Los peores versos de Pemán

Presidió un comité falangista de depuración de maestros republicanos en la guerra civil. La comisión que lideraba purgó a 701 docentes en Cádiz, entre ellos el abuelo del exministro Pimentel. Los señalados eran condenados al ostracismo y el hambre, y algunos acabaron en el paredón. Detractores y partidarios de José María Pemán se cruzan demandas y amenazas en Jerez, donde la izquierda ha aprobado la retirada de un busto del escritor.

Alba Guerrero | Interviú | 14-9-2015

Carmen Máximo heredó el amor por la enseñanza que sentía su abuela paterna. La antecesora, Carmen Hombre, daba clases en una escuela pública de Jerez, y la nieta enseña hoy Informática en un instituto público de Málaga capital. Los tiempos que les ha tocado vivir son muy diferentes: a la abuela la asesinaron en la guerra civil; la nieta disfruta la placidez de una democracia. Pero estos días no están siendo plácidos para la profesora Máximo. Cuando lee la prensa o ve los telediarios, una noticia le indigna. A 200 kilómetros de donde vive, en Jerez de la Frontera, ha estallado un enfrentamiento por la memoria desde que el nuevo gobierno municipal, con el PSOE en minoría apoyado por Ganemos e IU, ha aprobado retirar retirar del Teatro Villamarta un busto de José María Pemán. En diciembre pasado, el PP, que entonces tenía mayoría absoluta en el Ayuntamiento, rescató del museo arqueológico el busto de la discordia. Lo había donado la familia Pemán para colocarlo en el hall del teatro, un espacio cultural clave de la ciudad. “Cedimos el busto al Ayuntamiento y ahora queremos que vuelva a casa con nosotros; no queremos dejar a nadie nada que no quiera”, se queja Pablo Guerrero Pemán, nieto del escritor, disgustado por la polémica.

Pemán vivió entre la política y la literatura: “Era un hombre cauteloso que intentaba no contaminar su imagen de escritor con su faceta política”, explica el historiador José Pettenghi. Quien fue intelectual orgánico del franquismo, y autor de un sinnúmero de poemas, relatos y artículos, se forjó en política como activista monárquico y, estallada la guerra civil, como presidente de la Comisión de Cultura y Educación.

Un Decreto del 8 de noviembre de 1936 creó comisiones provinciales para purgar maestros rojos. En diciembre del mismo año, Pemán firma una circular que recuerda: “No compete a las Comisiones depuradoras aplicar las penas que los códigos señalan a los autores por inducción, por estar reservada esta facultad a los Tribunales de Justicia, pero sí proponer la separación inexorable de sus funciones magistrales de cuantos directa o indirectamente han contribuido a sostener y propagar a los partidos, ideario e instituciones del llamado ‘Frente Popular’”.

Esos comités pedían en cada localidad un informe sobre cada maestro, que incluía testimonios del alcalde, el párroco, el comandante de la Guardia Civil y un padre de familia “de reconocido prestigio y moral intachable”. Algunas declaraciones rescatadas por Pettenghi –que ha investigado la purga– incluyen afirmaciones de párrocos tales como “El maestro es laico, tonto a consecuencia de meningitis”, “Estos dos maestros se exceden en la bebida”,“Al maestro le achacan relaciones censurables con una mujer siendo casado y alguna afición a la bebida”… o esta, firmado por un padre de familia contra una maestra: “Niña modernista y tonta”. En la provincia de Cádiz fueron depurados 701 docentes. Solo en Jerez, 76. A 19 de ellos los castigaron por promover la lectura de obras de carácter social, tener espíritu “poco religioso” o “moral depravada”, recogen los documentos de la época.

Con la llegada de la escultura al teatro, nació la Plataforma por la Memoria Histórica de Jerez. Quienes la forman han impulsado dos mociones para retirar la figura: “No solo lo vemos injusto; es también una provocación a las víctimas del franquismo. Lo que más reabre las heridas es este tipo de comportamientos”, explica Carlos Vera, miembro de la plataforma. “El busto estaba en el museo arqueológico. La historia le había puesto en su sitio”, añade Santiago Sánchez, dirigente de Ganemos Jerez, partido que, junto a IU,impulsa la retirada de la escultura.

