Castrileños en los campos nazis de exterminio.

Los campos de exterminio que los nazis alemanes pusieron en marcha durante la II Guerra Mundial (1939-45), habitualmente se asocian, en exclusividad, al Holocausto del pueblo judío. Pero la política genocida de los nazis-fascistas se dirigió, también, a otros muchos colectivos como el de gitanos, izquierdistas y opositores políticos, homosexuales, objetores de conciencia, discapacitados físicos y psíquicos… que, de igual modo, sufrieron persecución y exterminio. El asesinato masivo y planificado de millones de seres humanos a causa del fanatismo racista, se llevó a cabo en centenares de campos de concentración que se localizaban por todo el vasto territorio europeo del III Reich bajo el dominio de Hitler. Uno de los colectivos más desconocidos del genocidio nazi es el de los republicanos españoles que, en un número cercano a 9000 personas, sufrieron la deportación a esos campos del horror, mayoritariamente al de Mauthausen. Aproximadamente, sólo un tercio logró sobrevivir. El resto acabó convertido en cenizas en los hornos crematorios. Entre los 1500 andaluces, había cerca de 270 granadinos y, entre ellos, ocho castrileños.

Mientras en Europa y en el mundo entero las víctimas de la barbarie nazi-fascista son objeto de continuos homenajes con el fin de mantener viva la llama del deber de recordar (¬para evitar que la historia se repita y para hacer justicia a las víctimas), en España ha habido un injusto silencio sobre estas personas que sólo en los últimos años se tiende a romper. Las cuatro décadas de dictadura de Franco y las tres de democracia (éstas de manera incomprensible), han minado la memoria de estos luchadores hasta el punto de hacerlos desconocidos en sus propios pueblos de origen. La mayoría de estos andaluces y españoles que salieron de sus pueblos en los convulsos años de la guerra civil (1936-39) para combatir al servicio de la República contra el ejército sublevado, han caído en el más ignominioso de los olvidos. ¿Saben, hoy, las gentes de Castril de los espantosos sufrimientos y tribulaciones de ocho hijos del pueblo en los campos nazis de exterminio? Sirvan estas páginas en donde se reconstruye de manera escueta el periplo de estos jóvenes antifascistas castrileños, como un pequeño tributo a su memoria, para que sus nombres recuperados, no se pierdan nunca más por los sumideros de la historia.

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