Málaga. Memorias de San Rafael

► Andrés Fernández y Francisco Espinosa presentan su último libro, que consta de dos volúmenes, sobre las fosas de San Rafael

► Una obra cumbre, resultado de miles de horas de investigación, que pone nombre y apellidos a 4.288 víctimas de la represión franquista

LA OPINIÓN DE MÁLAGA | MATÍAS STUBER | 10⎯3-2019

Agujeros incrustados en la pared como testimonios silenciosos de vidas eliminadas sin pestañear. La historia desbrozándose al paso de cada página, hasta sentir sabor salado del último sudor y del miedo. Gracias a la labor escrupulosa de investigación de dos personas que no están dispuestas a que una de las páginas más negras de España acabe en el olvido. El arqueólogo Andrés Fernández y el investigador Francisco Espinosa han presentado esta semana en el Ayuntamiento de Málaga un ambicioso libro, que consta de dos volúmenes, sobre el cementerio de San Rafael. Lugar de ejecución y fosa común, la mayor del país, que ofrece la realidad del horror que supuso la Guerra Civil y la represión franquista, desde el momento en el que convirtió a los del otro bando en personas a eliminar. Después de décadas de estudio minucioso e investigación, este libro ofrece novedades sobre el camposanto que no habían visto la luz hasta ahora y da nuevas cifras que ayudan a poner todo en su contexto. Siempre quedan cosas por saber en San Rafael, pero Fernández y Espinosa sacan del anonimato con nombres y apellidos a 4.288 víctimas que acabaron en esta fosa. Ofrecen una impresionante muestra diáfana, resultado de horas infinitas de investigación en el Registro Civil y en el Juzgado Togado Militar, repasando un enjambre de archivos, fotografías, expedientes y sentencias.

Más luz

Las investigaciones, ilustradas con imágenes inéditas, ponen rumbo a la verdad de lo ocurrido en San Rafael como no se había hecho hasta el momento. Así lo reconoció también el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que acompañó a los autores en la puesta de largo de su última obra. Fernández, que también ha sido el responsable de la exhumaciones en San Rafael, y Espinosa aportan un relato inédito que combina el trabajo de campo con la narración del destino de muchas víctimas y de las historias personales que había detrás de cada fusilamiento.

Uno de los datos más significativos de cuantos aparecen es el que hace referencia a la identificación de las víctimas. Hasta ahora, la cifra que se barajaba se basaba en aproximaciones. Al ya mencionado número de 4.288, más allá de conjeturas, también se ha determinado los lugares de origen de los que acabaron apilados cuerpo con cuerpo. Hay víctimas de más de 428 municipios. Algunos, situados fuera de España. Esto da una nueva visión de la dimensión del desastre. Los órdenes de fusilamiento se repartían por toda la geografía, pero el viaje para los cadáveres siempre acababa en Málaga. La crudeza de los meses iniciales de la represión tiene su reflejo en San Rafael. «Málaga no se había sublevado. Por tanto, la orden que llegó de Franco era la de atacar a la ciudad con toda la fuerza», explica Fernández. Y eso quedó reflejado en las fosas, como ahora demuestran con este libro. La disposición de los cadáveres habla por sí sola. Según Fernández, los primeros enterramientos se ubican en su mayoría en la parcela de San Francisco. Destacan por la masificación y tampoco hubo reparos en desenterrar y volver a enterrar para echar a más cuerpos por encima. «No se actuó con mucha delicadeza», ironiza Fernández. También queda patente la existencia de un número mayor de hombres que de mujeres. Como imagen que refleja la crudeza de lo ocurrido, la muestra de los restos de una fusilada en avanzado estado de gestación.

Esa parte corresponde a la exhumación de los cuerpos enterrados en San Rafael. Estos trabajos, como recuerda Fernández, se afrontaron sin experiencia previa en enterramientos de tal magnitud. Es por ello que el equipo se encontraba ante un campo de prueba en la tan ingente tarea de recuperación de cuerpos represaliados. Al final, los trabajos de exhumación realizados, como queda reflejado en el libro, han adquirido un carácter modélico. «Este proyecto ha supuesto un ejemplo de aprendizaje para las fosas de grandes dimensiones que se encuentran en suelo andaluz, de los que hay constancia documental y tangible en los trabajos desarrollados a lo largo de más de doce años desde que se inició la actividad en Málaga, marcando las bases en protocolos de actuación en futuras intervenciones de tal volumen. 
 

Historias de vida

No son solo cifras e imágenes. Fernández y Espinosa también ponen las historias de vida que hay detrás de los ajusticiados. Una labor para la que han contado con la ayuda de la Asociación contra el Silencio y el Olvido por la Recuperación de la Memoria Histórica de Málaga. Quedan los testimonios de una aniquilación que no fue solo dirigida contra los que lucharon contra el golpe militar. Además, fueron asesinados personas que no tenían nada que ver en la disputa. «Estar afiliado en un sindicato ya era motivo suficiente para acabar en la pared de fusilamiento», explica José Sánchez, miembro de la Asociación contra el Silencio y el Olvido. Un problema para muchos, señala, ya que durante la República se instauró la afiliación como obligatoria para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores en España.

Como ejemplo, la historia de José Gallardo Moreno. Natural de Loja, creció en el seno de una familia comunista. Era zapatero artesano de profesión y sus primeros pasos de acción sindical los hace en la CNT, como dirigente del sindicato de la piel. La fundación del PCE apenas llega a cuajar en Málaga en 1921. En 1929, se rehizo el partido y Gallardo se presenta a las elecciones de 1931. Siendo zapatero, logró figurar en lista junto al médico Cayetano Bolívar, el periodista José Ochoa y el tornero Andrés Rodríguez. La vida de Gallardo pasa del activismo político al de resistencia militar. En 1941, el juzgado lo condena a muerte y un 8 de enero a las 7 de la mañana es ejecutado en San Rafael.

Por último, Fernández reivindica la importancia de la memoria histórica y pone como ejemplo la labor realizada en Málaga, reconocida por todos los partidos políticos en el Ayuntamiento, independientemente del color político. «En los trabajos de las fosas no hay palabras para describir las estampas que presenciamos. Unos cuerpos encima de otros, llegando a superar las 2.500 víctimas recuperadas fusiladas y muertas entre 1937 y 1955», señala. «Fueron miles de personas encerradas, la represión se extendía a todos los grupos de edad y las condiciones infrahumanas eran causa de muerte, el hambre y las enfermedades», sentencia. Fernández y Espinosa han demostrado con esta obra culmen que siguen obsesionados en rastrear siempre la verdad.

Claves

  • Apoyo institucional
    Las primeras páginas contienen las cartas institucionales del Gobierno, Junta de Andalucía y Ayuntamiento, agradeciendo la labor realizada en el cementerio de San Rafael. Las firman María Gámez, José Luis Ruiz Espejo y Francisco de la Torre.
  • Fusilamiento o garrote vil
    Eran las dos formas que se utilizaba para ajusticiar a los represaliados. El fusilamiento era el método más utilizado, pero en San Rafael también acabaron los asesinados por garrote vil. El libro muestra un collar.

https://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2019/03/10/memorias-san-rafael/1073430.html