Gines (Sevilla). Comienza la busqueda de una fosa con los cuerpos de dos mujeres asesinadas.

LOS ARQUEOLOGOS BUSCAN EN GINES LA FOSA OCULTA DE DOS MUJERES ASESINADAS POR LOS FALANGISTAS

para TLN/ Nuestra Memoria/01/10/2021

Mañana viernes 1 de octubre por la tarde, se iniciarán en el cementerio municipal San José de Gines, los trabajos para la exhumación de los restos de dos mujeres asesinadas durante el golpe de estado del 36, que eran vecinas de Umbrete. Esta es la primera excavación que se lleva a cabo en Gines desde la Guerra Civil y la realizarán los miembros del equipo que está excavando en el cementerio de Sevilla la fosa de Pico Reja, dirigido por el arqueólogo y antropólogo forense Juan Manuel Guijo.

Se trata de buscar los cadáveres de Josefa Morón Sánchez y de Pilar Expósito Fernández. Sabemos que la primera, conocida en Umbrete como “Pepa la de los cinco duros” tenía 47 cuando la mataron, era la mayor de nueve hermanos estaba casada y no tenía hijos, aunque se encargaba de la crianza de su sobrina, hija de su hermana pequeña y madre soltera. Pepa regentaba una pequeña tienda situada en la Carrera, cerca de la antigua carbonería. Sabía leer y escribir y era una mujer preocupada por los problemas sociales. Cuando llegó la Republica los sindicatos y algunos partidos de izquierda lanzaron una campaña para recaudar dinero destinado a las familias de los capitanes Galán y Hernández, que habían sido fusilados en los estertores de la Monarquía por el levantamiento de Jaca. Esa campaña incluía entre otras cosas la venta de caramelos con las fotos de los dos militares. Se vendían en muchos sitios y entre ellos en la tienda de Pepa. Ella no tenía ninguna relevancia política ni pertenecía a ningún partido, que sepamos.

Conocemos que un grupo de falangistas entró en su casa en una fecha indeterminada de agosto de 1936 y se la llevó por la fuerza a la cárcel del ayuntamiento de Umbrete. Allí se encontró con Pilar, a la que habían encerrado siguiendo el mismo procedimiento.

Pilar, conocida en el pueblo como “la de María López”, era una joven de 24 años, estaba soltera y trabajaba en el campo cuando tenía ocasión. Su madre, buscando su liberación, pidió la intercesión de algunos de los terratenientes del pueblo para los que Pilar había trabajado. Pero sin éxito. La joven vivía en una corrala, en cuyo patio a veces celebraban actos los partidos de izquierdas. No conocemos que ningún otro vecino de la corrala fuese represaliado por ese motivo

Un grupo de falangistas y paramilitares sacaron a Pepa y a Pilar de la cárcel del ayuntamiento de Umbrete y las llevaron a Espartinas. Sabemos que la comitiva hizo una parada en la venta Barrera, hoy desaparecida, pero que en aquella época se localizaba en el camino que va desde Espartinas a Gines, cerca del río Pudio. A continuación, las llevaron hasta una zona de Gines llamada “La Calera” donde las asesinaron, probablemente después de vejarlas y torturarlas puesto que los testigos oyeron gritos e insultos en la noche.

En la desaparición de los cadáveres intervino activamente la Guardia Civil de Gines, cuyo comandante José Quesada Cantos fue un fiel colaborador de los golpistas. Intervino también la gestora del Ayuntamiento impuesta por los sublevados, de quien dependía el cementerio y al menos estuvo al tanto el párroco Juan Bautista Gago Moreno, que controlaba los enterramientos. El cura Gago, conocido como “el cura viejo”, borracho, salaz y jugador, era uno de los fascistas del pueblo con pistola bajo la sotana.

Conocemos el operativo desarrollado por la Guardia Civil para enterrar clandestinamente los cadáveres de Pepa y de Pilar. Primero obligaron a los vecinos, que estaban tomando el fresco nocturno a las puertas de sus casas, a meterse dentro y a cerrar las viviendas. Evidentemente no querían testigos.

Después fueron a los domicilios de tres vecinos: Al de Teodoro G. C. que era propietario de un camión. Al de Rogelio Pérez Rodríguez, y al de Juan Antonio H. G. A Teodoro le obligaron a ir con el camión a la zona donde estaban los cadáveres de las dos mujeres y a Rogelio y a Juan Antonio a cargar los cadáveres en el vehículo, a cavar una fosa y a enterrarlos durante la noche en el cementerio municipal.

Conocemos los detalles de este entierro abyecto porque los contó Rogelio, antes de que le fusilaran en las tapias del cementerio de Sevilla en el otoño de ese mismo año. Describió el lugar donde estaban sepultadas y dijo que había colocado el pañuelo que llevaba en la chaqueta en la cara de una de ellas para que no le entrara directamente la tierra. Él era un destajista y también se dedicaba a la venta de tierras y ganado. Tras el entierro permaneció varios días en la cama en estado de shock. También tenemos indicios, por otros testimonios orales, del lugar donde se localizan las tumbas en el cementerio

Desde hace varios años familiares vivos de Rogelio han investigado y hecho gestiones sobre estos criminales sucesos, apoyados por la Asociación Nuestra Memoria, la Asamblea de familiares víctimas del franquismo y las asociaciones de Memoria Histórica de la Plaza de la Gavidia.

A principios de Julio de 2018 se presentó la documentación completa a la Administración autonómica, en cuyos cajones durmió un largo olvido. A mediados de febrero del año en curso, por fin, el ministerio de la Presidencia, a través de la Federación Española de Municipios y Provincias, resolvió aprobar una subvención para buscar en el cementerio de Gines los restos de las dos mujeres asesinadas y enterradas furtivamente.

Vencidas las trabas burocráticas y los silencios con los que algunas administraciones han rodeado estos sucesos, ha llegado al momento, 85 años después de los asesinatos, de buscar los cadáveres de Pepa y Pilar. Eso es lo que el equipo forense hará este fin de semana en el cementerio de Gines. Está previsto que la excavación se complete en un máximo de dos días.