Lo que el PP quiso eliminar de la ley andaluza de Memoria: la defensa de la II República y la represión de las mujeres

El Gobierno andaluz de PP y Ciudadanos afirma que asume una norma que no votaron -se abstuvieron- y que la aplicará “a rajatabla” como ley que es

PÚBLICO | RAÚL BOCANEGRA | SEVILLA | 14-2-2019

La legislatura pasada, en marzo de 2017, se aprobó en el Parlamento de Andalucía la Ley de Memoria Histórica y Democrática. No salió por unanimidad, pero tampoco recibió votos en contra. Ni PP ni Ciudadanos -Vox no estaba entonces en la Cámara- quisieron ofender a las víctimas de la represión franquista con un no y optaron por la abstención, mientras que PSOE, Podemos e IU votaron a favor.

La norma prevé exhumaciones, un banco de ADN y la retirada de las referencias y exaltaciones de la dictadura aún presentes por doquier en las calles. Se fundamenta en los principios de verdad, justicia y reparación vinculados a los valores democráticos de concordia, convivencia, pluralismo político, defensa de los derechos humanos, cultura de paz e igualdad de hombres y mujeres.

La ley define a las víctimas en su articulo 4 como todas aquellas “andaluzas y andaluces [y sus familiares] que, por su lucha por los derechos y libertades del pueblo andaluz, individual o colectivamente, hayan sufrido daños, inclusive lesiones físicas o mentales, sufrimiento emocional, pérdidas financieras o menoscabo sustancial de sus derechos fundamentales y libertades públicas, como consecuencia de acciones u omisiones que violan las normas internacionalmente reconocidas relativas a los derechos humanos durante el período que abarca la Guerra Civil y la Dictadura franquista hasta la entrada en vigor de la Constitución española de 1978”.

A lo largo de este martes y este miércoles, el Gobierno andaluz de coalición formado por PP y Ciudadanos ha manifestado en varias ocasiones -para gran cabreo de Vox, aunque no parece que la sangre vaya a llegar al río- que aplicará “a rajatabla” la ley, que su actuación estará presidida por el respeto a los derechos humanos, y que solo aceptará modificar la norma si se llega a un consenso de todos los partidos, algo imposible en este momento debido al discurso revisionista del partido ultra. Esta decisión implica en la práctica que la ley pervivirá en su formulación actual.

¿Por qué no se produjo entonces el consenso la pasada legislatura? ¿Por qué la derecha, PP y Ciudadanos, no votó a favor de una Ley que reconoce a las víctimas de un “periodo que abarca la Guerra Civil y la Dictadura franquista”? La consejera de Cultura, Patricia del Pozo, dijo este miércoles en el Parlamento lo siguiente: “Las leyes hay que hacerlas para que perduren en el tiempo. Para eso, tienen que tener el mayor de los consensos. La ley de Memoria Histórica y Democrática fue la ley de la mayoría de aquel momento, pero no de todos los que estábamos allí. Esa ley salió con la abstención del PP y de Ciudadanos”.

“Ustedes [los diputados de PSOE y Adelante Andalucía] saben perfectamente por qué. Se presentaron 98 enmiendas, de las cuales, 70 sumaban entre Ciudadanos y el grupo popular. No se aceptó ni una coma, ni una palabra, nada. No se aceptó nada. A pesar de ello, y a sabiendas de que había una parte del parlamento que no compartía una parte de la ley, se hizo”, agregó Del Pozo.

“No se puede hacer conflicto de esta materia. No quiero una ley de la nueva mayoría. Eso no es una ley de concordia, quiero una ley donde estemos todos. Si quieren iniciar un proceso para agrandar aún más el consenso, háganlo. De este parlamento tiene que salir el consenso”, remachó Del Pozo.

Más allá de esta explicación formal de las razones de la falta de consenso, la diputada de Adelante Andalucía Inma Nieto dio en el clavo en su respuesta a la consejera. “La ley no tiene un consenso mayor porque la derecha no ha sido capaz de subrogarse en su tradición democrática, que también la hubo, republicana, y no ha sido capaz de desembarazarse de la losa de sentirse herederos del franquismo. El día que la derecha condene el franquismo, no hable de equidistancia entre víctimas y verdugos y reconozca que aquí hubo un golpe de Estado y que por las armas se tumbó una Constitución democrática, ese día se fortalecerá el consenso en torno a la ley de memoria democrática y de otras muchas cosas que están pendientes en este país”.

