“Estamos para facilitar el acceso a la información pública”
Henar Alonso es archivera del Estado, una profesión a la que llegó más por formación que por vocación, pero tras más de 20 años como usuaria de los archivos se considera «una activista» y firme defensora del derecho de acceso a la información
18.02.2024
Henar Alonso comenzó a trabajar como archivera más por formación que por vocación, pero a día de hoy se considera «absolutamente vocacional». De hecho, hace años decía que era «archivera de rebote», pero tras más de 20 años como usuaria de los archivos se considera «una activista».
Nacida en Valladolid e hija de trabajadores de Fasa Renault, se crió en el popular barrio de Los Pajarillos y estudió en un colegio religioso porque, como indica, «mi familia se empeñó en elegir una opción religiosa». Su etapa universitaria discurrió entre Valladolid, donde se licenció en Derecho, y Burgos, donde realizó el curso de posgrado en Derecho Público Europeo y una tesis doctoral que dejó sin terminar para poder prepararse oposiciones.
«Me presenté a los archivos porque mi formación jurídica inicial implicaba estudiar instituciones y consultar fuentes de archivos», señala Henar, que incluso escribió un libro sobre el feudo de Extremadura entregado a la ciudad de Cuéllar y trabajó durante un tiempo como becaria en la Universidad de Burgos y también en los archivos de Chancillería de Valladolid y Simancas.
Cerrada la vía universitaria, «con la formación que tenía vi que las oposiciones para cuerpos y escalas de archivos del Estado tenían unos requisitos formativos que encajaban con mi perfil y por eso decidí dejar la tesis doctoral a medio hacer y preparar las oposiciones», explica. Se presentó a dos cuerpos de distinto nivel y aprobó los dos, de forma que le dieron dos destinos, el Archivo General Militar de Segovia y el Archivo de Simancas, y se decantó por el segundo. «Yo estaba encantada de estar en el Archivo de Simancas, porque además toda mi familia es del valle del Duero».
Pero como comenta, «la vida de muchas vueltas y a mi marido le mandaron con destino definitivo a Cebreros y nos vinimos a Ávila». Aquí estaba el Archivo General Militar, donde en ese momento había una plaza vacante y primero solicitó una inscripción provincial y luego ya se vino con plaza definitiva.
Sobre su profesión señala que «la gente ve a los archiveros como personas que custodiamos tesoros o guardamos secretos y es todo lo contrario. Los archivos y los archiveros estamos para facilitar a la gente el derecho de acceso a la información pública. Nosotros trabajamos en archivos históricos nacionales dependientes de ministerios y en el caso de Ávila, el archivo histórico nacional que tenemos pertenece al Ministerio de Defensa y gestiona documentación histórica del Ejército de Tierra, y lo que hacemos es facilitar a los ciudadanos el acceso a los fondos que tenemos», aclara.
En el Archivo General Militar de Ávila, que tiene documentación relacionada con la Guerra Civil y con toda la actividad del Ejército durante la dictadura franquista, «con la promulgación de la nueva Ley de Memoria Democrática, nos están pidiendo mucha información sobre antepasados que estuvieron en el exilio, que participaron en la guerra, porque por ejemplo hay personas que pueden adquirir la nacionalidad española si son descendientes de exiliados», explica Henar Alonso, quien añade que «lo importante no es custodiar cosas históricas y bonitas, sino facilitar a la gente la documentación que necesita para ejercer sus derechos, y eso es realmente apasionante y por eso hablo de ‘archiactivismo’, porque no todo el mundo está convencido de que la documentación pública es de todos los españoles y que lo único que puedes hacer es gestionar aplicando la ley».
Son ya 15 años los que Henar Alonso lleva en el Archivo General Militar de Ávila, más los cinco que estuvo en el de Simancas, pero como indica, «como usuaria de archivos llevo unos 25 años». «La ventaja de haber estudiado Derecho e Historia es que tienes una perspectiva también de lo que fue el pasado y de lo que ha sido la evolución histórica y legislativa, pero entre otras cosas, una de las que me interesa más es el derecho de acceso a la información, el mismo que utilizan los periodistas», subraya.
