Estado español otorgó a responsables de la dictadura argentina, entre ellos el dictadorJorge Rafael Videla y el almirante Emilio Eduardo Massera, salieron a la luz tras una información de Público en la que se utiliza una importante fuente documental de cartas, informes y documentos oficiales, políticos y diplomáticos intercambiados entre ambos países. 

Distinciones a criminales

La máxima autoridad de la dictadura, Jorge Rafael Videla recibió del Estado español la Gran Cruz de la Orden del Mérito Militar con Distintivo Blanco y de manos del propio rey durante la visita oficial que realizó el jefe del estado español a Argentina en noviembre de 1978, el collar de la Orden de Isabel la Católica. 

Otros altos cargos de la dictadura de Videla todavía mantienen las condecoraciones otorgados por la monarquía española y el gobierno de Adolfo Suárez. De hecho, el último jefe del Estado de la dictadura argentina, el exgeneral Reynaldo Bignone, que se encuentra en una prisión de Buenos Aires, mantiene el distintivo de la Gran Cruz del Mérito Naval con Distintivo Blanco firmada, además, por el rey Juan Carlos. 

También está en esta lista Bignone; el Capitán de Navío Lorenzo de Montmollín, exjefe de inteligencia nava, quien recibió el 3 de noviembre de 1977 la Orden al Mérito Naval de Primera Clase; el brigadier Orlando Capellini, poseedor de la Gran Cruz del Mérito Aeronáutico; el vicealmirante Armando Lambruschini, destacado jefe de la represión, poseedor de la Gran Cruz del Mérito Naval con Distintivo Blanco; o el sustituto de Videla en la presidencia del régimen, Roberto Eduardo Viola, quien recibió la Gran Cruz de la Orden del Mérito Militar, con decreto firmado el 28 de septiembre de 1979.

http://www.publico.es/politica/gobierno-no-responde-distinciones-concedidas.html