Defensa de la República

En efecto. De la lectura de las enmiendas que presentaron entonces, en su momento, PP y Ciudadanos a la Ley de Memoria se puede extraer la conclusión de la que habla Nieto: la resistencia de la derecha a reconocer los logros de la II República, el intento de evitar una dura condena del franquismo y la referencia a la represión llevada a cabo contra las mujeres frustraron el consenso. Algunas fuentes consultadas manifestaron que la dirección nacional de Ciudadanos no se atrevió tampoco a firmar una Ley de Memoria con la izquierda.

La mayoría de las enmiendas que presentaron PP y Ciudadanos eran de tenor técnico, pero hubo dos de relevancia, porque revelaban la discusión de tenor ideológico que llevó a la derecha a abstenerse en lugar de votar a favor de la norma. Estos fueron los párrafos de la exposición de motivos que el PP intentó eliminar sin éxito mediante sus enmiendas: “El 18 de julio de 1936 se producía el golpe militar contra el Gobierno de la República. Como consecuencia, y en defensa de la legalidad constitucional de la Segunda República Española, se desencadenó la Guerra Civil, que acabó destruyendo el Estado Republicano que pretendía llevar a cabo la necesaria reforma agraria y que estaba culminando nuestro primer reconocimiento como autonomía. Para Andalucía, la República supuso el empeño de modernizar y hacer más justas sus arcaicas estructuras económicas, junto con el intento de superación del secular dominio ejercido por la oligarquía agraria, con el beneplácito de la jerarquía eclesiástica”.

También quiso que desapareciera este: “Es imprescindible que no quede en el olvido el legado histórico de la Segunda República Española, como el antecedente más importante de nuestra actual experiencia democrática. Desde esa perspectiva, es necesario recordar con toda su complejidad y su trágico desenlace los valores y principios políticos y sociales que presidieron ese período”.

Y este otro: “La Guerra Civil de 1936-1939 fue la culminación de un proceso que puso fin a la democracia, al programa de reformas impulsado por la Segunda República y a la cultura democrática que había arraigado en la ciudadanía andaluza. Constituyó una enorme sangría para el pueblo andaluz. La represión y la violación de los derechos humanos durante el período bélico y en la posguerra revistió una extrema dureza, siendo los trabajadores, las trabajadoras y las fuerzas de la cultura, junto con las organizaciones políticas y sindicales que los representaban, las principales víctimas de la misma. Aplicación de bandos de guerra, desapariciones forzadas, sentencias de muerte, cárcel, campos de concentración, multas e incautación de bienes, torturas, exilio y persecución laboral y profesional fueron comunes durante la guerra y la posguerra, junto con la resistencia en las sierras andaluzas y en algunos núcleos urbanos de grupos guerrilleros que pervivieron hasta bien entrada la década de los cincuenta del siglo XX. Las décadas de los sesenta y setenta supusieron una modificación de las formas de dominación de la Dictadura, aunque la violencia siguió presente como forma última de imposición del franquismo”.

También intentó el PP eliminar la referencia que recoge la ley a la represión que sufrieron las mujeres: “En este sentido cabe señalar la especial sensibilidad que tanto el Parlamento de Andalucía como el Gobierno andaluz han tenido con las mujeres que padecieron represión durante la Guerra Civil y el franquismo con la publicación del Decreto 372/2010, de 21 de septiembre, por medio del cual se establecían indemnizaciones a mujeres que sufrieron formas de represión en su honor, intimidad y propia imagen. Y es que las características de la represión ejercida exclusivamente sobre las mujeres durante la Guerra Civil y la Posguerra tuvo un claro componente de género; las mujeres fueron ultrajadas, a veces, únicamente por ser mujeres. Muchas mujeres fueron asesinadas, otras violadas, encarceladas, vejadas, paseadas, rapadas, etc”.

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