La ley de memoria democrática, aprobada hace un año, en su artículo 5º, declara la nulidad de las sentencias franquistas, como sería el caso de las aplicadas por el Colegio de médicos
Hoy estuve visitando la exposición que tienen en el Colegio de médicos de Madrid sobre los 125 años de su creación. Por supuesto que no esperaba que nombraran siquiera, a mi abuelo, el eminente cardiólogo, Luis Calandre Ibáñez, pues desde que estuve en el año 2005 en el archivo del Colegio, me di cuenta de lo poco que les interesaba la extraordinaria vida de mi abuelo, pues fue un médico-científico republicano. Si en cambio la vida de los doctores franquistas, Jiménez Díaz y Gregorio Marañón, cuyos expedientes de depuración si aparecen en esta exposición, que es de poco calado, ya que las mismas salas lo son.
Otro fallo, esté más importante, es que, en el panel de depuraciones de los médicos, no se incluye la Orden ministerial de 6 de octubre de 1939, firmada por el ministro de Gobernación Ramón Serrano Suñer, que fue la legislación represiva que se aplicó a cientos de médicos de toda España, entre ellos, mi abuelo.
La Ley de memoria democrática, aprobada hace un año, en su artículo 5º, declara la nulidad de las sentencias franquistas, como sería el caso de las pronunciadas y aplicadas por el Colegio de médicos, cuyos tribunales se declaran ilegales. Pero como en esta exposición, no se reconoce la orden ministerial de 6 de octubre de 1939, no se puede aplicar la ley y declarar nulas todas esas sentencias, que es lo que pone la Ley de memoria democrática.
Finalmente, por decir algo positivo del Colegio de médicos de Madrid, he pedido por internet el expediente del Dr. Luis Calandre Ibáñez, dado que dicen que tienen ya muy avanzada la digitalización de su archivo y tras una primera equivocación, intentan mandarme el de mi hermano Luis Calandre Ibáñez, finalmente me mandaron el de mi abuelo, supongo que, de muy mala gana, ya que como no podía abrir el archivo, tuve que reclamar varias veces ¡Qué cansino!
Al lado del Colegio, pude constatar que están las obras del edificio, para el museo Cajal, que dicen se abrirá en poco tiempo, y espero que nombre, aunque sea mínimamente al Dr. Calandre Ibáñez, pues está demostrado que perteneció a la escuela de Ramón y Cajal, ya que introdujo la cardiología, a través de la histología. A ver si alguien se acuerda de ello.
El Colegio de médicos de Madrid, no cumple con la ley de memoria democrática (nuevatribuna.es)