Huelva. ACTUALIZADO. Rafael Adamuz rescata el primer macrojuicio sumarial del franquismo.

Rafael Adamuz rescata el primer macrojuicio sumarial (Consejo de Guerra) del franquismo.

El periodista presenta la novela histórica ‘La memoria varada’ A través de unas cartas inéditas, reconstruye el episodio de los mineros onubenses de La Pañoleta

Elena Llompart | Huelva | 4-3-2015

Cuando el periodista Rafael Adamuz atendió la llamada de Luis Cassà no fue consciente de lo que esta significaría. El riotinteño contactó con la pionera sección sobre Memoria Histórica del magazine de Canal Sur Radio para realizar una petición relacionada con el episodio de los mineros de La Pañoleta. Quería saber cómo conseguir el certificado de defunción de su abuelo, Luis Marín Bermejo, y Adamuz le puso en contacto con varias personas.

Meses después, un cámara de Andalucía Directo pidió al periodista que reprodujera la llamada de Cassà para un reportaje que preparaba. Fue en ese momento cuando Adamuz se enteró de que aquel hombre que un día llamó a su programa era el padre de su compañero. Este último le comentó que al morir su tío encontraron las cartas escritas por Luis Marín Bermejo cuando estuvo preso en el barco Cabo Carvoeiro junto a otros 69 detenidos.

Este “diario en toda regla” supuso el punto de partida de un reto en el que el coordinador de la redacción de Canal Sur Radio en Huelva ha estado inmerso durante cuatro intensos años. El resultado es La memoria varada, una aventura literaria -la primera- en la que rescata los sucesos del 19 de julio del 36, cuando una columna minera onubense, a la que debía unirse otra compuesta por la Guardia Civil y fuerzas de asalto, llegó a las proximidades de Sevilla para combatir el golpe militar que acababa de triunfar allí.

El grupo, compuesto en su mayoría por jóvenes mineros y campesinos, fue reclutado por políticos republicanos que lideraron la marcha, planeada desde Madrid. Sin embargo, no alcanzaron la capital hispalense. A las puertas de la ciudad, en la barriada de La Pañoleta, los mismos guardias civiles que tenían órdenes de acompañarles les tendieron una emboscada.

“La orden se dio desde Huelva, a raíz del estallido del alzamiento, procedente del general Pozas, que tenía en ese momento las riendas del gobierno republicano. Pero el fallo garrafal fue encomendar esa misión a Gregorio Haro”, comenta. El resultado: “nueve muertos y setenta detenidos” encerrados en el Cabo Carvoeiro, la prisión improvisada en un barco de cabotaje atracado en el Guadalquivir.

En sus estrechas bodegas, en pleno verano, permanecieron en condiciones inhumanas y fueron sometidos al fin a un macrojuicio que fue, según sostiene el periodista, el mayor Consejo de Guerra celebrado en los albores de la Guerra Civil en España.

La propuesta de Adamuz “no es una novela al uso”. El autor ha creado un puzle y novelarlo “no ha sido fácil”, tal y como reconoce. El lector será el encargado de descubrir las piezas, tendrá que colocarlas. El juicio, la reconstrucción de los hechos de La Pañoleta, las cartas de Luis, la investigación, así como lo que sucede en Huelva y la historia de Haro centran las tramas propuestas. Las historias que laten en las páginas del libro arrancan en un mismo tiempo y, aunque aparentemente no tienen nada que ver unas con otras, más tarde convergen en un final único, un desenlace sorprendente.

Las cartas de Marín Bermejo constituyen el corazón de la novela y arrojan datos inéditos. En ellas, “Luis muestra la incertidumbre y el desconcierto propios de quien se encuentra preso de la noche a la mañana. También reflejan el día a día, los sentimientos que experimenta al no tener a su familia y al saber que no saldrá del barco. Sus letras están llenas de dramatismo y rabia porque es consciente de que va a morir”.

Los destinatarios de las letras de Luis son tres: Ángela, su esposa; Marín Bermejo, su cuñado, que vivía en Sevilla y tenía cierta influencia en el Puerto; y Juanito, un sobrino vinculado a la Hermandad de la Macarena. Ambos hicieron por ayudarle, extremo que forma parte de una de las tramas de la novela y que fue constatado por Adamuz en su investigación.