En ese sentido apunta que «mientras en otros países se está acudiendo a los archivos para recuperar lo que pasó en las dictaduras, sin necesidad de leyes de memoria histórica porque tienen las leyes de información y de acceso a la información que garantizan que esa información no se puede destruir, ni manipular, ni restringir, en España todavía nos cuestas y por eso digo que hay un porcentaje de activismo y de compromiso que es lo que hace más atractiva esta profesión».
activismo político. Henar Alonso también se caracteriza por su activismo político, que como ella misma dice, le viene «de siempre, supongo que por el hecho de haber nacido en un barrio obrero y de ser hija de gente que no pudo ir a la universidad porque tuvieron que trabajar desde los catorce años. Esa mentalidad de que tu padre necesita dos trabajos para poder llegar a fin de mes, de que tú tenías que hacer las cosas con becas y que había cosas que podías hacer y otras que no, todo ello te da una conciencia ya desde que naces. Y luego el hecho de haber vivido en varias ciudades, de alquiler, son circunstancias de tu vida que te hacen darte cuenta de que perteneces a una clase social determinada y que hay otras clases sociales con peores condiciones que tú y otras mucho mejores, y que hay formas en las que eso se puede repartir mejor. Eso tiene una ideología clara»
Pero Henar no se mueve por siglas de partidos, sino por «una ideología más centrada en que los bienes son de todo el mundo, frente a aquella basada en conservar cada uno lo que tiene y que cada uno tiene sus propios méritos».
Ya en época universitaria estuvo vinculada al asociacionismo y siempre ha tenido ese carácter reivindicativo de que «juntos somos más fuertes y podemos hacer las cosas mejor, y que cuanto más se redistribuya la riqueza y más nos esforcemos en comunidad, vamos a ser mejores». Por ello, en su vida siempre ha primado «lo colectivo sobre lo personal», porque como afirma, «yo soy de barrio, en Burgos viví en Gamonal, en Valladolid en Los Pajarillos, en Palencia en Pan y Guindas y en Ávila vivo en San Nicolás».
Reconoce que nunca había pensado presentarse en unas listas a las elecciones (fue concejala de IU en el Ayuntamiento de Ávila), pero seguramente le llevó a ello su activismo social. «No era algo que yo buscara, pero fue una experiencia que disfruté. Económicamente desde luego no merece la pena, al menos para los que no estábamos liberados, pero me pareció algo normal, dedicar una parte de mi tiempo de descanso, de mi familia, a los demás y gestionar lo público, lo que es de todos, con sus ventajas y sus inconvenientes. Es algo bonito, independientemente de que tengas éxito o no, y no me arrepiento, aunque tampoco tengo la necesidad de repetirlo», explica.
Eso sí, reconoce que esa etapa como concejala de IU también supuso alguna decepción, «pero como todo en la vida». «Yo creo que lo importante es que seas coherente contigo misma y como era independiente, no veía que estuviéramos haciendo nada malo, aunque otras personas sí lo pensaran», comenta Henar, quien asegura que «lo pasé peor por cómo lo pasaron mis compañeros que estaban más implicados, que lo pasaron realmente mal, pero yo estaba muy tranquila».
Con su paso por la política institucional se cerró una etapa, pero durante este tiempo ha mantenido su activismo político a través del asociacionismo, como miembro de Cámbium, «un grupo de gente que seguimos teniendo inquietudes políticas y que podemos haber sido cargos públicos o no, podemos haber estado en partidos políticos o no, pero que lo que nos gusta es que esta ciudad tenga más posibilidades y no tenga miedo a desarrollarlas». «Ávila tiene ventajas muy evidentes y unos inconvenientes también muy claros y lo que queremos es abrir la ciudad a más posibilidades», subraya.
Su objetivo involucrándose en estas iniciativas de carácter social y político es, como dice, «ver que hay discursos alternativos a los mayoritarios. Además, en una sociedad como la actual, que busca siempre el titular corto, que no se para a pensar, hay que intentar ampliar la capacidad de visión porque nos da la sensación de que esta ciudad tiene muchas posibilidades, pero se va cerrando, y lo que queremos es lo contrario, ir abriendo».
«Nosotros buscamos la calma, el consenso, sacar otros temas y otros puntos de vista», explica Henar Alonso, quien recuerda que tiene «el triste honor de ser la última concejala de Izquierda Unida en la ciudad de Ávila, pero se trata de mantener un poco ese espíritu crítico y ese espíritu comunitario, frente a ese individualismo tan potente de las nuevas generaciones».
Y de cara al futuro, Henar comenta que aunque ya en las últimas elecciones municipales le propusieron integrar listas en dos formaciones, «en este momento de mi vida estoy volcada en otro tipo de activismo político, en todo lo referido al derecho de acceso a la información y en asociaciones que procuran modificar leyes, por ejemplo, presentando alegaciones a la ley de información clasificada». Y es que, como señala, «no es dejar de hacer política, sino dejar de ser cargo público».
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