Jaén. San Eufrasio, un cementerio muerto

andalucesdiario.es | Antonia Merino | 1-11-2014

Asunción R. C. , acompañada de sus dos hijas, ha viajado más de 900 kilómetros para asistir al acto organizado por la Asociación para la Memoria Histórica de Jaén en el viejo cementerio de la ciudad, San Eufrasio, para venerar a los represaliados en la Guerra Civil. Hace algo más de dos década supo que los restos de su padre yacían en Jaén en la fosa 702. Su padre, capitán del ejército republicano, murió en el convento de Santa Úrsula, convertido durante la contienda en prisión. Tras sus muros de piedra, vivieron los reclusos que la prisión provincial de Jaén no podía alojar. Este centro penitenciario conoció durante la guerra el mayor hacinamiento de su historia. Más de 4.000 hombres estuvieron recluidos en un edificio sólo para 80. Una dolorosa historia que se mantiene viva en los recuerdos de esta mujer que todos los años viene desde el municipio catalán de Terrassa (Barcelona), para honrar la figura de su padre, “mientras pueda, seguiré viniendo”, afirma.

Y todos los años por estas fechas, esta familia granadina, visita el cementerio de San Eufrasio. Realiza el mismo camino, el que le lleva hasta el lugar donde se levanta el monumento en honor a las víctimas del franquismo. Y como todos los años, la indignación y el estupor se cuela en sus entrañas. El deterioro del camposanto de la capital resulta imparable. Nichos que se desmoronan, rejas que impiden el paso a los visitantes por temor al derrumbe de sus paredes, panteones derruidos, lápidas sueltas… Un escenario estremecedor para las familias que acuden al cementerio viejo de Jaén cuando llega el Día de Todos los Santos y el Día de los Difuntos. El resto del año permanece cerrado. Está inactivo desde hace una década: tuvo que ser clausurado a final de 2012 por el peligro que suponía su estado ruinoso. Las quejas y denuncias de vecinos y familiares se hacen más notorias cuando se aproxima esta celebración.

UN CLAMOR SIN RESPUESTA

Mientras los ciudadanos claman por una mejora del recinto, las administraciones se culpan mutuamente de su abandono. El alcalde de Jaén, José Enrique Fernández de Moya, recuerda que la titularidad es de la Iglesia católica” y por tanto su propietario es el Obispado. Asimismo fue declarado por la Junta de Andalucía Bien de Interés Cultural (BIC), aunque ésta no ha invertido ni un solo euro en estas instalaciones”. El regidor jiennense insiste en que su equipo de gobierno del PP “sí ha efectuado obras de emergencia en este cementerio y no ha metido en los cajones informes de un posible derrumbe como sí hicieron en 2009 PSOE e IU”. La inversión realizada por el Ayuntamiento durante esta legislatura se eleva a 37.000 euros, cantidad “que hemos destinado a tareas de emergencia, teniendo en cuenta que su propietario es el Obispado y la Junta de Andalucía no ha invertido nada a pesar de declararlo Bien de Cultural”. Y sentencia: “También es su obligación preservar el patrimonio y realizar intervenciones de emergencia”.

La polémica con el antiguo cementerio de Jaén viene de lejos, no solo con su cierre al público por su estado ruinoso. Hace un año se anunciaba su privatización para que una empresa se hiciera cargo de las instalaciones y acometiera la “rehabilitación del cementerio viejo”. La última propuesta del alcalde pasa por su ‘musealización’. “Por lo que merecería la pena que todas las partes implicadas nos pusiéramos de acuerdo para determinar su presente y futuro”, subraya.

UNA PELEA INTERMINABLE

El PSOE, por su parte, asume con cierta ironía los argumentos del alcalde, que culpa siempre a la Junta y a su partido de todos los males que afectan a la ciudad. “Busca siempre un punto de confrontación”, afirma Manuel Fernández Palomino, secretario general del PSOE de la capital, “en vez de buscar puntos de encuentro”. “Por ejemplo, explica, se puede buscar la financiación del 1% cultural (la Ley de Patrimonio Histórico establece la obligación de destinar en los contratos de obras públicas una partida de al menos el 1% a trabajos de conservación o enriquecimiento del Patrimonio Cultural) como solución a un problema”, que tiene un importante trasfondo económico. No obstante, reitera que la conservación del cementerio viejo corresponde al Consistorio. A él le compete “la conservación del mismo, y la búsqueda de financiación para su rehabilitación”.

En esta misma línea, opina el presidente de la Asociación Cultural Iuventa, Rafael Cámara, que recuerda que fue su asociación quien en el año 2001 solicitó su declaración como BIC. Desde el 2011 está catalogado como parte del conjunto histórico de la ciudad. Cámara va más allá y llega a calificar al camposanto de “zona catastrófica”. “Es inadmisible el estado tan deplorable que presenta el cementerio”, lamenta el presidente de Iuventa; e insiste en que es el Ayuntamiento de la capital el responsable de su conservación, “porque hablamos de un espacio que es de índole municipal”.

Por su parte, el presidente de la Asociación Patrimonio y Movimiento Social (Patmos), José Manuel Higueras, también apuesta por la recuperación del camposanto y la puesta en valor de sus valores históricos, culturales y arquitectónicos. “Lo que no es comprensible es que carezca de proyecto alguno”, ya que si se quiere pedir la implicación de otras administraciones, como la Junta de Andalucía, “primero habrá que saber qué se pretende hacer”, según Higueras, quien ha recordado que desde Patmos se envió en su momento un dossier con algunas propuestas, aunque no han tenido respuesta.

PANTEONES ARRUINADOS

Iuventa, la asociación de fotógrafos “18mm” y la asociación cultural Patmos tienen previsto solicitar al Ayuntamiento la posibilidad de realizar un inventario fotográfico de lápidas y panteones que aún sigan en pie. “El objetivo, según Rafael Cámara, es crear un archivo histórico para poner en valor un recinto que es un “ejemplo de cementerio decimonónico”. “Sus tumbas, panteones y mausoleos, añade, son de un gran valor histórico y nos permiten trazar un boceto de la historia de Jaén a través del recuerdo de los personajes ilustres enterrados en dicho recinto”. En su patio central, el visitante descubre una colección de lápidas funerarias de singular rareza, o la de los padres del ilustre pintor José Nogué Massó, que ofrece sus retratos al óleo. Entre los mausoleos destacan el de Rodrigo de Aranda, Conde de Humanes, concebido como una pirámide triunfal, o el del conocido doctor Martínez Molina, que ofrece un aspecto más científico que religioso. Tumbas de poetas, médicos ilustres, toreros y un largo etcétera de hombres y mujeres desconocidos que fueron parte fundamental en la historia del viejo Jaén.

Iuventa propone transformar el cementerio de San Eufrasio en un gran parque donde el visitante puedan admirar el patrimonio histórico y artístico que descansa en el camposanto. Un fenómeno relativamente novedoso en nuestro país, pero París, Roma, Viena o Londres incluyen sus cementerios entre sus atractivos turísticos y muchos de ellos reciben más visitas que los museos. Es lo que se llama ‘tanoturismo’, visitar una necrópolis por puro placer.

El presidente de Iuventa recoge unas palabras del que fuera cronista de la ciudad Rafael Ortega y Sagrista, que denominaba al cementerio de San Eufrasio como “el amable cortijo de los muertos”.

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