La Palma. En memoria de Aralda Rodríguez

El historiador palmero José López Mederos recuerda a la recientemente fallecida presidenta de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica en La Palma

28/04/2020 ·

Se cumple el primer mes desde que cayó por la guadaña cruel del coronavirus la ejemplar e incansable doña Aralda Rodríguez.Se cumple el primer mes desde que cayó por la guadaña cruel del coronavirus la ejemplar e incansable doña Aralda Rodríguez.

Tuve la suerte de conocer y trabajar con doña Aralda cuando, allá por marzo de 2008,  se constituyó oficialmente la Agrupación de Familiares de Desaparecidos de la isla de La Palma, precedente de la Asociación para la Recuperación  de la Memoria Histórica en La Palma, de la que tuve el honor y privilegio de ser su primer representante legal.

Desde un principio, la denominé Madre Coraje por su convencimiento, coraje incansable y compromiso absoluto, de los que nos contagió a todos en la búsqueda y recuperación de los restos de su padre, Segundo Rodríguez Pérez, y su hermano Aniceto, ambos de Puntallana, asesinados y sepultados en una fosa común en las inmediaciones del Pino del Consuelo, en Fuencaliente. Aunque el compromiso de doña Aralda era recuperar los restos de todos los que fueron asesinados y enterrados por los franquistas en toda la Isla.

Era ella una mujer muy educada y sencilla, a la par de muy inteligente y especialmente valiente. Fui testigo de ello en varias ocasiones, cuando alguien ponía en duda los motivos del rescate de los restos y decía algunas impertinencias al respecto. Sus contestaciones eran siempre sosegadas, educadas, respetuosas, sin decir una palabra más alta que otra, pero enormemente contundentes, exponiendo las cosas con claridad meridiana, dejando a todos muy claro que no iba a culpar a nadie ni guardaba el mínimo rencor, que solo pretendía dar sepultura digna y honrosa a sus familiares y al resto de los desaparecidos que es, y no otro,  el espíritu de Memoria Histórica.

Su tío Aniceto se había echado al monte el día que La Palma fue tomada por los soldados y falangistas, desembarcados por el Canalejas el 25 de julio de 1936, como hicieron muchos izquierdistas, injustamente llamados alzados, en la creencia de que el golpe militar fracasaría y volvería a restablecerse la legalidad republicana. Su situación era muy precaria, lo que provocó que algunos familiares les socorrieran de alguna forma, y esto es lo que hizo su joven hermano Segundo, el padre de Aralda, detenido cuando intentaba llevar a su hermano un zurrón de gofio y poco más. Ese fue todo el delito de Segundo Rodríguez Pérez: auxiliar a su hermano.

Doña Aralda no conoció a su padre porque en aquellos dramáticos momentos solo tenía un año y no tuvo conocimiento de ello con claridad hasta los 12, cuando en su casa le fue contada la verdad. Nos decía que durante muchos años de su infancia hacía a su padre vivo, pero fuera de La Palma, y que se preocupaba de ella: recibía por el día de los Reyes Magos una pequeña figurita toscamente labrada de una muñeca o un burrito que su padre le mandaba de fuera, cuando en realidad las hacía un compañero de su padre.

El rescate y búsqueda de los resto de los alzados arranca en La Palma a raíz del rescate, en 1994, de los restos del que fuera alcalde de Los Llanos de Aridane, el socialista Francisco Rodríguez Betancort; exhumación hecha en los pinares de Fuencaliente por sus hijos (seis), junto con los del  concejal José Ruperto Rodríguez (Pepe Grillo), del dirigente sindicalista de la Unión Obrera de Argual, Antonio Fernández Acosta, de Antonio Hernández González y Manuel Peña, asesinados en 1936 y enterrados en los ya tristes pinares de Fuencaliente cuando eran conducidos a Santa Cruz de La Palma. En esta exhumación fue inestimable, como lo sigue siendo en la actualidad, la colaboración y asesoramiento de la investigadora y letrada María Victoria Hernández y de Melo Pérez Díaz que fue el guía de esta primera búsqueda.

Habrían de transcurrir 12 años hasta que en 2006  aparecieron nuevos restos en los pinares de Fuencaliente. Un grupo de familiares de represaliados de la Guerra Civil, capitaneados  por Aralda Rodríguez y siguiendo las indicaciones de Melo Pérez, a quien su padre le había indicado el lugar donde se encontraba una fosa común, hallaban, sobre las 09.30 horas del 25 de julio, los primeros indicios del enterramiento: una suela de alpargata del número 41, que hoy es el emblema de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de La Palma. Estos restos, de los que se han encontrado ocho -13 de los 44 asesinados en la Isla- pertenecen, casi con total seguridad, a los tristemente conocidos como Los Trece de Fuencaliente, aunque ahí se encuentran muchos más.

Entre esos restos estaba el padre de Aralda, Segundo Rodríguez, pero por errores de los métodos poco fiables de entonces no pudo ser identificado hasta 2014, al aplicarse las pruebas del ADN, y así Aralda pudo cumplir uno de sus sueños: sepultar adecuada y dignamente a su padre. Y digo uno porque los restos de su tío Aniceto aún no han aparecido, formando parte de los, aproximadamente, 31 que en la actualidad no se han podido encontrar,  porque las excavaciones se han frenado en seco, habida cuenta de la desaparición de las subvenciones gubernamentales a raíz del famoso “para huesos, ni un duro”. Solo el Cabildo de La Palma y el Gobierno de Canarias han mantenido algunas cantidades, pero insuficientes para continuar.

Tengo oído que el Cabildo quiere hacer un reconocido y más que merecido homenaje a doña Aralda, como también a todos los palmeros asesinados en los montes de nuestra Isla por el simple hecho de pensar de manera distinta y  y defender la libertad y la democracia. Espero que no se demoren mucho.

Gran legado y ejemplo deja doña Aralda. Miles de personas pasan por este mundo y se van de él sin dejar  la mínima huella, ni un rasguño microscópico; Aralda nos deja un enorme surco labrado por el tesón, el compromiso y la búsqueda del honor y dignidad de muchos palmeros inocentes. Descanse en paz, Madre Coraje, que muy merecido lo tiene.

https://diariodeavisos.elespanol.com/2020/04/en-memoria-de-aralda-rodriguez/