diagonalperiodico.net | Imanol | 14-12-2014
Desgraciadamente para la guerrilla, tanto urbana como rural, el listado de confidentes, infiltrados y traidores es alarmantemente extenso, y sus resultados, devastadores. Hoy bucearemos en las cloacas de la desconfianza y la delación, causadas a veces por la tortura, a veces por el beneficio económico, o la ideología, el miedo, las rebajas de condena…y otras por el simple y concienzudo trabajo de las fuerzas represoras. En España, el confidente delataba para conseguir algún tipo de beneficio, bien en el orden material, recibiendo, de oscuros presupuestos, el equivalente a las treinta monedas, o bien para preservar su seguridad.
Una vez más, nos centraremos en el ambiente libertario, por ser en el que estamos interesados y en el que encontramos ejemplos más que de sobra. Fue la BPS, la encargada de ocuparse no solo de los diversos grupos urbanos, sino también de la inmensa infiltración que sufrieron partidos y sindicatos en el exilio, centrándose en el país vecino, Francia. Para seguir con las buenas costumbres, la encargada de los grupos rurales fue la dura y eficiente guardia civil.
Posiblemente el más conocido de la infame lista, fuera Eliseo Melís Díaz, miembro del sindicato fabril y textil de la CNT en Barcelona, quien detenido en febrero de 1939 por los esbirros de Quintela, empieza su colaboración con la BPS, proponiendo a la vez a la CNT realizar un doble juego que no será tenido en cuenta. Tras diversas caídas de elementos confederales, no será hasta 1943 cuando la fuerza de las sospechas lo marginen de los nuevos comités. Para 1945 ya estaban bastante claras las cosas y un grupo de acción al mando de José Pareja bajará hasta la ciudad condal con la misión de acabar con él, aunque fracasan en la tentativa. El mismo Pareja, dirigirá otro grupo en julio de 1947 con el mismo fin, consiguiendo su objetivo, pero perdiendo la vida en el intento tras el tiroteo.
Antonio Seba Amorós, fue también detenido en febrero del 39 por las huestes de Quintela, antiguo comandante de la columna Tierra y Libertad, también pasa a colaborar con la BPS, lo que no le impide seguir ejerciendo cargos en la Federación local de Barcelona. Desde 1945 hay informes acusándolo de agente infiltrado, pero no será hasta 1949, más concretamente en febrero, cuando el grupo de Los Maños lo tirotee como escarmiento en el bar Bracafé de Barcelona, dejándolo herido, abandonando Seba tanto la ciudad condal como toda militancia tras el atentado.
Aniceto Pardillo Manzanero “el Chaval”, estaba integrado en el grupo de los Maños pese a algunas sospechas, que por desgracia para el citado grupo, no pasaron de ahí. No solo desbarató los intentos de acabar con el caudillo, sino que vendió al grupo y consiguió que apresaran y ejecutaran a varios de sus componentes a principios del año 50. Tras un asalto frustrado en París, fue encarcelado durante 4 años en la capital gala, saliendo a mediados de junio del 54, un mes después fue interceptado por un grupo de acción que lo dejó malherido y que cuando intentó rematarlo descubrió que el traidor había huido. Fue curado en Francia y posteriormente volvió a Barcelona donde se pierden sus pasos.
Jacinto Guerrero Lucas “el Peque” fue propuesto por varios sindicatos para el cargo de secretario general en el exilio, su nivel de infiltración queda bien claro tras eso. Fue el responsable de la caída de Granados y Delgado y puede ser responsable también de las detenciones entre otras, de Fernando Carballo y Stuart Christie.
Ramón Benichó Canuda “Leriles” también había pertenecido a la CNT y después se había integrado en la mafia francesa, lo que no quitaba para que al parecer fuera parte del grupo Paladín, como indica Stuart Christie. Dicho grupo era una de las bandas secretas de pistoleros dirigidas por el jefe de la Brigada Político Social, Eduardo Blanco. Este elemento acabo con la vida de Laureano Cerrada el 18 de octubre de 1976.
Sobre Adrián Giménez, solo sabemos que colaboraba tanto con Antonio Seba como con Melís en la ayuda policial desde las filas de las CNT exiliada, por ahora no disponemos de más datos.
Estos casos solo eran la punta del iceberg, por cada nombre que aquí aparece, son incontables los desconocidos. Como trágica anécdota, decir que de todos los grupos de acción que pasaban la frontera para actuar en el estado, solo sabemos del grupo Massana como único grupo que por un lado no sufrió la muerte de ni la detención de ninguno de sus miembros tras varios años de actuación, ni la de su encargado, el propio Marcelino Massana, entre otras cosas, porqué este tras recibir las misiones que tenía que realizar, nunca daba a la organización, ni la fecha de paso, ni los lugares por los que lo haría. La prudencia le salvó la vida.
Dejamos el exilio y nos adentramos en las sierras peninsulares, por tierras cordobesas nos encontramos a Juan Olmo García “Abisinio”, carbonero y delincuente habitual, que se vendió por presiones a la guardia civil, y entrego a la partida de los Jubiles, el resultado, todos muertos menos “Quincallero” que resultó gravemente herido y posteriormente encarcelado.
