Málaga. ACTUALIZADO. Loli García Caparrós: “Yo no celebro el 28F, mi familia se quedó en el 4D”.

Un proyecto transmedia pretende rescatar la memoria social de la movilización andaluza por la autonomía y del asesinato del joven malagueño Manuel José García Caparrós durante la manifestación de 1977 en Málaga.

Lamarea.com/27 febrero 2016 / 23:13 / Olivia Carballar

Loli era una niña de 12 años cuando mataron a su hermano, que sólo tenía 18. “Mi madre no levantó cabeza, cayó profundamente enferma y, a los tres años, con sólo 45, murió ella. Nos quedamos tres hermanas solas, una de ellas casada. Mi padre tampoco estaba para nada. Yo tuve que dejar el colegio. No tuve oportunidad en esta vida. Aun así, hemos salido adelante, sin el apoyo de nadie, nunca”, cuenta la misma Loli, hoy con 52 años, dos nietos y una cafetería regentada por ella y una de sus hermanas que da de comer a la familia. Su hermano se llamaba Manuel José García Caparrós. Algunos lo llaman José Manuel y algunos otros cuentan que se subió a la fachada de la Diputación Provincial de Málaga a colgar la bandera de Andalucía y que por eso lo mataron. “La realidad es que él salió a defender la libertad de su tierra, nada más, en aquella multitudinaria manifestación que salió a la calle el 4 de diciembre de 1977 para pedir la autonomía. Lo recuerdo salir de casa con alegría, lleno de vida, sobre las diez y media de la mañana, se despidió de todos nosotros y se quedó allí, en la calle, con todos sus sueños; el libro de sus sueños se lo cerraron aquel día“, rememora aún emocionada Loli García Caparrós.

Con motivo del 40 aniversario del crimen, un proyecto transmedia impulsado por las cooperativas Atrapasueños, Carambolo y Autonomía Sur pretende rescatar la memoria social de la movilización del 4D y del asesinato del joven malagueño con testimonios directos de personas que también vivieron aquella manifestación. “García Caparrós: memoria de nuestra lucha (1977-2017), para el que acabamos de iniciar una campaña de financiación, nace para recopilar la máxima información posible, las historias, los testimonios e investigaciones que aporten más luz sobre aquellos hechos, qué significó social y políticamente y por qué los muertos de la transición continúan aún envueltos en un halo de silencio”, sostiene el impulsor del proyecto, Joaquín Recio, que insiste en que sin el 4D no hubiera habido 28F, el día oficial para celebrar la autonomía. Aquel 28 de febrero de 1980, los andaluces votaron a la pregunta rebuscada que el entonces gobierno de la UCD eligió para el referéndum: “¿Da usted su acuerdo a la ratificación de la iniciativa prevista en el artículo 151 de la Constitución a efectos de su tramitación por el procedimiento establecido en dicho artículo?”. Sí, dijo Andalucía.

“Yo no celebro el 28F. Nos mataron a todos, porque Andalucía siguió para arriba, pero nosotros nos quedamos en ese 4D”, confiesa Loli, que continúa rememorando cada paso de aquel día: “Vino un celador del Carlos Haya preguntando por el nombre de mi hermano, que si vivía allí, y le dijo a mi padre que había tenido un accidente de tráfico, que estaba muy grave. Cuando mi padre llegó al hospital se encontró con el plan. Ni bala ni , se perdió todo. Y ahí empezo la historia, con 18 años que tenía, que medía 1,90, lleno de vida, tan guapo”.

