Julia Álvarez Resano, la primera gobernadora civil de la historia

Julia Álvarez Resano fue una pionera. Una de las primeras mujeres en ocupar un escaño en el Parlamento y en acceder a la magistratura, además de primera gobernadora civil de España. Este 19 de mayo se cumplen setenta años de su muerte en México.

NUEVATRIBUNA.ES | FERNANDO OLMEDA | 18-5-2018

“Mi marido es sastre y se gana la vida cortando trajes, nada podéis decir de nosotros. Pero vosotros la ganáis explotando a los obreros”. La voz de Julia Álvarez Resano tronó en el Congreso el 20 de mayo de 1936, cuando interrumpió desde su escaño la intervención del diputado cedista Dimas de Madariaga durante el debate de un dictamen sobre el proyecto de ley de derogación de los jurados mixtos de trabajo. Así era esta maestra y abogada navarra, quien, por su capacidad oratoria, podría haber alcanzado la dimensión histórica de Dolores Ibárruri, con quien compartió micrófono en un multitudinario acto político en la plaza de toros de la Ventas. Pero sus cometidos durante la guerra civil y el hecho de haber caído en desgracia en el PSOE durante la posguerra la convirtieron en una figura olvidada por la historia.

Nacida en 1903 en Villafranca (Navarra), Lorenza Julia Álvarez Resano ejerció el magisterio en Navarra y Vizcaya hasta que aprobó la oposición de directora de una escuela graduada en Madrid en 1934. Fue abogada de la Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra, vicepresidenta de la Asamblea Provincial de Trabajadores de la Enseñanza de Navarra y militante del PSOE. No fue elegida diputada en las elecciones de 1933. En diciembre de 1935 se casó con el Amancio Muñoz Zafra. Ambos fueron elegidos diputados en las elecciones de 1936. Según recogen las memorias de Manuel Azaña, comenzaron a  ser conocidos como los “reyes católicos” porque eran inseparables. 

La provincia de Madrid eligió ocho parlamentarios. 6 fueron del Frente Popular (Manuel Torres Campaña, profesor mercantil, Roberto Escribano Iglesias, médico, y Luis Fernández Clérigo, abogado, de Izquierda Republicana; Carlos Rubiera Rodríguez, empleado, Luis Rufilanchas Gallego, abogado, y Julia Álvarez, del PSOE) y 2 de la CEDA (Rafael Esparza García y Luis Fernández Heredia y del Pozo, ambos abogados). “La Julia”, como era conocida entonces, fue la primera navarra que ocupó un escaño en Madrid. 

Al poco de estallar la sublevación, su marido se puso al frente de las milicias de Cartagena que tomaron Albacete. Fue comisario del Ejército del Sur y ya muy enfermo, delegado del Gobierno en la Trasatlántica, y falleció el 4 de octubre de 1938 en un Sanatorio de Núria (Gerona), a consecuencia de una lesión pulmonar. Julia Álvarez también perdió a su tío Juan Resano, fusilado en Villafranca.

Fue inspectora interina de primera enseñanza en Madrid. Después, fue nombrada gobernadora civil de Ciudad Real, donde ejerció de julio de 1937 a marzo de 1938. Fue la primera mujer que desempeñó este cargo. Ejerció como jueza de primera instancia interina en Alberic (Valencia) y magistrada interina del Tribunal Central de Espionaje y Alta Traición. Paralelamente había desempeñado su actividad parlamentaria, formando parte de diferentes comisiones de trabajo. Era la encargada del Secretariado Femenino en la Ejecutiva del PSOE. 

Al terminar la guerra sufrió la depuración del personal docente y, por orden de la Jefatura del Servicio Nacional de Primera Enseñanza, fue suspendida de empleo y sueldo como directora grupo escolar «Rosario Acuña», al igual que otros muchos funcionarios de enseñanza. Pero, para entonces, ya se encontraba fuera de España junto a parte de su familia. El periodista Fermín Pérez-Nievas, autor de la biografía Julia Álvarez Resano. Memoria de una socialista navarra (1903-1948), cree que pudo embarcarse en uno de los últimos buques que salió del puerto de Alicante, y apunta la hipótesis del Maritime. Otra parte de la familia se quedó en España. Perdieron todas sus posesiones en Villafranca.

Dirigió el castillo de Montgrand, entre Marsella y Aubagne, que acogió a exiliados socialistas vinculados a Juan Negrín. Por esa misma razón prestó apoyo al Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles (SERE). Dirigió El Socialista al margen del que editaba la Comisión Ejecutiva del PSOE. Como consecuencia de las disensiones entre sectores del partido en Francia, fue expulsada, dado que propugnaba el mantenimiento de la unidad entre comunistas y socialistas, frente al sector mayoritario liderado por Indalecio Prieto.

Viuda, desengañada, sin ayuda y sin trabajo, decidió viajar a México, donde abrió un despacho de abogados. Fue directora de la revista Rimas. Falleció en la capital tan solo unos meses después de su llegada, el 19 de mayo de 1948, en la soledad de su despacho. Tenía cuarenta y cuatro años de edad. El periódico Lanza de Ciudad Real reseñó su muerte así:

“Nuestra provincia, aparte de tener la desdicha de haber estado sometida al yugo rojo, tuvo la desgracia de tener una gobernadora marxista. Pues bien, Julia Álvarez Resano ha fallecido en México, según noticias fidedignas”

Al no aparecer ni en los listados de políticos españoles emigrados a México ni en los registros de los barcos que cruzaron el Atlántico, su memoria se perdió.

En 2005, un grupo de ciudadanos le tributó un homenaje en Villafranca. Durante el XXXVII Congreso del PSOE, que tuvo lugar en 2008, fue readmitida en el partido de manera honorífica. En 2012, seiscientas firmas pidieron que se diera el nombre de Julia Álvarez a una plaza del pueblo. El equipo de gobierno de UPN se negó, y la denominó ‘Plaza de la Juventud’. La Comisión de la Memoria de Villafranca siguió trabajando para homenajear a su paisana.

En junio de 2016, el pleno municipal aprobó poner su nombre a la casa municipal de cultura. Con la presencia de la presidenta del Parlamento de Navarra, Ainhoa Aznárez, la consejera de Relaciones Ciudadanas e Institucionales del ejecutivo, Ana Ollo, y la alcaldesa, Delia Lizoain, el 1 de octubre de ese mismo año, Día de la Memoria Histórica de Villafranca, fue descubierta una placa en la Casa de Cultura de Villafranca.

Salvo la foto con el puño en alto en Las Ventas, apenas había fotografías suyas. En 2013 fueron halladas en París imágenes inéditas. Estaban en poder de su sobrina María Egea, cuya madre era hermana de Amancio MuñozEgea también es sobrina de Tomás Chivite concejal socialista de Olite a quien Julia Álvarez había representado como letrada. “Fue una mujer muy inteligente, muy activa y muy generosa. Se anticipó a su época. Como maestra quiso sacar a la juventud de la ignorancia y a las mujeres de su condición de sometidas. En la década de los treinta su forma de pensar y su compromiso social y político escandalizó. Para mí, sin embargo, siempre fue una heroína”, dijo su sobrina en este reportaje.

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