Las tareas de exhumación se centran en la clausura del sondeo 12, en la apertura de la franja norte limítrofe con la valla del homenaje a las víctimas, en toda la zona fronteriza con el extremo oriental y la esquina colindante con la puerta de entrada, con todo lo que conlleva de infraestructuras y movilización de medios mecánicos. Las pocas zonas para deambulación hacen necesaria la acumulación de medios materiales y humanos en el extremo oriental, con las carpas de trabajo disponibles pero cuyo límite casi coincide en la vertical con el de la fosa. Siguen apareciendo depósitos de víctimas pero lo que mejor define las zonas de intervención finales es la aparición de una enorme actividad funeraria, tanto contextos primarios como secundarios.
Podemos comprobar cómo el límite oriental se extiende casi al pie de la zona de ubicación de los antiguos nichos y cómo el ángulo suavizado de la zona sureste se corresponde en realidad a una extensión de la fosa hacia la zona de los nichos. Todo esto conlleva un aumento en metros cuadrados de la fosa en relación a las estimaciones de partida.
Es importante que dejemos claro que la finalización de la exhumación de víctimas no es asimilable en el tiempo a tener todo despejado de restos de actividad funeraria y al terreno preparado de forma definitiva. En las siguientes imágenes se aprecia que trabajamos ya en los límites de fosa según lo previsto.