Junto al epistolario, las otras fuentes de las que ha bebido el autor para reconstruir la historia son “el expediente 95-36”, que constituye “el grueso y columna vertebral” de la novela. Sus más de 700 folios fueron desmenuzados y transcritos por el investigador. “Ahí viene todo, desde la detención hasta los fusilamientos. Me he servido del proceso sumarial, que incluye las declaraciones de los 70 detenidos, lo que ocurre tras los mismos, el posterior Consejo de Guerra con las intervenciones del fiscal y las sentencias, además de dos atestados, el de Camas y el de Sanlúcar, que me han valido para reconstruir fielmente los hechos”, explica.

En esta ópera prima “ardua y compleja”, el lector se verá inmerso en un juicio del 36 e irá atando cabos y sacando sus propias conclusiones a partir de las declaraciones judiciales que en dos días se hicieron en el barco a estas 70 personas, lo que “dice mucho del interés que había por parte de los militares de resolver pronto el asunto, aunque luego los dejaron más días en el barco”.

Adamuz, al que le brillan los ojos cuando habla del agradecimiento que algunas personas le han transmitido al tener conocimiento de su trabajo, aporta en esta obra una tesis propia -avalada por expertos- tras analizar el Consejo de Guerra, aunque advierte que será el lector el que tenga acceso a la misma. Eso sí, confiesa que le sorprendió tanto lo que descubrió que tuvo claro que tenía que escribir una novela para hacerlo público.

Lo que no duda en desvelar es que en este trabajo son importantes todos los nombres. No en vano, que los 70 implicados estuvieran presentes fue “una condición irrenunciable” para escribir la novela. Además, el periodista se siente parte de la familia de Luis Marín Bermejo porque desde el principio asumió los hechos como si hubiera sido su abuelo o bisabuelo el que hubiera formado parte de la columna.

Pero esta empatía no sorprende a quien le conoce. Porque Adamuz siempre se ha sentido muy cercano a los represaliados del franquismo, a “todas aquellas personas que sufrieron los crímenes e injusticias del golpe militar y del régimen fascista posterior”. Su propia familia, según asegura, “también sufrió sus consecuencias”.

Introducida por una frase de Baltasar Garzón, (“La memoria fortalece el futuro de los pueblos. No olvidar sucesos como el de La Pañoleta nos muestra la urgencia de la justicia“), la novela será presentada a las 19:00 de esta tarde por el propio autor, acompañado por Juan Cobos Wilkins, en la Facultad de Derecho. Ediciones Atlantis pone a la venta desde hoy este grito contra el olvido en el que ha puesto todo su empeño.

http://www.huelvainformacion.es/ocio/detail.php?id=1975674#opi

 

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Una novela recrea el primer macrojuicio sumarial del franquismo

Andalucesdiario.es | Ana Isabel Cerro | 25-2-2015
Mineros detenidos en Sevilla en 1936. // ICAS-SAHP. FOTOTECA MUNICIPAL DE SEVILLA. ARCHIVO SERRANO.

“La memoria fortalece el futuro de los Pueblos. No olvidar sucesos como el de La Pañoleta nos muestra la urgencia de la justicia”. Esta frase de Baltasar Garzón para La memoria varada introduce la primera novela del periodista andaluz Rafael Adamuz, una obra que desmenuza el macroproceso judicial que padeció una columna de mineros y campesinos reclutada para combatir en Sevilla el golpe militar de 1936 y apresada a traición. “Nunca pensé que Garzón accedería a leerla. Cuando me comunicaron que le había entusiasmado mi trabajo no me lo creía. Para un autor novel como yo es un honor que el máximo exponente de la lucha por la Memoria Histórica avale de esta forma mi primera obra literaria”, señala Adamuz.

En La memoria varada, que Ediciones Atlantis pondrá a la venta el próximo 4 de marzo, el autor desgrana el procedimiento y posterior Consejo de Guerra que un grupo de militares llevó a cabo contra los setenta detenidos, recluidos en las bodegas del Cabo Carvoeiro, unbarco-prisión atracado en el Guadalquivir que sirvió a posteriori para acoger a cientos de presos políticos durante los inicios de la Guerra Civil. En el buque, los componentes de la columna permanecieron en condiciones inhumanas más de un mes y medio tras su detención en La Pañoleta, la barriada próxima a Sevilla donde sufrieron una sangrienta emboscada por fuerzas de la Guardia Civil y de Asalto enviadas desde Huelva por el gobierno de La República.

