Las primeras fosas de Franco: de Interviú a Princeton

La principal revista hispanista de Estados Unidos estudia y elogia los reportajes sobre memoria histórica de Interviú

Interviú | Luis Rendueles | 14-3-2016

Entre 1976 y 1982 nadie se atrevía a escribir sobre las fosas comunes de las víctimas de la represión franquista. ¿Nadie? Desde una redacción de Madrid, varios reporteros osados, con Antonio Asensio al frente, lo hicieron. Incluso bajaron a las fosas y sacaron los huesos con sus propias manos. Casi cuarenta años después, una revista que se difunde en todas las universidades estadounidenses, de Princeton a Harvard, recoge y avala aquellos trabajos, ahora sí, históricos.

                Interviú fue la única, el único canal de expresión que existía en España en aquellos años para hablar de eso”. Lo dice Francisco Ferrándiz, antropólogo, investigador del CSIC y doctor por la Universidad de Berkeley. Con su compañera Paloma Aguilar, profesora de Ciencia Política en la UNED, ha publicado en la principal revista hispanista de Estados Unidos un estudio titulado El retrato que hizo Interviú de las exhumaciones de la Guerra Civil en los primeros años de la democracia en España.

                En 1976, con Franco recién llegado al Valle de los Caídos, nadie escribía de los huesos de víctimas que seguían amontonados en cunetas y fosas comunes. Interviú sí lo hizo. Los profesores Ferrándiz y Aguilar recogen todos los reportajes (28) que publicó esta revista sobre esos temas entre 1976 y 1982, año del fin oficial de la Transición con la llegada de Felipe González y el PSOE al Gobierno. Interviú, dicen, fue “una revista única en un periodo excepcional”.

                Tras analizar el clima de amenazas, anónimos y presiones propios de aquellos años, y la valentía del editor por dar espacio a ese tipo de reportajes, los autores del estudio, publicado en la revista trimestral Journal of Spanish Cultural Studies y que se difunde entre las principales universidades estadounidenses, se detienen en 13 reportajes que hacen referencia al hallazgo de huesos de víctimas de la represión franquista. La mayoría de aquellos trabajos periodísticos fueron escritos por dos reporteros: José Luis Morales y José Catalán Deus.

BAJAR A LA FOSA

En un trabajo sin precedentes, Morales y Miguel Torres llegaron a bajar a la sima de Jinámar, en Gran Canaria, donde fueron arrojados los cuerpos sin vida de decenas de ciudadanos republicanos. Los autores del estudio aseguran que aquel reportaje, con la bajada a la terrible fosa común, “fue un viaje histórico y sin precedentes al corazón de las tinieblas de la represión del franquismo”. El horror.

                La investigación sobre los reportajes pioneros de esta revista recoge también otra aportación que los autores consideran esencial. “En aquellos trabajos, cuando Interviú publicaba imágenes y textos de víctimas, también se publicaba el nombre de los perpetradores, de los verdugos. Entonces, y posiblemente ahora, es impensable. Atreverse como hizo la revista habla de una apuesta muy valiente del editor [Antonio Asensio Pizarro]”, explica el profesor Francisco Ferrándiz.

                En ocasiones, los vecinos, familiares de las víctimas, escribían a Interviú en busca de ayuda y apoyo. Los reporteros viajaban a pueblos y participaban en aquellas exhumaciones, sin permiso judicial. Uno de esos vecinos, de un pueblo navarro, posó en diciembre de 1978, el año que España aprobó una Constitución democrática. En una mano sostenía el cráneo de otro paisano; en la otra, la calavera de su hermano, asesinado con un tiro de gracia en la cabeza. Los investigadores elogian el estilo literario e incisivo de aquellas crónicas de Interviú. Por supuesto, asegura, se cometieron “errores” y “excesos”, pero, pese a ellos, el balance es “absolutamente positivo desde el punto de vista social y político”.

                “Interviú logró abrir una brecha en el ambiente de temor social y mentalidad políticamente correcta de la transición española, no sin tensiones internas y amenazas externas. Logró crear un relato de la represión y expuso los crímenes de los sublevados en la Guerra Civil. Dio voz y presencia a un grupo de víctimas que estaban ausentes de la arena pública”, concluye el estudio. “La Guerra civil acabó en Casas de Don Pedro, un pueblo cualquiera de Badajoz, el 15 de mayo de 1978”, escribió el reportero José Catalán Deus, tras participar el día en que los vecinos abrieron la tierra y sacaron a sus muertos. En el año 2000, otro viejo reportero de Interviú, Fernando Abizanda, estuvo en la primera exhumación moderna de una fosa del franquismo, la que abrió Emilio Silva para desenterrar los restos de su abuelo en El Bierzo. En 2016, en algunos lugares de España todavía no han podido hacerlo. Para ellos todavía no ha terminado la Guerra Civil. Habrá que contarlo.

Cualquier lector con información sobre exhumaciones anteriores al año 2000 puede escribir al equipo del CSIC (politicasdelamemoria@gmail.com)