Guerrilleros de Jaén posan la posteridad… y se cavan su propia tumba

Operaban en la Sierra Sur de Jaén y al frente de ellos estaba el legendario Tomás Villén. Se hicieron tomar esta foto para desafiar a la Guardia Civil, pero el gesto les saldría muy caro

ANDALUCESDIARIO.ES | ANTONIA MERINO | 23-7-2016

En ocasiones una foto es mucho más que un simple retrato. En este caso, la fotografía es el testimonio gráfico de uno de los momentos más cruentos de la historia de España en tiempos de paz. Esta imagen, que ha permanecido oculta durante 70 años, muestra a un grupo de hombres que opuso resistencia al régimen franquista y que fue perseguido con saña por la Guardia Civil hasta eliminarlos. Al frente del mismo estaba Tomás Villén Roldán, más conocido como ‘Cencerro’, el legendario guerrillero jiennense cuya valentía hizo que la Guardia Civil pusiera precio a su cabeza.

El documento gráfico capta a un líder desafiante, en el centro, acompañado de otros guerrilleros que al igual que él huyeron al monte en una feroz lucha contra el régimen del general Franco. La imagen, además de insólita, forma parte de un relato salvaje de la represión que dejó un saldo de 86 muertos y más de medio millar de personas encarceladas en los años de la posguerra solo en la comarca de la Sierra Sur de Jaén.

SIERRA SUR DE JAÉN, AÑO 46

Según sostiene el escritor e historiador Luis Miguel Sánchez Tostado, la estampa posee una gran relevancia histórica que él ha tratado de documentar. “Es mucho más que un foto de época, es un documento inédito de un gran valor no solo por lo que representa, una fotografía inusual de la guerrilla y el dramático final de todos los que posaron, sino por el contexto en el que se obtiene. Es la crónica implícita de la lucha antifranquista y de un líder combativo que consiguió poner en jaque a las autoridades de la época. Yo díría que la foto se tomó entre los últimos días de agosto o primeros del mes septiembre del año 46”.

Para el historiador jiennense, la imagen fue utilizada por los agentes sublevados para identificar y capturar a los integrantes del grupo. “Conforme eran abatidos marcaban una cruz y los enumeraban y en el reverso anotaban sus nombres. Seguramente la foto cayó en manos enemigas tras una redada en la que fueron abatidos Diego Gómez, ‘Chirri’, colaborador de ‘Cencerro’, y de los hermanos Juan y Carlos Rivera, ‘Riverillas’, de Albolote (Granada). Estos últimos huían de interrogatorios y torturas”, apunta Sánchez Tostado tras un exhaustivo trabajo de investigación que le ha servido para contextualizar e identificar a los protagonistas de esta “fascinante foto”.

DESAFÍO TOTAL

Sus rostros, explica, reflejan el espíritu “desafiante” de un grupo de hombres armados que tratan de hacer una exhibición de fuerza mostrando un “importante” arsenal. La realidad, añade, era muy distinta porque el armamento de que disponían no era tan potente como querían hacer ver: escopetas de caza, pistolas, fusiles y bombas de mano de fabricación casera. “Pese a ello, esta demostración de fuerza tenía un motivo, insuflar ánimos a los campesinos, en sus mítines en los tajos, y trasladar la imagen de una organización fuerte que luchaba por la continuidad de la República”.

Según Sánchez Tostado, el retrato coincide en un momento de compás de espera en Europa tras la conclusión de la Segunda Guerra Mundial. “Los guerrilleros se crecen y hacen demostraciones de fuerza pensando en una posible intervención internacional tras la derrota de Hitler en Alemania, Mussolini en Italia y el aislamiento inicial al que sometieron al régimen de Franco. Pero esta intervención para liberar al pueblo español de la dictadura no llegó producirse”, sentencia el historiador jiennense. “Y no se produce por temor a que los comunistas se hagan con el gobierno y conviertan a España en un satélite del bloque soviético dada la posición estratégica de nuestro país”.

UNA TRAMPA MORTAL

Pero en ese impasse, la guerrilla se muestra esperanzada creyendo que la situación podía cambiar con la ayuda de los aliados. Esa euforia lleva a “Cencerro” a protagonizar este posado fotográfico clandestino para mostrar a los campesinos su fortaleza y recabar apoyos para un levantamiento popular, “sin pensar que la imagen se convertiría en una trampa mortal al caer en manos enemigas, como así sucedió”.

Antes de sentirse abandonados por la comunidad internacional, mantienen sus escaramuzas a las que la Guardia Civil responde con interrogatorios, torturas, fusilamientos y aplicaciones de la Ley de Fugas que se saldan con la huida de familiares y amigos. “Hay que tener en cuenta que la orden que tenían los agentes era poner fin a cualquier tipo de conato de la guerrilla”, subraya Sánchez Tostado e incide en la dureza y en la magnitud de esta represión que se ejerció contra los maquis, “que llevaron a condecorar a los agentes que mataban a maquis como si fueran piezas de caza”.

LA VIDA IMPOSIBLE

Una vez asume el abandono por parte de la comunidad internacional, los integrantes de la guerrilla de la comarca de la Sierra Sur comienzan a caer y sus familiares buscan el anonimato en ciudades más grandes. “La vida en los pueblos de la sierra, recuerda, se hace imposible. Se les señala como rojos, no se les da trabajo, a las mujeres le rapan el pelo o sufren registros intempestivos por la noche. Es una convivencia infernal que les empuja a refugiarse en poblaciones grandes donde pasar desapercibidos”.

Abandonada a su suerte, la guerrilla liderada por ‘Cencerro’ fue cayendo en los meses sucesivos hasta su desaparición a manos de la Guardia Civil. De aquella época, solo permanecen el miedo y el silencio de los vencidos que aún temen hablar de aquellos años. Esta fotografía es una rebelión contra el silencio.

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