Las guerras no solo enfrentan a militares en el campo de batalla. La mayoría de las víctimas de los conflictos bélicos no caen con las armas en la mano. Muchas de ellas mueren o penan sin poder defenderse. Forman parte de la población civil: ancianos, niños y niñas, mujeres y hombres que intentan sobrevivir a la barbarie escondiéndose o huyendo de los soldados.
Durante la Guerra Civil Española de 1936 a 1939 hubo muchos episodios de huidas masivas. Los pueblos y ciudades quedaban despoblados ante el avance de los militares, ante la ocupación de los enemigos. Los dos desplazamientos de población civil más renombrados fueron el éxodo final de los republicanos hacia la frontera francesa en el norte de Cataluña (febrero de 1939) y la huida de Málaga a Almería de febrero de 1937 tras la entrada de las tropas franquistas en la ciudad andaluza.
Centenares de miles de personas integraron esos éxodos, pero hubo otro más modesto y más temprano: la huida de ocho mil personas desde el suroeste de la provincia de Badajoz hacia el noreste republicano de La Serena a mediados de septiembre de 1936, huyendo del avance de las tropas sublevadas. La llamada Columna de los ocho mil fue diezmada en las inmediaciones de Fuente del Arco (Badajoz) por fuerzas militares franquistas tras dos días de marcha. Aunque muchos pudieron proseguir su huida, al menos dos mil fueron apresados, trasladados a sus localidades de origen y asesinados.
La Columna de los ocho mil es el primero de los grandes desplazamientos de personas que provocó la Guerra de 1936-1939 y el menos conocido. Esta exposición, organizada por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica «José González Barrero» con la financiación de la Diputación de Badajoz y el Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática del Gobierno de España, forma parte de un proyecto de investigación que pretende seguir contribuyendo al esclarecimiento de estos hechos.