La Línea (Cádiz). Las 14 rosas sometidas a Consejo de guerra por estar en las listas del Socorro Rojo

Las 14 rosas sometidas a Consejo de guerra por estar en las listas del Socorro Rojo en la Línea

No fueron las únicas acusadas de participar en el Socorro Rojo en la Línea. “Desde el inicio de la guerra en julio de 1936, muchas mujeres fueron detenidas por pertenecer a estos sociedad de apoyo mutuo”, señala Beatriz Díaz, antropóloga y escritora.

María Serrano / 02/05/2021 / publico.es

Nadie sabe a ciencia cierta si Josefa Guerrero, la más joven de aquellas mujeres con 23 años, conocía a Ana Gavira, de 53, cuando las separaban apenas pocas calles una casa de la otra en la Línea de la Concepción, Cádiz. Lo que sí se conoce es que estuvieron juntas en el juicio del proceso archivado con el número 301. Un consejo de guerra, desconocido hasta la fecha, donde fueron acusadas de pertenecer (solo por el mero hecho de aparecer sus nombres) al Socorro Rojo Internacional. Esta simple cuestión las llevó a ser tildadas de mujeres de máxima peligrosidad para el régimen franquista y juzgadas por la doctrina militar. No estaban solas. Doce compañeras más se encontraron hacinadas en la prisión del Puerto de Santa María (Cádiz) junto a ellas. Ocho meses tuvieron que esperar para el interrogatorio de un juicio que parecía que nunca iba a llegar. 

Beatriz Díaz, antropóloga y escritora, autora del libro Sumario 301 contra Milagros Ruiz y trece más, cuyos fondos serán destinados al trabajo del Foro por la Memoria de El Campo de Gibraltar saca a la luz la radiografía política de estas mujeres. La investigadora recuerda a Público cómo las catorce rosas linenses tenían todas hijos cuando fueron detenidas. Cuatro de ellas eran solteras y una era viuda; las demás figuran como casadas. El único delito que habían cometido no era ni ser militantes de un partido, ni tampoco se conocía que hubieran ido a ninguna reunión. Sus nombres aparecieron en las listas del Socorro Rojo Internacional en la Línea, lo que las conminó a un largo período de prisión sin justificación alguna… Las diligencias de autoridades locales acusaban a aquellas catorce mujeres de pertenecer a aquel círculo “marxista por su analfabetismo y escasa cultura” tal y como reza el informe policial.

“¿Por qué me voy a ir si no he hecho nada?”

No fueron las únicas acusadas de participar en el Socorro Rojo en la Línea. Díaz señala a Público “desde el inicio de la guerra en julio de 1936, muchas mujeres fueron detenidas por pertenecer a estos sociedad de apoyo mutuo. Algunas liberadas después de días, semanas o meses. Otras llevadas a la prisión de San Roque o quizás a la de Algeciras, como fue el caso de la abuela de Hortensia Silverio”. Hubo otras a quienes borraron del mapa para siempre, como a María López. “De hecho, el Foro por la memoria de El Campo de Gibraltar ha recibido demandas de apoyo para las búsqueda de información sobre mujeres linenses desaparecidas en este contexto”.

Su hijo Rafael, vecino de la Línea, relataría a Díaz antes de morir cómo en el patio donde su madre vivía, “se daban las charlas del Socorro Rojo”. Mujeres como María López, sin ningún afín político “iban allí́, y los niños, los hombres y todos entraban en el patio y escuchaban la charla que daban”, apunta Díaz.
En aquel verano de la guerra, “vinieron cogiendo a todas las mujeres que habían dado dinero y no las trajeron más; a las mujeres embarazadas también”. Para buscar a María López fueron hasta la puerta de su casa. “¡María, que vienen preguntando por tu nombre! ¡Corre… Coge por ahí abajo, metete por el patio de Los Huesos y vete al Castillo de España!”. y ella dijo, “yo, ¿por qué me voy a ir si no he hecho nada?”. Se quedó allí, la detuvieron y nunca más su familia supo el paradero. Sin duda, se trata de una represión de género. “A todas se las llevaron. Por los maridos no preguntaron, nada más que por las mujeres” contaría Rafael López.

El historiador José Luis Gutiérrez Molina fotografíó el sumario 301, que se encuentra en el Archivo Histórico del Tribunal Militar territorial número 2 en Sevilla, donde hace un trabajo incansable de documentación desde hace años. Se encontraba dentro de la caja 297. “Gutiérrez Molina me las hace llegar al conocer mi sensibilidad en torno a la represión a las mujeres linenses, con una realidad histórica muy específica, dentro de la comarca”.

“¿Qué vivieron estas mujeres en esos largos meses de incertidumbre entre su inesperada detención y su liberación?”, se pregunta Díaz. El Penal del Puerto donde fueron encarceladas, se conocía en aquellos años como un penal de la muerte. El hacinamiento, las epidemias y la falta de higiene fueron el día a día de la población reclusa.

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