La herida social de la Memoria Histórica: de un país “preñado” de franquismo al “rayo de rabia y dignidad”

El juez Baltasar Garzón advierte del “mal ejemplo” de España al desatender los crímenes franquistas que la nueva ley de Memoria “obliga a investigar”, según la fiscal del Tribunal Supremo, Dolores Delgado

9 de febrero de 2024 (19:15 CET)

El juez Baltasar Garzón, en la conferencia sobre Memoria Histórica.
El juez Baltasar Garzón, en la conferencia sobre Memoria Histórica. DIANA MARCELA

A las víctimas de Franco les atraviesa “un rayo de rabia y dignidad”, dice la activista Paqui Maqueda. Pero España es un país “preñado” de franquismo, apunta el juez Baltasar Garzón. Por eso la Memoria Histórica es “una herida social”, coinciden. Una cicatriz que quiere reparar la el nuevo marco legal y la “obligación de investigar” los crímenes golpistas, según la fiscal del Tribunal Supremo, Dolores Delgado.

Las frases, como titulares, destacan en la reciente 14° edición del Seminario Internacional de Teoría Crítica en Derechos Humanos organizado por el Máster en Derechos Humanos, Interculturalidad y Desarrollo de la Universidad Pablo de Olavide y la Universidad Internacional de Andalucía, junto con el Instituto Joaquín Herrera Flores. Un encuentro que ha reunido a expertos de América Latina y España bajo el título ‘Justicia de transición como antídoto para tiempos de negación’.

El “mal ejemplo” de España

“España es muy mal ejemplo”, avisa Garzón. Los persistentes tentáculos de la dictadura propician un país desmemoriado y que no atiende a las víctimas. “El Poder Judicial no ha querido hacerlo porque está transversalmente preñado de concepciones franquistas”, en palabras del ex magistrado de la Audiencia Nacional.

Un rasgo que provoca el incumplimiento del derecho internacional humanitario, advierte. “Nunca se ha hecho en España” y además “no hay voluntad en el poder judicial para que esto cambie”, subraya. “Se trata de hacer justicia en favor de las víctimas”, que están “esperando”, añade.

El caso español ejemplifica “todo lo que no hay que hacer” en cuanto a justicia transicional. Y este fallido paradigma añade “un problema” más porque los “representantes públicos piensan que hay víctimas de primera categoría, de segunda y otras que no existen, que son las del franquismo”.

La “ley de Amnistía del 77 no impide juzgar, niego la mayor, no es verdad”, porque al hablar de la represión golpista “nos enfrentamos crímenes contra la humanidad y violaciones sistemáticas de los derechos humanos”. “Las víctimas son el núcleo y el derecho a la verdad no prescribe, lo único que hace falta en España es aplicar la ley”, sentencia el jurista.

El “largo” franquismo

“En la Macarena me atravesó un rayo de rabia y dignidad“, recuerda Paqui Maqueda, víctima del franquismo. Alude a la madrugada en que fueron exhumados los restos cadavéricos del genocida Queipo de Llano. Ella representó al activismo memorialista a las puertas de la Basílica sevillana donde el golpista recibió honores durante décadas.

“Porque la familia de Queipo, cuando salía la furgoneta con sus restos y de su esposa, gritó ‘¡viva Queipo!’ y se me vinieron los nombres de mis familiares”, de los desaparecidos, de los represaliados por el fascismo español, de todos los muertos. “Cualquiera hubiera hecho lo mismo”, cree.

 Paqui Maqueda y Baltasar Garzón, en Sevilla.  DIANA MARCELA

“Sevilla cerraba una deuda pendiente con la ciudadanía en general, no solo con las víctimas, porque esto es una herida social”, explica Maqueda. “Esa no era la noche de Queipo”, con la orden del Gobierno de España en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica. “Y las últimas palabras no podían tenerla los Queipo sino las víctimas, y la tuvieron”, subraya.

“Las víctimas del franquismo tenemos claro el deber de memoria” aunque el país “no ha hecho los deberes de políticas públicas” que requieren verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición. Una “ausencia” que facilita la impunidad de los crímenes al tiempo que genera “dolor” en los afectados y “falta de empatía” social. Por eso, “las víctimas decimos qué largo se nos está haciendo el franquismo” que dejó Andalucía sembrada de fosas comunes.

La “obligación” de investigar

La ley de Memoria Democrática respalda “un cambio de paradigma y de enfoque” en la justicia española, según la Fiscal del Tribunal Supremo, Dolores Delgado. El nuevo marco legal establece la “obligación de investigar” aquellos “delitos cometidos en un contexto de crímenes contra la humanidad”, explica la exministra de Justicia del Gobierno de España.

“La memoria enlaza con los Derechos Humanos”, entiende. Una cuestión clave, “también en materia de democracia”, y desatendida. “Llevamos tantos años sin hacer nada que la reparación ya empieza al saber que se iban a hacer” pesquisas oficiales sobre el franquismo.

“Hay que investigar, escuchar a las víctimas y poner en marcha las herramientas existentes”, añade Delgado. Porque en España “nos encontramos con víctimas directas, indirectas y colectivas” y “el proceso de llegar a esa justicia también es un espacio de reparación”, dice la ex Fiscal General del Estado.

La ley de Memoria es la herramienta que promueve ese giro de bisagra y ayuda “a recuperar la normalidad democrática”. Y la de Amnistía de 1977 no impide estos procesos pese a que “se sigue esgrimiendo en los juzgados”, alerta. “La nueva norma ‘obliga’ y sí es posible seguir con una investigación judicial a pesar de que los autores (de los crímenes) hayan fallecido”, recalca.

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