Lola Ferreiro Díaz: Son 14 rosas rojas, no 13

Son 14 rosas rojas, no 13

Hay que recuperar la memoria de las mujeres con responsabilidad.

Lola Ferreiro Díaz
5.07.2020
elsaltodiario.com

La recuperación de la memoria histórica es una tarea compleja, complicada y dura. Compleja porque va (o debería ir) más allá de la localización de las fosas y de la exhumación de los restos de miles de personas asesinadas por el fascismo, para abarcar la recuperación de toda una época: la II República (con todos sus avances) y del franquismo (con todos sus retrocesos y especialmente la represión). Complicada porque desde lo principio resultó difícil encontrar testimonio oral (muchas de las protagonistas habían fallecido), y testimonio escrito y documental, destruido por el fascismo. Dura porque la derecha sigue poniendo todos los obstáculos posibles al proceso; denuncias a personas que lo investigan, retirada de las (precarias) ayudas económicas y logísticas que se habían habilitado tras la promulgación de la ley de 2006, vertido de toda clase de infamias y calumnias contra las personas represaliadas…

La complejidad, la complicación y las dificultades se multiplican en el caso de la recuperación de la memoria de las mujeres, ya que a todos los obstáculos mencionados debemos añadir la falta de interés que muestran en general las instituciones y asociaciones hacia el tema.

En este contexto situamos un hecho que tuvo lugar el pasado 13 de junio en Bastiagueiro (Oleiros, A Coruña). El Ayuntamiento decidió poner el nombre de las 13 Rosas a un parque de dicha localidad, sin tener en cuenta que las 13 Rosas (rojas) eran en realidad 14. Estaban avisados. Me consta porque yo misma di la alerta. Pero en la placa aparecen los nombres y apellidos de las 13… y el del alcalde, desde luego. Por lo demás, que era muy tarde, que faltaban tres días, que la placa ya estaba encargada. ¡En fin!

Escribo todo esto desde el dolor y la rabia, pero no por eso es una reacción visceral, sino guiada por la firme convicción de que hay que recuperar la memoria de las mujeres, pero con rigor y responsabilidad. El mismo Carlos Fonseca, que en 2004 había publicado un libro sobre las 13 Rosas rojas no se quedó callado y, cuando se descubrió (en 2006) la Rosa número 14, investigó para reeditar el libro (Trece rosas rojas y la rosa 14. Temas de hoy, 2014).

Coloquen otra placa al lado de la que ya está con el nombre de Antonia Torre Yela. No hacerlo sería una deslealtad hacia su memoria, y una de respeto a la Memoria de las Mujeres represaliadas

 

Cuando se trata de recuperar la memoria histórica es preciso documentarse. En este caso hubiera bastado con una consulta en Wikipedia. En la entrada “Las trece rosas”, cita a Antonia. Lo comprobé yo misma antes de escribir este texto. No consultar las fuentes es, desde mi punto de vista, una falta de respeto a la memoria pendiente de recuperar, al mismo tiempo que nos coloca fuera de posición de criticar a la derecha cada vez que lo hace.

¿UN ERROR?

Somos humanas y, a veces, nos equivocamos (o no nos documentamos), pero en este caso había varias maneras de enmendar el error. Una de ellas, por ejemplo, sería colocar otra plaquita al lado de la que ya estaba “encargada”, con el nombre de Antonia Torre Yela, la rosa número 14. Si no daba tiempo para el día programado, podía haberse pospuesto el acto (otros muchos se pospusieron por el confinamiento y aquí estamos).

De celebrarlo igual, podía haberse anunciado la colocación de dicha placa en cuanto hubiera estado lista… En fin, hay muchas maneras de corregir el (llamémosle) despiste. Si hubiera habido voluntad de hacerlo, incluso habrían comentado algo sobre el particular en el acto de colocación de la placa, pero nadie dijo nada. ¡Nadie!

Podríamos hacer uso de lo que llamamos “la regla de la inversión”. La misma sentencia que condenó a muerte a las 14 Rosas (y a otra mujer a 12 años de cárcel), condenó también a 43 hombres (los 43 claveles). Ambas fueron ejecutadas el mismo día. ¿Qué habría pasado si hubieran ejecutado 42, por un error mecanográfico, y fusilado al otro unos meses más tarde, una vez descubierto el error? Ahí lo dejo. Me parece que la respuesta es fácil.

ANTONIA TORRE YELA, LA ROSA NÚMERO 14.

Antonia Torre Yela nació en Madrid, en 1921, en el seno de una familia trabajadora. Desde muy joven trabajó en una fábrica de sobres. En octubre de 1936 se afilió a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), en la agrupación de Chamartín de la Rosa.

Ingresó en la prisión de Ventas el 3 de junio de 1939, tras ser detenida y torturada, y fue condenada la muerte el 3 de agosto, junto a otras 13 mujeres y 43 hombres. Pero no fue fusilada el día 5, con las demás, debido a un error mecanográfico en la orden de ejecución, en la que constaba “Antonio”, en lugar de “Antonia”. En la cárcel de Ventas no había hombres y en la de Porlier no había ningún Antonio Torres. Tanto ella como sus compañeras se dieron cuenta, pero ninguna dijo nada.

Cuando se esclareció el error fusilaron a Antonia, el 19 de febrero de 1940, junto con las hermanas Concepción y Fernanda Casado Malsipica, condenadas el 24 de diciembre por haber trabajado en las cocinas de una organización libertaria. Según José Rodríguez Vega, que había sido secretario general de la UGT de Madrid y que coincidió con ellas en la misma comisaría tras la detención, ambas fueron torturadas hasta perder el conocimiento e igualmente fue maltratado el hijo de Fernanda, Enrique, que contaba solo dos meses de edad.

En 2006, un sobrino de Antonia informó que la familia siempre creyó que habían esperado a que cumpliera los 19 años para fusilarla y que nunca habían sabido nada del error mecanográfico.

QUE SE ENMIENDE ESTA OMISIÓN

Desde la oportunidad que me brindan en esta tribuna pido al Ayuntamiento de Oleiros que enmiende esta omisión. Pido a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (corresponsable de la misma) que insista para que se haga la enmienda y pido a ambas instituciones que hagan lo posible para que algo así no vuelva a ocurrir.

Coloquen otra placa al lado de la que ya está con el nombre de Antonia Torre Yela. No hacerlo sería una deslealtad hacia su memoria, y una de respeto a la memoria de las mujeres represaliadas y a la historia misma.

https://www.elsaltodiario.com/memoria-historica/son-14-rosas-rojas-no-13?fbclid=IwAR0NgTm0PvxDTnxiAd0nP6T997U8RHOQG_TSlH8m-ukaSs0c17gpX1nVzes