‘La Nueve’ y Antonio Llordén, una nueva calle en Nerva

La localidad onubense rinde así homenaje al único onubense que participó en la liberación de París, hecho que tuvo lugar el 24 de agosto de 1944. Una calle que fuera solicitada en su día por el historiador valverdeño Jesús Copeiro.

huelvabuenasnoticias.com | Nerva (Huelva) | 16-4-2016

Este viernes 15 de abril se puso una calle en Nerva a nombre de Antonio LLordén, el único onubense que el 24 de agosto de 1944 entró en París con La Nueve, la famosa compañía de la División Leclerc, liberando la ciudad de los alemanes. Hace tiempo, cuando Jesús Copeiro publicó el libro En Tierra Extraña sobre el exilio republicano onubense, solicitó a la Alcaldía de Nerva que pusieran una calle a este hombre. Demanda que ahora ha obtenido respuesta, tal y como cuenta en este artículo Rafael Cortés García:

El nombre del gaditano José María Pemán y Pemartín (1898-1981), novelista, poeta, dramaturgo, guionista y ensayista español, deja desde hoy de tener una calle en el pueblo nervense, porque ha sido sustituido por el del nervense Antonio Llordén Fernández (1906-1973). El ingeniero de minas, escritor e historiador Jesús Ramírez Copeiro del Villar, vecino de Valverde del Camino, escribió el libro “En Tierra Extraña. El exilio republicano onubense” editado en 2011, donde mencionó entre otros muchos la historia del republicano capitán Llordén en la Guerra Civil española y sargento voluntario en la II Guerra Mundial. Y es en ésta en la que el nervense fue uno de los que entró en París, el 24 de agosto de 1944, con la compañía denominada La Nueve, de la División Leclerc, al mando del blindado Teruel. La Nueve era una distinguida unidad por sus buenas campañas de combate, conteniendo en ella muchos españoles republicanos y desfiló por los Campos Elíseos rindiéndole honores al general De Gaulle en el Arco del Triunfo, al haber sido la primera fuerza militar en entrar en París. En 1951 Llordén marchó a México donde se encontraba su hermano Demetrio, se casó con una mejicana teniendo dos hijos, Laura y Demetrio, falleció en Ciudad de México el 23-11-1973. Pues bien, a poco posterior de su libro, Copeiro impresionado por la trayectoria investigada sobre este personaje, escribió una carta al Ayuntamiento de Nerva acompañando el historial de Llordén, en la que solicitaba para él que se le pudiera conceder una calle con su nombre, por lo que hace poco la Corporación ha aprobado su solicitud y a la vista de ello, esta mediodía el Concejal de Urbanismo, José Antonio Ayala, en ausencia del Alcalde, y Francisco Javier Moreno Mateo de la Corporación Municipal por Izquierda Unida, con la presencia de Jesús Ramírez Copeiro del Villar, el Coordinador de la Cuenca Minera del Río Tinto por la Memoria Histórica, Juan Barba y representantes de Izquierda Unida de Nerva han desvelado el nuevo nombre de la referida calle con el escrito del citado historial de Antonio Llordén.

A continuación reproducimos el artículo de Jesús Copeiro sobre el que se basa esta historia, titulado Un nervense en ‘La Nueve’: Antonio Llordén y la liberación de París, tal y como se publicó en Huelva Buenas Noticias el 24 de agosto de 2014 (http://huelvabuenasnoticias.com/2014/08/24/la-nueve-antonio-llorden-y-la-liberacion-de-paris/)

Jesús Ramírez Copeiro del Villar / Autor del libro En Tierra Extraña, sobre el Exilio Republicano Onubense.

Antonio Llordén Fernández nació en Nerva el 15 de febrero de 1906 y llevaba con su hermano Demetrio, que era dos años mayor que él, el negocio de una librería-papelería. Salió de Nerva por sus ideas socialistas y durante la guerra combatió en las Milicias del Ejército Popular. Atrás quedó su novia Esperanza Molina, a la que nunca volvería a ver. El 31 de diciembre de 1936 fue promovido a teniente de infantería y el 1 de enero de 1939 ascendió a capitán con destino en la 112 Brigada Mixta. El final de la guerra le pilló en la zona de Alicante, pero pudo escapar en un barco rumbo a Orán, en Argelia. Y como todos los huidos que llegaban a Orán fue utilizado como mano de obra esclava. Antonio Llordén fue destinado a la 5ª Compañía de Trabajadores Extranjeros y conducido a los campos de trabajo de Bou-Arfa y de Colom-Béchar, en el desierto argelino, para trabajar en la construcción de un ferrocarril, el llamado Ferrocarril Transahariano, una obra faraónica sin sentido. Antonio Llordén y sus compañeros de cautiverio tuvieron que construir el tramo comprendido entre Bou-Arfa y las minas de carbón de Kénadza, un tramo de 165 kilómetros a base de pico y pala, y con temperaturas abrasadoras de 50 grados. En este lugar trabajaron 2.000 republicanos españoles y entre ellos había 20 onubenses. Antonio Llordén pasó luego al 3er Grupo de Trabajadores Extranjeros para trabajar en las minas de carbón de Kénadza.

