María-Villa Cuadrado, hija de preso del canal: «Las mujeres fueron también presas de la represión»

Testimonio de una colaboradora del Grupo RMSHA de CGT-A, que expone hasta el 20 de septiembre el proyecto El Canal de los Presos en el Antiquarium de Sevilla. Una exposición sobre la construcción del canal y de la vida cotidiana de miles de presos, los esclavos del franquismo, en los diferentes campos de concentración, condenados a trabajos forzados.

María-Villa Cuadrado Jiménez se incorporó al proyecto del Canal de los Presos hace casi 20 años. Ella nació después de que su padre, Antonio Cuadrado Barrionuevo, saliera de allí. «Estuvo 8 años en trabajos forzados, se acogió a la reducción de penas por trabajo porque había sido condenado a muerte, en 1940 tuvo el juicio, estaba detenido desde el año 39, luego pasó 3 años en otras cárceles, en Murcia, Almería, venía de allí, después en la prisión de Sevilla, y como digo ocho en trabajos forzados», cuenta en la inauguración de la exposición homenaje que se puede ver estos días en el Antiquarium y que cuenta con la colaboración de ayuntamiento hispalense.

Dice María-Villa que «es la sociedad civil la que debe hacer estas cosas, con el apoyo de la administración. Claro que deberían de haberlo hecho hace 40 años, porque este país ha vivido 40 años de dictadura y 40 de silencio democrático. Se hizo la transición, se cerró en falso un capítulo que no tenía que haberse cerrado nunca, cuando los franquistas se acostaron un día y se levantaron demócratas al día siguiente y anularon la memoria y las responsabilidades que habían tenido. Nos dicen, este país ha avanzado mucho, y sí que ha avanzado evidentemente, en lo social, en lo político, pero no ha avanzado en el tema del reconocimiento de su propia historia, y hay un capítulo negro, muy oscuro, muy grave».

Hablando de capítulos, en el libro ‘El Canal de los Presos (1940-1962), Trabajos Forzados: de la represión política a la explotación económica’ (2004), hay uno dedicado a las mujeres (Vidas olvidadas de mujeres). También se habla de ellas en el documental ‘Presos del Silencio’ (2004), que se ha visionado durante la exposición. En ambos ha colaborado María-Villa: «son las mujeres, hermanas, madres, hijas. La guerra era contra la familia, se llevaban a los hombres, pero era toda la familia la que estaba sufriendo y por supuesto las mujeres, las penalidades que pasaron fueron terribles. Ellas eran de familia republicana, mujeres represalias también, mujeres de izquierda, que habían estado implicadas en la vida social y política de la República. Sufrieron las humillaciones  por ser el otro contingente que había sufrido la represión del campo de trabajo, aunque ellas y sus familias estuviesen fuera de las alambradas. Nadie había reparado en que las mujeres fueron también presas de la represión».

Y añade: «Siempre he dicho que las feministas no nos hemos acordado de esas mujeres, porque es una cuestión también de clase, la mayoría de ellas eran de clase obrera y no nos hemos acordado de ellas, sí lo hemos hecho de otras mujeres que lo pasaron igual de mal pero que habían sido profesoras, políticas destacadas, y no nos acordamos de las mujeres que viven el día a día».

La exposición

Hasta el 22 de septiembre, en la zona expositiva del Antiquarium hay previstas una serie de actividades en torno al montaje de la exposición “El Canal de los Presos” (14 paneles  de 100×0,70), acompañadas por 10 fotografías (0.50×0,70) sobre la construcción del canal y de la vida cotidiana de miles de presos en los diferentes campos de concentración desde donde se desplazaban al tajo (El Arenoso, La Corchuela,  Los Merinales (Dos Hermanas) y Cortijo Casavacas en La Rinconada) que eran, habitualmente, obras de infraestructura importantes (Acueducto sobre el arroyo Almonazar en La Rinconada o el Acueducto en el límite entre Dos Hermanas y Los Palacios, junto al cortijo El Arenoso) o también los sifones en Los Merinales (Dos Hermanas) subterráneo, o aéreo sobre el río Guadaira en Alcalá de Guadaira.

