La memoria histórica: una asignatura pendiente frente a la amnesia colectiva
La memoria histórica siempre ha sido una asignatura pendiente a la que no se le ha dado la importancia que merece.
Una noche de 1988, en Monóvar, un pueblo de Alicante, una excavadora se llevó todos los huesos de una fosa común. La fosa común estaba llena de represaliados del franquismo, que murieron por pertenecer a un sindicato de trabajadores, por tener una ideología diferente a la del régimen de Franco o simplemente por defender la libertad.
Paquita, de 92 años, llevaba décadas esperando este momento. Fusilaron a su padre, Pedro Íñiguez Valiente, cuando ella tenía 6 años y simplemente por pertenecer a un sindicato de trabajadores. Su familia fue abocada a la pobreza y Paquita tuvo que ponerse a trabajar desde muy pequeña, igual que el resto de su familia, para salir adelante.
Día tras día, Paquita y sus hijas siguieron los procesos de excavación de la fosa, viendo cómo se hacía un agujero, se hacía otro agujero, se hacía otro y allí no encontraban nada. Ella tenía la esperanza de que su padre fuese, por fin, al nicho familiar, con su madre. Sus hijas tenían la esperanza de que su abuelo fuese al nicho donde está su abuela y de que su madre cumpliera ese deseo por el que llevaban años luchando: recuperar al padre que le arrebataron; recuperar a su padre, al que asesinaron.
Esta es una historia como tantas otras de lo que ha ocurrido a lo largo del tiempo en España con las fosas comunes de represaliado del franquismo. No se ha tenido un interés generalizado en localizar las fosas, en recuperar los restos de los represaliados ni en hacer un estudio. Si sumamos esto a la incompetencia de muchos gobiernos, tanto autonómicos como regionales o incluso locales, se ha ido perdiendo paulatinamente la posibilidad de recuperar a los represaliados por el franquismo y de que, así, sus familias cierren una etapa; de que cierren una herida que lleva demasiados años abierta.
Cuando un presidente del gobierno dice que el presupuesto de memoria histórica es “cero”, y los representantes políticos de su partido tildan de “buscahuesos”, “huelefosas” y otros comentarios despreciativos de índole similar, se deduce que el interés que se tiene en recuperar estas fosas y de reparar a las familias es ninguno.
El padre de Paquita lo era todo para ella y es uno más entre decenas de miles de represaliados. Cuando una hija pierde a un padre asesinado por sus ideales es inmoral decirle que se va a llevar a cabo una desmemoria, que “es mejor olvidarlo” y que lo deje en la fosa. Se le tiene que facilitar los medios para que recupere a su familiar y se tienen que invertir los medios necesarios para que la sociedad conozca por qué murió tanta gente como él, para evitar la amnesia colectiva que algunos pretenden.
No podemos negar lo que pasó. El negacionismo es una de las peores actitudes que puede tener lugar en una democracia o en un país que pretende ser democrático. Mediante el negacionismo se están negando derechos, negando heridas, negando la miseria que miles y miles de familias pasaron y se están negando sus relatos.
No es preferible una desmemoria porque sencillamente no se puede olvidar lo que pasó: se tiene que investigar, se tiene que estudiar y se tiene que dar a conocer. La memoria histórica sirve para que miles de testimonios de mujeres y hombres, hijos e hijas de represaliados, que cada vez quedan menos porque les estamos perdiendo, nos cuenten cómo les arrebataron a su familiar, las miserias que pasaron o cómo tuvieron que ponerse a trabajar desde niños; sirve para tener constancia de que a muchas madres las violaron, las raparon y las pasearon tras hacerles tomar aceite de ricino.
Es fundamental conocer el hecho de que se cogió a niñas de 12 a 14 años y se las violó delante de sus padres; que después de forzarlas se les pegaba un tiro delante de sus padres, acto seguido se disparaba a su madre y por último se mataba a su padre. Es importante saber que a muchas otras niñas se les metía en burdeles. Es necesario conocer todas las violaciones de derechos, todas las vulneraciones de derechos que tuvieron lugar en España durante la dictadura franquista.
El caso de Monóvar se va a dar más veces porque no se presta atención a la memoria histórica; porque la memoria histórica sigue siendo una asignatura pendiente en España; y hay que luchar por darla a conocer porque está en manos de la sociedad aprender de ello para que todo esto no vuelva a ocurrir.
La memoria histórica: una asignatura pendiente frente a la amnesia colectiva