Una vez efectuado el desembarco aliado en el norte de África, en noviembre de 1942, Llordén fue puesto en libertad y como quería combatir a los alemanes se alistó voluntario en la División Leclerc, una unidad francesa. En la División Leclerc había también 150 españoles también voluntarios y todos ellos fueron agrupados en una misma unidad, una misma compañía, que se denominó “La Nueve”. “La Nueve” era pues una compañía compuesta por españoles, con mandos españoles y el idioma era el español y se la conocía así, como “La Nueve”. Los franceses no conservaron a Llordén el grado de capitán que tenía en el ejército republicano, pero le nombraron sargento-jefe. El teniente español de la compañía era Amado Granell, nacido en Burriana, Castellón de la Plana y el capitán de la compañía, el único francés, era Raymond Dronne. La mayor parte de estos hombres habían luchado en las filas del ejército republicano y tenían experiencia en el combate. El mando francés aceptó que los vehículos blindados que utilizaban, llevaran escrito nombres de las batallas que los republicanos habían ganado en la guerra civil: Madrid, Guadalajara, Teruel, Belchite, Jarama, etc. Y que llevasen también pintada la bandera republicana. Pues bien, Antonio Llordén fue destinado al mando de uno de estos blindados, el Teruel.

“La Nueve” desembarcó en Normandía el 31 de julio de 1944, casi dos meses después del desembarco norteamericano del día D. A los pocos días se produjeron los primeros enfrentamientos con las tropas alemanas y hubo varios muertos españoles. “La Nueve” recibió la orden de dirigirse lo más rápido posible a París, pues la Resistencia había hecho un llamamiento a la insurrección y la población parisina se había sublevado contra los alemanes formando barricadas en las calles. De esta forma “La Nueve” acudió en su ayuda y los primeros blindados entraron en París por la Puerta de Italia el 24 de agosto de 1944. Su objetivo era llegar al corazón de la ciudad, a su ayuntamiento. El primer vehículo blindado que llegó a la alcaldía fue el Guadalajara, seguido del Teruel y luego los demás, que se situaron en posición defensiva alrededor de la plaza. El Guadalajara se instaló en una acera de la calle Rivoli y el Teruel lo hizo enfrente, junto al Sena. Desde que la radio hubiera anunciado la llegada de las tropas francesas, una multitud se fue congregando en torno a los blindados y se repitieron las muestras de afecto y cariño hacia los soldados, notando que éstos no hablaban muy bien el francés. Claro, no eran franceses, eran republicanos españoles alistados en la División Leclerc. El entusiasmo se prolongó durante la noche. A las dos de la madrugada el capitán Dronne, instalado en un rincón de la plaza, tendió su saco de dormir en la acera, junto a su jeep y se durmió tras escuchar a los españoles, reunidos en círculo, entonar los himnos republicanos de la guerra civil. Lo último que oyó fueron las estrofas de Ay Carmela, Ay Carmela.

Al día siguiente, se dispuso el asalto a los puntos estratégicos que todavía no habían sido ocupados. El Teruel de Antonio Llordén participó en la toma de la central telefónica, rindió un cuartel alemán situado en la Plaza de la República y ocupó el Ministerio de Marina. El sábado 26, una vez eliminada la resistencia alemana, se celebró un desfile en los Campos Elíseos siendo “La Nueve” la que rindió honores al general De Gaulle en el Arco del Triunfo, al haber sido la primera fuerza militar en entrar en París.

Una vez liberado París, “La Nueve” reanudó el combate. “La Nueve” se distinguió en las campañas de Alsacia y Lorena, liberó Estrasburgo, cruzó el Rhin y penetró en Alemania. La última acción bélica de Antonio Llordén fue la conquista de un refugio de alta montaña que Hitler tenía en Los Alpes y que se denominaba el Nido del Águila. Por su valerosa actuación en estas campañas, Llordén fue citado en la Orden del Regimiento del 15 de abril de 1945 al ser un excelente suboficial en el combate y haber participado en todas las batallas desde el desembarco en Normandía. La citación incluía la concesión de la Cruz de Guerra con estrella de bronce. También los Estados Unidos le distinguieron con el emblema de la Presidential Unit Citation

Al final de la guerra, de los ciento cincuenta españoles que desembarcaron en las playas de Normandía, tan sólo quedaron vivos dieciséis. Antonio Llordén era uno de ellos.

Al término de la guerra Antonio Llordén residió unos años en París, pero su idea era reunirse con su hermano Demetrio que se hallaba en México. Así que en agosto de 1951 llegó en avión a ese país y juntos siguieron con el negocio de la librería. Residió siempre en la capital, en el Distrito Federal, se casó con la joven mejicana Ana Mª Calderón y tuvo dos hijos, Laura y Demetrio. Falleció de cáncer de pulmón en el Sanatorio Español de Ciudad de México, el 23 de noviembre de 1973.

Su hija Laura conserva aún en México la bandera republicana que Antonio Llordén paseó por los campos de guerra en Francia.

‘La Nueve’ y Antonio Llordén, una nueva calle en Nerva