UNA ESCABECHINA

“Fue una escabechina y una traición en toda regla. Los mismos que tenían órdenes de acompañarles les prepararon una encerrona y todo saltó por los aires, incluidos los cuerpos de los fallecidos”, recuerda el autor. Precisamente, Gregorio Haro Lumbres, el comandante de la Guardia Civil que tenía órdenes del Gobierno de la República de unirse junto a sus hombres a la columna minera, se erige en La memoria varadaen uno de los protagonistas. “Tenía claro su plan y no dudó en ejecutarlo. Llegó, se pasó al otro bando y esperó a los mineros para darles un escarmiento sin ningún tipo de escrúpulos. Sabía que algunos camiones transportaban dinamita y dispararon contra ellos. A los pocos días tuvo su recompensa y se convirtió en el Gobernador civil y militar de la Huelva falangista”, recuerda Adamuz.

Para reconstruir los hechos, el periodista utiliza el expediente sumarial 95/36, compuesto por más de 700 folios, y se sirve de las cartas inéditas escritas por Luis Marín Bermejo, uno de los reclusos mineros del Cabo Carvoeiro. A través de ellas, el reo logró cruzar información con distintos parientes, incluida su mujer, Ángela, otra de las principales protagonistas de la novela. “Esos textos son una joya en sí mismos. Cuando supe de su existencia me puse en contacto con la familia y le pedí el material, que había permanecido oculto desde que todo sucedió. No hay ni una sola coma cambiada. Hablan por sí solos”, destaca Adamuz.

DATOS INÉDITOS

En las cartas, que verán por primera vez la luz, su protagonista arroja datos históricos hasta ahora desconocidos, incluso, para los propios investigadores. “Pero no sólo eso. En ellas hay mucho dolor, mucha emoción, mucha rabia. ¿Qué puede decir un hombre que se considera inocente antes de morir? Luis Marín Bermejo tuvo tiempo de hacerse esa pregunta y, sorprendentemente, de responderla. Hay mucho dramatismo en esos textos. Son el corazón de la novela”, explica el autor.

Pero La memoria varada va más allá. Adamuz rescata en ella las declaraciones judiciales de los setenta detenidos y parte de sus biografías, un trabajo de investigación que le ha llevado cuatro años. “Esta no es una historia inspirada en hechos reales. Es, en gran medida, una historia real. Todo tiene su origen en un atestado, en un auto o en una diligencia judicial”, señala. Según Adamuz, “nunca antes en nuestra literatura se había desmenuzado un macrojuicio de estas características con un desenlace tan vergonzoso y sorprendente”. “El final es indignante, terrorífico. Me refiero a lo que sucedió antes de que el tribunal dictara sentencia. No puedo desvelarlo pero estoy seguro de que removerá conciencias”, advierte el autor. Tanto es así que Adamuz se planteó en origen hacer una tesis aunque al final optó por el género literario.

UN FINAL DE INFARTO

“Me sorprendió tanto lo que descubrí, resulta tan impactante… que elegí la novela con idea de llegar a más público. Desde cualquier punto de vista, aquellos hombres fueron condenados injustamente pero averiguar el modo en que ocurrió rompe con todos los esquemas, incluido el jurídico. Fue algo tremendamente mezquino que tiene que darse a conocer”, apunta.

En pocas horas, La memoria varada verá la luz y Adamuz verá cumplido de su objetivo: “Es la historia de los olvidados, de los olvidados de la Historia. Quería contarla. Tenía que contarla. Ahora los nietos y biznietos de aquellos hombres podrán saber la verdad. Ésta, para mí, es la gran aportación de esta novela: el valor de la información que está a punto de salir a la luz y que he trabajado pensando en ellos, en la recuperación de una memoria perdida, de una memoria varada…”.

http://www.andalucesdiario.es/ciudadanxs/una-novela-recrea-el-primer-macrojuicio-sumarial-del-franquismo/