También por tierras de la misma provincia, los grupos del “Cojo de la Porrada” y “Eugenio del Real” ejecutaron a varios delatores y confidentes entre ellos a Miguel Hernández García, en Hornachuelos en otoño del 46, al guarda Nicolás Alonso Lucena en el mismo término, al cortijero Andrés Muñoz Troya en Espiel, en Valsequillo al guarda Francisco Rayo Carmona, de nuevo en Hornachuelos al cabrero Manuel Castillejo y a Francisco Robles. En La Granjuela a Manuel Villaseca Arellano, en Belmez a Francisco Peña Porriño, en Villanueva del Rey al guarda Julián Morales. Todos estos hombres fueros ejecutados en los primeros meses de 1947 y la mayoría de ellos resultaron ahorcados. El grupo de “Vicente del Puerto” ahorca a Manuel Díaz Santiago en Villaviciosa en agosto de ese mismo año. En 1948 la misma partida ejecuta al guarda Antonio Ramos Pérez. En Hornachuelos los de “Eugenio del Real” ahorcan a Manuel Flor Sánchez, en Alanís lo intentan con Eduardo Falcón, aunque consigue librarse, en Cazalla de la Sierra acaban con Alejandro González Lagares.
Juan González Ventura “Voluntario”, de la partida de “Eugenio del real”, tras ser detenido en Madrid se pone al servicio de la guardia civil delatando entre otros al “Comandante Ríos”.
Pasamos ahora a la zona de Málaga y Cádiz y nos encontramos con el cenetista Francisco Fernández Cornejo “Largo Mayo”, miembro de la partida de “Moyita” y posteriormente de la Agrupación Fermín Galán, harto de sus años en la sierra, el 30 de diciembre de 1949, se entrega a las autoridades y se convierte en delator, gracias a sus servicios, los civilones conseguirán acabar con Bernabé López Calle “Comandante Abril”, máximo dirigente de la Fermín Galán y con Juan Ruiz Huercano “Capitán” durante la madrugada del 31 de diciembre.
En la ciudad de Granada, Miguel Peña Martínez, de profesión cabrero, tenía fama de confidente desde antes de la guerra, de hecho, el mismo 18 de julio recibió varios navajazos debido a ello, así que no es de extrañar que en marzo del 44, cuando se enteró de que el grupo de Antonio Fernández Murillo estaba en un prostíbulo de la calle Piedra Santa avisara a la policía. El resultado, un inspector de policía y tres guerrilleros muertos.
Sin cambiar de ciudad, encontramos a los hermanos Rodríguez González “los Guinea”, familia de confidentes, José será el primero en caer asesinado a manos de “el Modesto”, de la partida de “los Quero”, a finales de marzo de 1944, por haber delatado a otro miembro de la partida que resultó muerto. El 16 de septiembre de ese mismo año, será Luis, el otro hermano quien también sea asesinado, a manos de Antonio Vázquez Murillo y su gente.
Por concluir con la provincia de Granada, comentar que el grupo de “los Clares”, que durante 1947 habían eliminado en Güejar Sierra al confidente Antonio Martín Benavides y poco después al infiltrado y delator Fermín Castillo, a principios de 1949 tras una seria confrontación con la Agrupación Guerrillera de Málaga Granada, pasarán a colaborar durante unos meses con la guardia civil, causando varias bajas a la citada agrupación. A finales de 1949, los restos del grupo dejan de colaborar y se vuelven a “echar” al monte.
En Ciudad Real, el pequeño grupo de “el Lechuga”, se entrega en febrero del 48 a la guardia civil, a cambio de sus vidas, colaboran con los civilones, entre sus víctimas, “Lazarete” y su mujer.
En Cantabria, la partida de “el cariñoso”, ejecutó también a dos delatores, en 1938, a Santos Manuel Casar y en 1940, en La Cavada a Víctor Gómez Aja. Aunque el propio Cariñoso morirá tras ser delatado por uno de sus enlaces, llamado Escalante, en octubre del 41, su compañera María Solano resultará detenida, y otros tres miembros de la partida, “Lola”, “Cenizo” y “Melenas” también resultan muertos tras un tiroteo por la delación del mismo enlace.
La partida de “el Petrol” que operaba en la provincia de Teruel, ejecutó al falangista y teniente de alcalde de Dos Torres de Mercader, acusándolo de delator el 25 de noviembre de 1945.
Como la lista podría eternizarse y el texto se va alargando, lo dejamos para una próxima entrada.
Fuentes: La red de evasión del grupo Ponzán. (Antonio Téllez), Facerías. (Antonio Téllez), Hijos de una guerra. (Jorge Marco), La resistencia armada contra Franco. (Francisco Moreno), Franco me hizo terrorista. (Stuart Christie), Maquis. (Secundino Serrano), El Cariñoso. (Isidro Cicero), http://diariodevurgos.com/dvwps/el-hombre-que-mato-a-laureano-cerrada.php
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