Carmen Máximo también está a favor de que quiten el busto. A su abuela, que dio  clases en la Escuela Unitaria Nº 5 El Retiro, la fusilaron cuando estaba embarazada de su segundo hijo. “Era una sindicalista muy activa y decían que le metía en la cabeza a las niñas ideas socialistas”, relata su nieta. “Mi abuela no pudo contar su historia, murió penosamente. Mi padre no quiere hablar de ello, han mutilado su historia. No se trata de alimentar el odio, se trata de justicia, solo sabemos la historia contada por los vencedores”, añade. Carmen dejó a un niño de once meses, su hijo Juan Máximo, que también ha sido maestro. Hoy recuerda el tenso ambiente de la época: “Todo el mundo tenía miedo a quienes tenían el poder. Jerez estaba envuelto por un espíritu de dureza”.

Pemán no ha aguantado ni un año en el teatro Villamarta. El pasado 30 de junio, el pleno municipal aprobaba la retirada del busto tras una moción de Ganemos e IU que secundó el PSOE. “Lo simbólico es importante –dice el concejal Santiago Sánchez–. A un personaje se le homenajea y los vecinos pueden pensar que es algo positivo, pero no es ningún ejemplo a seguir”. El concejal de IU Raúl Ruiz-Berdejo añade: “No se trata de olvidar la historia, se trata de no homenajearle. Es un personaje que hiere sensibilidades y participó en momentos oscuros de nuestra historia. Es una provocación”.

Quieren justicia

Tras el pleno, llegó una demanda de la familia Pemán a la concejala de IU Ana Fernández de Cosa por llamar asesino al poeta. Su nieto está indignado: “No tengo por qué soportar ver a mi madre llorar porque alguien de IU, para conseguir notoriedad, diga que mi abuelo era un asesino. Por el bien de este país, no debemos llamarnos así los unos a los otros. Mi abuelo no fue un asesino. Probablemente salvó más vidas de las que puedan imaginar”.

Días después, la polémica crecía. La concejala de IU ha recibido dos amenazas anónimas a través de correo electrónico y postal que ya han sido denunciadas: “Son amenazas muy fuertes. Por eso no queremos que trascienda el contenido. No sabemos de dónde proceden pero Fernández. La concejala ha pedido protección, y la alcaldía le ha puesto escolta.

Los detractores de Pemán le recuerdan como franquista y sus defensores claman por su pluma. “Pemán se estudia en los libros de historia, no de literatura”, argumenta Ruiz-Berdejo. “Lo importante es reconocer su aportación cultural y no mirar su signo político”, añade Fernando Sánchez, secretario general de la Real Academia Hispanoamericana de Ciencias, Artes y Letras. Mientras, las heridas no cicatrizan. Por lo mucho que baila el busto, nadie diría que Pemán murió hace nada menos que 34 años.

Manuel Pimentel, exministro y nieto de un maestro depurado: «Es un disparate quitar el busto»

Manuel Pimentel López, maestro de la localidad gaditana de Algodonales, fue también víctima de la depuración y retirado de la docencia. Así reza el informe del teniente de la Guardia Civil del municipio: “El maestro Manuel Pimentel López militaba en el partido político de Izquierda Republicana y por grado de instrucción era tenido como destacado entre los miembros del desaparecido partido”. Con estos datos, el comité que presidió Pemán falló: “La Comisión se ve obligada a proponer la suspensión de empleo y sueldo por un año, siéndole de abono el tiempo que ya lleva sancionado”.

En ese momento duro, aquel docente andaluz poco podría imaginar que con el tiempo un nieto suyo llegaría a ministro. Manuel Pimentel Siles llevó la cartera de Trabajo entre 1999 y 2000, en el gobierno de Aznar. Hoy es mediador en conflictos. “La destitución de mi abuelo supuso un decaimiento muy importante para la familia”, cuenta el exministro. A pesar de lo que sufrió su antepasado, Manuel Pimentel no está de acuerdo con la retirada del busto: “Es trágico y doloroso, pero eso no tiene nada que ver con el busto. Son ganas de abrir heridas que estaban cerradas. Pemán se pudo equivocar en la guerra pero era un hombre de bien. Mi abuelo hablaba bien de él. Es un disparate, es parte de la memoria histórica”. El abuelo recuperó su trabajo tras afiliarse a Falange y alcanzar la jefatura local: “Se buscó la vida como hacía la gente en aquel momento”, explica su nieto.