Formando parte de la exposición, también se muestran algunos de los trabajos desarrollados desde el año 2000 que se puso en marcha la investigación (libros, cuadernos, folletos, artículos, documentales, guías didácticas, dossier de prensa, etc.). Se han proyectado los documentales ‘Los presos del canal’ de Nonio Parejo, y ‘Presos del silencio’, de la productora Intermedia, y que cuenta con varios premios. También se ha realizado una visita guiada por el historiador José Luis Gutiérrez a los campos de concentración de Los Merinales, El Arenoso y La Corchuela.

La construcción de este canal salió gratis a los terratenientes de la zona, recuperó la población en los pueblos que atraviesa y transformó la economía, el paisaje y el clima (2º grados menos) en el bajo Guadalquivir (80.000 hectáreas de marisma y secano en regadío). 

El Canal de los Presos está reconocido por la Junta de Andalucíacomo “lugar de la memoria” y señalizado en su recorrido entre Los Rosales (Tocina) y Los Palacios-Villafranca.

Tendréis envidia de los muertos… La construcción del canal de los presos

Siempre se ha tratado en el fondo de utilizar el trabajo de los presos como un capital desaprovechado. En algunas legislaciones penales aparece la idea de ‘regenerar’ al preso, pero nadie ha pensado en la virtud propiamente ‘redentora’ del trabajo, idea enteramente nueva y genial, sacada por el Generalísimo de las entrañas mismas del dogma cristiano y que trae consigo una serie graduada de consecuencias prácticas, que es preciso poner de manifiesto para que se pueda juzgar exactamente de su verdadero valor, significado y eficacia. José A. Pérez del Pulgar. Sacerdote.

El canal de los presos forma parte de uno de los capítulos más abyectos, pero menos conocido de la guerra de 1936-39. A la barbarie de la guerra vino a sumarse una feroz y sistemática represión materializada en crímenes aparentemente legalizados por el nuevo régimen fascista y en largas condenas de prisión para quienes no habían hecho sino cumplir con la legalidad republicana instituida y que habían ignorado los militares sublevados. El nuevo estado estableció para los represaliados campos de concentración, de trabajos e incluso de exterminio. A estos campos fueron a parar decenas de miles de españoles que como trabajadores forzados intervinieron durante años en obras de carácter público o eran, simplemente, alquilados por el Estado a empresas privadas.

Una de esas obras, en la provincia de Sevilla, sería la construcción del canal del bajo Guadalquivir entre 1940 y 1962, de 159 km, entre Peñaflor y Lebrija, sirviendo como base para los presos los campos de concentración de El Arenoso, La Corchuela y Los Merinales en Dos Hermanas, así como el del Cortijo Casavacas en La Rinconada, además de otras infraestructuras auxiliares (depósitos de presos) en la  estación de ferrocarril de Alcolea del Río o la finca «Matallana» en Lora del Río, todo ello bajo la dirección del servicio de colonias penitenciarias militarizadas, una “empresa” (Colonias Penitenciarias Militarizadas) gestionada y dirigida por altos cargos militares dependientes del Ministerio de Defensa.

Tras estos miles de presos llegaron sus familias que transformaron e hicieron crecer rápidamente barrios como Bellavista o Torreblanca o que se construyeran otros nuevos como Valdezorra o Fuente del Rey.

El agua sirvió para que la comarca del bajo Guadalquivir se transformara (más de 80.000 hectáreas), fundamentalmente de marismas y algunas de secano, en latifundios de regadío, recuperaran población los municipios por donde transcurría e incluso aumentara su censo tras la construcción de poblados de colonización (Adriano, Maribañez, Chapatales, Trajano, El Trobal, Guadalema de los Quinteros, Sacramento, Pinzón, Vetaherrado, San Leandro y Marismillas). Las últimas parcelas de esa tierra se entregaron a jornaleros de Lebrija a principio de los años ochenta.

Esa inmensa riqueza generada entre 1967 y 2019 ha sido generada por el trabajo esclavo de miles de presos políticos del franquismo, a pesar de ello parece ser que no es suficiente como para reconocer, jurídicamente, la figura del preso en trabajos forzados. En esa estamos porque El canal de los presos sigue llevando agua.

Grupo RMAHSA de CGT-A.

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