La represión y sus directrices sevillanas en la provincia de Cádiz

1. Introducción
2. Los primeros detenidos y los primeros fusilados de Cádiz
3. Las instrucciones de la Auditoría de Guerra de Sevilla
3.1. Carta-informe confidencial del Fiscal de Cádiz
3.2. Las instrucciones de la Auditoría
3.3. La Represión con nombres y apellidos
3.4. La respuesta al Fiscal de Cádiz

1. Introducción

La sublevación militar iniciada el 18 de julio de 1936 triunfó en buena parte de la provincia de Cádiz durante los días siguientes quedando completamente dominada por los rebeldes a finales del mes de septiembre, por lo que la represión que se padeció fue principalmente ejercida por quienes se habían alzado en armas contra el gobierno de la República.

Mientras las cifras de personas muertas en acciones ofensivas-defensivas o asesinadas por fuerzas gubernamentales o del Frente Popular en la provincia de Cádiz fue cuantificada en la “Causa General” y diversos autores posteriores en cifras que apenas superan el centenar de víctimas, la protagonizada por los militares sublevados y las milicias políticas que se les adhirieron todavía no está cuantificada, a falta de una investigación seria y rigurosa, si bien las cifras globales tradicionales de menos de un millar de víctimas hasta ahora publicadas han quedado plenamente desacreditadas y superadas por recientes estudios locales. A ello y respecto a cuanto al concepto de represión se refiere, habría que añadir a las víctimas fallecidas de forma violenta, las de quienes estando privados de libertad fallecieron por malos tratos, hambre o enfermedad derivada de las anteriores.

A medida que los rebeldes se fueron haciendo con el control de las diversas poblaciones de la provincia gaditana comenzaron tanto las detenciones de quienes se les habían opuesto activamente como de cualquier persona considerada sospechosa de pertenecer o simpatizar con los partidos políticos y organizaciones que integraban el Frente Popular.
En pocos días, además por supuesto de los depósitos carcelarios municipales, los dos principales centros penitenciarios civiles de la provincia -la cárcel de Cádiz y el penal de El Puerto de Santa María- así como los del Ejército y la Armada –castillo de Santa Catalina y penal de La Carraca respectivamente- quedaron saturados, siendo necesario habilitar urgentemente otros tipos de recintos y edificios -incluidos plazas de toros y dependencias castrenses- e incluso buques mercantes.

Sin embargo y al contrario que ocurrió en otras provincias de Andalucía donde los fusilamientos y asesinatos protagonizados por los rebeldes al amparo del bando de guerra comenzaron desde el mismo día del comienzo de la sublevación militar, en Cádiz tardaron casi tres semanas en producirse, salvo casos muy excepcionales y puntuales llevados a cabo por elementos incontrolados, teniendo que llegar a instarse, impulsarse y controlarse desde la jefatura de la 2ª División Orgánica de Sevilla.

(Para leer la investigación completa descarga el fichero asociado)

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