Hoy, sus nietos, continúan viviendo en aquella casa malagueña. “A mi hijo, que tiene 35 años, nunca le tuve que contar la historia porque se crió con esa historia, vivió esa historia. Y el otro día le puse un vídeo a mi nieto Adrián, que tiene nueve años. ‘Tú tienes que estudiar para saber que tu tío también está relacionado con el Día de Andalucía, para que cuando seas grande sepas de dónde procedemos, tus raíces‘, y eso se debería enseñar en los colegios”. “Hay mucha gente que lo quiso enterrar -añade Loli- pero su vida se va a quedar viva”. IU llegó a proponer en el Congreso de los Diputados que García Caparrós fuese considerado como una víctima del terrorismo y abrió la campaña de las generales en Andalucía con un acto de homenaje al joven malagueño. “Caparrós debería tener un estatus que se corresponda con los hechos que tuvieron lugar en 1977, que fue que intentaron silenciar por medio de la fuerza asesinando a la palabra crítica”, consideró Alberto Garzón.

Hijo Predilecto de Andalucía

García Caparrós fue nombrado Hijo Predilecto de Andalucía en 2013 junto al actor Antonio Banderas, que también vivió la manifestación del 4 de diciembre en primera persona en Málaga: “El disparo que te mató podría haberse alojado en cualquiera de los que estábamos cerca de ti. Podría haber sido para mí y todo lo que desde entonces me ha acontecido habría sido borrado. Las cosas que he visto, la gente que he amado, la hija que tuve, las batallas que gané y las batallas que perdí no existirían. Y eso es lo que te fue robado. Por eso hoy se te hace justicia, por eso hoy tu gente te quiere devolver lo que se te arrebató […] Hermano, dame la mano y volvamos al día de Andalucía del año 77 y completemos lo inacabado, salgamos de nuevo a las calles de nuestra tierra para gritar lo que no pudo salir de tu garganta: que somos un pueblo que respira libertad, que el andaluz camina sin miedo a perder su identidad pues ésta está soldada a lo más profundo de su alma. Que entre el ser o no ser, Andalucía siempre eligió el ser”, le dedicó Banderas a Manuel José, ambos a tan pocos metros de distancia aquel aciago día. “Andalucía es una necesidad”, concluyó Banderas. “Lo digo -continuó- frente a la memoria de un hombre que entregó su vida por una Andalucía libre, España y la humanidad”.

Loli García Caparrós no pudo contener las lágrimas durante el acto, algunas más de tantas como ha echado. “Banderas dignificó a Manuel José. Pero habitualmente se han hecho trabajos con periodistas, hijos o amigos de la transición política española o de Andalucía, ligados al poder. Y los políticos que salen no dicen más que qué pena, que qué mártir. Pero lo increíble es que se haya perdido el expediente policial del crimen de García Caparrós, que haya un muerto sobre la mesa y no se haya localizado al culpable, que falte la verdad y la reparación, y ni te cuento la justicia, que son 40 años de silencio”, denuncia Recio. El proyecto, que incluye un documental, un libro y una web, contará, entre otros, con el trabajo de Ketty Castillo, que desmonta la teoría que incide en que el joven se subió al balcón de la Diputación. Este sábado, en un acto socialista, el primer presidente de la Junta, Rafael Escuredo, recordó la comisión “vergonzosa” que se celebró en el Congreso, “donde todos miraron para otro lado”.

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García Caparrós, el joven que murió por la bandera andaluza

Manuel José falleció tiroteado durante la manifestación por la autonomía celebrada en Málaga el 4 de diciembre de 1977. Nunca se encontró al culpable

“Él murió por Andalucía. Que no se pierda la memoria de él, y que se sepa quién es y lo que fue. Y que se sepa que sin un 4 de diciembre nunca habría habido un 28 de febrero”, dice su hermana Dolores

“Un ATS vino a casa a decir que había tenido un accidente de tráfico y estaba muy grave. Era mentira”

Parte de la sesión del Pleno que aprobó el dictamen fue declarada secreta: “Se nos pregunta por las calles si ya se ha acordado quiénes tienen al menos las responsabilidades políticas”

ELDIARIO.ES/ Néstor Cenizo / 27/02/2016 – 20:51h

Antes del 28 de febrero de 1980 hubo un 4 de diciembre de 1977 en el que un muchacho malagueño murió por una bandera. Manuel José García Caparrós, que tenía 19 años, fue asesinado aquella mañana y a la historia, mil veces contada, le falta un final: nunca se supo quién fue el asesino que apretó el gatillo.

