El viernes 23 de Febrero de 1945, agentes de la policía gaditana y dos miembros de la Brigada Político-Social de la Dirección General de Seguridad, especialmente desplazados desde Madrid para ello, detienen en Cádiz al agente de seguros, Antonio Pascual García, en la puerta del domicilio de Ismael Warleta de la Quintana cuando iba a entrevistarse con él. En el registro que se le practica le encuentran documentación clave para acreditar su trabajo de espionaje a favor de los norteamericanos.
Entre dicha documentación, le es intervenida una carta y fotografía de Diego Ponce Ruiz, que se encontraba en Sevilla y trabajaba como agente para Antonio Pascual, que éste llevaba en su poder para anunciarle a Warleta una próxima visita de contacto.
Antonio Pascual trabajaba como agente del cónsul norteamericano en Sevilla, John Hamlin, de quién recibía las instrucciones y su trabajo principal en el momento de su detención, consistía en el seguimiento de significados agentes nazis que se encontraban en el suroeste español. Entre los trabajos que llevaba encomendados en ese viaje a Huelva y Cádiz, figuraba la localización de Clauss, informar del paradero de Meino Von Eitzen, averiguar los desplazamientos de un tal Steidinger y de Ricardo Krausser y, sobre todo, seguir la pista de una transferencia de 50.000 pesetas realizada desde Madrid, a través del Banco Mercantil e Industrial, a un tal José Silvosa Gutiérrez. Esta transferencia, sospechaban los norteamericanos, estaría dirigida al avituallamiento de submarinos alemanes que, el día 20 de febrero, habían hostigado a un convoy aliado en aguas próximas a Cádiz. También le intervienen una regla de cálculo para entregar a Urbano Orad de la Torre y una nota para “Curro”.
Le son intervenidos también, salvoconductos firmados y sellados en blanco por la Jefatura de Policía de Sevilla, averiguándose que la expedición de los mismos las había hecho el jefe del negociado encargado de salvoconductos, Domingo Macarro Durán.
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