Las Memorias del Patronato de Redención de Penas por el Trabajo

http://www.presodelescorts.org/files/pdf/es/memories_patronat_es.pdf

1. El discurso de la redención de penas por el trabajo.
2. El Patronato de Redención de Penas por el Trabajo.
3. Las Memorias del Patronato.

En su calidad de proclamado “Caudillo por la Gracia de Dios”, como podría leerse en las monedas acuñadas a partir de 1948, la máxima voz de autoridad de todo discurso del régimen era la del general Franco. Si en su momento la misma idea del semanario Redención le fue atribuida, lo mismo ocurrió con el pretendido discurso innovador de la redención de penas por el trabajo. El marco en que encajaba este discurso quedó para siempre ilustrado en una declaración al periodista Manuel Aznar, en 1939, que sería citada ad nauseam: la que dividía la sociedad de los vencidos en dos clases bien diferenciadas:

“Yo entiendo que hay, en el caso presente de España, dos tipos de delincuentes; los que llamaríamos criminales empedernidos, sin posible redención dentro del orden humano, y los capaces de sincero arrepentimiento, los redimibles, los adaptables a la vida social del patriotismo. En cuanto a los primeros, no deben retornar a la sociedad; que expíen sus culpas alejados de ella, como acontece en todo el mundo con esa clase de criminales. Respecto de los segundos, es obligación nuestra disponer las cosas de suerte que hagamos posible su redención. ¿Cómo? Por medio del trabajo.”

A los primeros les era reservado el paredón o largas condenas de cárcel cuyo cumplimiento sobrepasó, en algunos casos los veinte años. Los segundos, los redimibles, pasaron a ser objetivo de una compleja política que buscaba su doblegamiento y sumisión a los valores del régimen, en un proceso paralelo de desnaturalización de aquellos otros valores que habían defendido durante la etapa republicana y que habían conformado su identidad. El discurso franquista era, en este sentido, transparente, tal y como aparece reflejado en el primer principio de la doctrina de redención de pena por el trabajo, impuesta a partir de 1938, en plena guerra civil.

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