Cuarenta años después, dos de sus hermanas (Dolores y Paqui) atienden el bar Moreno, en Fuengirola. Dolores, que tenía 13 años, recuerda que ese domingo se levantaron temprano. “Manuel estaba muy contento. La inquietud política le venía de la juventud; eran jóvenes que estaban empezando a vivir”. Manuel, trabajador en Cervezas Victoria, sindicalista de CCOO y muy futbolero, se preparó aquella mañana para ir a una manifestación por la autonomía con tres amigos. Unas 200.000 personas se manifestaron en Málaga y unos dos millones, según las crónicas, en todas las capitales andaluzas.

El ambiente era festivo, pero existía una resistencia latente encabezada por algunos altos mandos civiles. Francisco Cabezas, presidente de la Diputación, se negaba a que la bandera andaluza ondeara en el balcón del edificio de Alameda de Colón. Iba a ser la única capital sin bandera y cuando un joven, José Manuel Trinidad Berlanga, trepó para colocarla, el caos se desató. Paqui sigue pensando que aquello formaba parte de un plan: “La policía estaba escondida. En el edificio, en los parques… De la nada, ¿de dónde salió tanta policía? Todos preparados, esperando una orden”. En aquella confusión de pelotas de goma, botes de humo, carreras y gritos, su hermano recibió la peor parte.

Manuel se había despedido de sus amigos poco antes, porque quería ir a recoger a su padre antes de volver a su casa, en Calle La Unión. Nunca regresó, y el hombre volvió a saber de su hijo a las 17.30, según recuerda Dolores: “Un ATS vino a casa a decir que había tenido un accidente de tráfico y estaba muy grave. Esas son las palabras que dijo. Mi padre fue a Carlos Haya y… era todo mentira”. Había ingresado ya cadáver, pero eso su padre no lo supo hasta que destapó la sábana que cubría su cuerpo. Al darle la vuelta vio el disparo.

El trayecto al hospital y el misterioso conductor del Symca 1000

Manuel murió sobre las rodillas de Carlos Carmona en el trayecto entre la Alameda de Colón y la Avenida Carlos Haya. Carmona, que entonces tenía 21 años y militaba en CNT, no conocía a García Caparrós, pero intentó salvar su vida. Hoy recuerda de la manifestación que había muchos desconocidos “expectantes” y que vio volar algo, un objeto, quizás una naranja, cuando Trinidad Berlanga escalaba para poner la bandera. Así comenzó la batalla campal. Pasados unos minutos, observó desde el edificio de Hacienda que la Policía se quedaba sin material antidisturbios y reculaba. Un oficial levantó la pistola y disparó al aire.

Carmona se encontró la escena al llegar a Alameda de Colón. “Al darme la vuelta e intentar huir vi una persona caída. Yo estudiaba segundo de medicina. Le cogí la cabeza y me ayudaron a meterlo en un coche”, recuerda. ¿De dónde salió aquel coche? ¿Quién lo condujo? Nunca lo supo. “Era un Symca 1000. La policía me hizo bajar, pero les dije que había un herido. En ese momento un policía intentó meterse, pero el oficial le hizo salir y le dijo que estaba todo controlado”. El misterioso conductor apenas cambió palabras con el joven estudiante, nervioso porque ya comprendía que aquel muchacho desconocido no había recibido el impacto de una pelota de goma, sino un balazo cerca de una axila. En ese trayecto murió García Caparrós.

Carmona vivió aquellos días “un tiempo extraño”. Le interrogaron en Madrid y Málaga, y le recomendaron silencio, que echara un arma al bolsillo. Que había un sector de la policía descontrolado, le dijeron, que si sabía lo que le pasa a quienes se meten en líos. Los dos días siguientes Málaga se echó a la calle por aquel muchacho muerto.

