El Periódico
VIERNES, 9 DE OCTUBRE DEL 2015
El nivel de infamia que ha conseguido TVE con la entrevista deBertín Osborne con Carmen Martínez Bordiú es difícil de superar (En la tuya o en la mía, TVE-1). Qué impudicia moral. Qué indecencia histórica. La gran televisión publica de España transformada en impostora sobre la figura del dictador. Sirviendo de plataforma a la nietísima para que dibuje un retrato manipulado y amañado de aquel que se hacía llamar El caudillo. Dibujándolo en clave de abuelito inofensivo y entrañable. Y emitiendo, impulsando TVE, una fenomenal cascada de fotos y grabaciones en plan homenaje hagiográfico. Este trabajo hace palidecer incluso al NO-DO en su época más propagandística y canalla. Ese clima, ese tono, que TVE y Bertín prepararon fue para que la nieta pudiera desplegar la idea de que Franco era simplemente un abuelete de una familia normal, con poder, sí, pero muy humana, muy cordial, muy simpática. Pongamos una muestra, tomada al vuelo, del mezquinotrompe-l’oeil que fueron incrustando a lo largo de la velada:
-¿Y qué hacías en El Pardo, Carmen, cómo os lo pasabais? /Jugábamos en el jardín, merendábamos y veíamos películas en el cine que había en el palacio / ¿Y qué películas le gustaban a tu abuelo, Carmen? / Todas, todas. Dirigió incluso una que se llamóRaza, sí, sí, yo no la he visto pero él fue el director. Pero mi abuelo no se metía en nada. No le interesaba el sexo. Se ocupaba del poder. A veces nos regañaba si nos poníamos bikini, cómo nos regañaba. / ¿Y tu abuela? La llamaban Carmen collares / Si, sí, pero es que tenía el cuello muy elegante, largo, y con los años le salieron arrugas, y claro, como que entonces no había botox se las tapaba con perlas, que tanto le gustaban.
Y mientras la abuelita Carmen se tapizaba el cuello con perlas fantásticas, y el abuelito miraba películas en palacio, las cunetas de los caminos de España se iban llenando de cadáveres. De eso ni pío, claro.
Se cuidaron también de orillar la fortuna acumulada por la familia advirtiendo: Mi padre dejó una herencia insignificante. Y despejaron toda responsabilidad sobre si el pazo de Meirás debería ser devuelto a los ciudadanos de Galicia, sus verdaderos propietarios, señalando que eso es cosa de mi madre, lo que ella haga, bien hecho está.
Después de este infame lavado de cara de los Franco, el presidente de RTVE, antes de dimitir, debe comparecer en sede parlamentaria.