Jaén. “Luz” para dos desconocidos campos de concentración.

Serán incluidos en el Inventario de Lugares de Memoria Democrática

Jaén. 17/01/2018

Fueron unos meses de 1939 muy desconocidos de la historia de Higuera y Santiago de Calatrava. “Me ha ocurrido que, al hablar de estos campos de concentración en clase, algún alumno de allí me comentaba extrañado que nunca había escuchado hablar de ellos”, recuerda el profesor de la UJA Santiago Jaén Milla. Solo conocían, como explica el investigador, que sus abuelos, después de la guerra, sin haber tomado parte en ella, fueron echados de sus casas. Pero los pueblos vacíos, precisamente, no se quedaron. Nada más finalizar la Guerra Civil, en abril de 1939, se creó en Higuera de Calatrava un campo de concentración que llegó a albergar a 10.075 presos republicanos. De la misma época y de características similares, en el campo de concentración de Santiago de Calatrava en 1939 se encontraban detenidos 4.800.

Así lo recoge el informe que el Colectivo para el Estudio de la Historia Social de Jaén, del que Jaén Milla es vicepresidente, acompañó a su petición, en 2011, de la inscripción en el Catálogo de Lugares de la Memoria Histórica de Andalucía de los “campos de concentración de presos del franquismo, edificaciones y obras realizadas por los penados en municipios de la provincia de Jaén,” además de su posterior “protección y señalización con leyendas que explicasen las características y significado” de estos espacios. Y, ahora, esta solicitud está más cerca de ser satisfecha. El BOJA acaba de publicar el acuerdo del 11 de enero de 2019, de la Dirección General de Memoria Democrática, de incoación del procedimiento para inscripción en el Inventario de Lugares de Memoria Democrática de Andalucía del Campo de Concentración de Santiago e Higuera de Calatrava. Este procedimiento está previsto en el artículo 24 de la Ley 2/2017, de 28 de marzo, de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía, la que el acuerdo firmado entre el PP y Vox para apoyar el nuevo Gobierno de la Junta pretende “modificar” para convertirla en una “ley de concordia”.

Si llega a completarse el procedimiento ya iniciado, los campos de concentración de Santiago e Higuera —que ya en 2017 fueron declarados Lugares de Memoria Democrática junto a otros 13 en toda Andalucía que se sumaron a los 50 que ya se reconocieron entre 2011 y 2013 — aparecerán en el Inventario de Lugares de Memoria Histórica de Andalucía, en el que ya aparecen el Refugio Antiaéreo de Jaén, los vestigios de Lopera y las fosas comunes de los cementerios de Andújar, Linares, Úbeda y Martos.

La petición del Colectivo para el Estudio de la Historia Social, como recuerda Santiago Jaén, surge tras un trabajo de inventariado que el profesor inició en el año 2009, en el que recogió estos dos campos de concentración, de los que no existían ya vestigios físicos pero sí documentación y publicaciones anteriores de historiadores como Javier Rodrigo y el jiennense Luis Miguel Sánchez Tostado. Este último, como explica, logró recoger testimonios orales de personas que los conocieron.

Uno de los objetivos de esta catalogación sería la instalación de carteles indicativos e informativos de los campos de concentración en los que se recoja “el nombre del lugar, fecha en la que fue escenario de la actividad represiva y una leve explicación que permita a los ciudadanos conocer aspectos de la historia de dichas localidades hasta ahora desconocidos o silenciados”. “Con esta información de los campos de concentración, el Colectivo para el Estudio y la Historia Social de Jaén pretende que los ciudadanos sean conscientes de cuál fue la función de estos campamentos y en qué condiciones vivieron los presos durante los años que estuvieron en ellos”.

La estancia de quince días de Zabaleta

Los campos de concentración de Higuera y Santiago, como apunta el profesor de la UJA, no eran de trabajo, sino “de clasificación”. Allí permanecían los prisioneros mientras eran investigados y clasificados militar y políticamente. “Cuando al preso se encontraba culpable de un delito contra la España Nacional se enviaba a alguna de las cárceles de la provincia, a la espera de juicio, de donde podía salir hacia un largo periodo de reclusión o directamente para ser fusilado. Otros, los menos, tras obtener los avales necesarios, fueron puestos en libertad pudiendo regresar a sus localidades”, explica. Fue el caso del pintor Rafael Zabaleta y de su amigo Cesáreo Rodríguez Aguilera, quienes estuvieron quince días allí. Según Sánchez Tostado, “a los primeros prisioneros se les utilizó para cercar el pueblo con machones de madera y alambrada de espino que se hallaban en las trincheras próximas. En pocos días, el campo de concentración de Higuera albergaba más de cuatro mil hombres. Como el espacio físico que ofrecía este municipio era escaso para las continuas expediciones que se recibían, las autoridades militares acordaron habilitar, a mediados de abril, otro campo de concentración de mayor tamaño en Santiago de Calatrava, separado de Higuera sólo 10 kilómetros. El campo de Santiago era de mayor tamaño al abarcar su perímetro buena parte de su término. Su extensión debió superar fácilmente los 20 kilómetros cuadrados.” Los campos de concentración de Higuera y Santiago tuvieron una vida corta, desaparecieron a finales de 1939 cuando terminó la labor de clasificación, limpieza y distribución por cárceles y cementerios.

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