“Se nos pregunta por las calles si ya se ha acordado quiénes tienen al menos las responsabilidades políticas”

“Numerosos impactos de bala señalan el lugar donde cayó muerto el domingo el joven José Manuel García Caparrós”, arrancaba la crónica de El País. ¿Dónde fueron los casquillos? Ni la investigación judicial ni la comisión parlamentaria (presidida por Juan Rovira, alto cargo de Hacienda durante el franquismo) llegaron a conclusión alguna y ni siquiera se encontró la bala que mató a García Caparrós. Quedó la sensación de vergonzosa componenda, de escandalosa omertá. Francisco Cabezas, que había caldeado los ánimos de un sector de la extrema derecha con su actitud abiertamente hostil a la manifestación, desapareció de la vida pública.

El Pleno aprobó los dictámenes sobre los sucesos de Málaga y La Laguna en una sesión parcialmente secreta celebrada un año después. De las cuatro sesiones de la Comisión de Encuesta, dos no tienen diario. “Quiero que consideren los compañeros de Comisión de UCD que estos acontecimientos en una provincia dejan grandes recuerdos amargos, y pocos malagueños pueden comprender que una Comisión nombrada para este efecto no encuentre una persona responsable”, dijo al Pleno León Rodríguez Valverde, del Grupo Socialista. “Se nos pregunta por las calles si ya se ha acordado quiénes tienen al menos las responsabilidades políticas”, informó Tomás García, del Grupo Comunista. 33 diputados integraron aquella comisión, entre otros el actual alcalde de Málaga Francisco de la Torre (entonces en UCD), que exculpó al Gobernador Civil, Enrique Riverola.

Treinta años después, Rosa Burgos reconstruyó los hechos y llegó a conclusiones que confirman lo que muchos temían. En La muerte de García Caparrós, editado por El Observador, Burgos explica que la bala que lo mató era de la policía, que el informe balístico que lo prueba se ocultó, que no murió donde se dijo y que la extrema derecha actuó en connivencia con el Gobierno Civil para reventar la manifestación.

“Manuel José, hoy sé que el disparo que te mató podría haberse alojado en cualquiera de los que estábamos cerca de ti”

El padre de Manuel volvió a casa con la ropa de su hijo metida en una bolsa. El chico llevaba la misma chaqueta que viste en la foto que ilustra este texto. La madre murió llevando el luto, con 45 años. “Mi padre luchó… para nada. Donde iba le cerraban las puertas”, lamenta Dolores, que lleva el carnet y la foto de su hermano en la cartera. Ella y sus hermanos continuaron la lucha con el apoyo de Izquierda Unida, que regularmente pide que se le considere víctima del terrorismo.

En 2013, García Caparrós fue nombrado Hijo Predilecto de Andalucía. Aquel día Antonio Banderas leyó un emocionante discurso. El 4 de diciembre de 1977 el actor había dejado sus ensayos teatrales en El Perchel para manifestarse con Manuel y miles de malagueños. “Manuel José, hoy sé que el disparo que te mató podría haberse alojado en cualquiera de los que estábamos cerca de ti”, dijo Banderas cuando habló de la bala “que hizo diana en el corazón de todos los andaluces”.

En la esquina donde cayó García Caparrós hay una placa en su recuerdo que constata que la negligencia no es sensible al dolor. Esa placa homenajea erróneamente a José Manuel García Caparrós, y no a Manuel José, el joven que pudo ser cualquier andaluz. “Él murió por Andalucía. Que no se pierda la memoria de él, y que se sepa quién es y lo que fue. Y que se sepa que sin un 4 de diciembre nunca habría habido un 28 de febrero”, dice su hermana Dolores.

http://www.eldiario.es/andalucia/Garcia-Caparros-joven-murio-bandera_0_488901358.html