Un alcalareño muerto en los campos de concentración nazis

José Gómez Caballero dejó una dirección del municipio de Alcalá del Río, Sevilla, como destino final de cuanto a él le ocurriera, correspondiendo la misma a la calle Nueva, número 4 del municipio hispalense, y a su padre, Dionisio Gómez Molina, como destinatario.

Ello permitiría a su familia, a su padre, saber qué le ocurrió al final de sus días, algo que ignoramos si pudo producirse. Gracias a dos catalanes, prisioneros en Mauthausen, Casimir Climent y Juan de Diego, miles de españoles han podido conocer el trágico final de sus familiares republicanos internados en los campos de concentración organizados por los nazis.

Juan de Diego, barcelonés, trabajó en la Administración central de Mauthausen, y llegó a ejercer diferentes tareas, entre ellas, llevar el registro de defunciones, y posteriormente, se le encargó el control de la correspondencia de los españoles que salía hacia el exterior a partir de 1943. Casimir Climent, otro catalán, gracias a su facilidad con el alemán, llegó a trabajar en la oficina de la GESTAPO, policía secreta del Estado en la Alemania nazi, donde se encontraba el archivo de los registros del campo, y se encargó de realizar las fichas de ingresos de los recién llegados. Paralelamente a su trabajo, logró llevar una copia del archivo general, donde incluía un registro de las SS, (abreviatura de las Shutastaffel, la organización militar y de seguridad del partido nazi), que habían prestado sus servicios en el campo y, junto a De Diego, llevó a cabo un listado de presos españoles con datos referidos a su nombres, fecha y localidad de nacimiento y una dirección del domicilio que hacía referencia a un familiar, amigo, esposa, etc., para comunicarle sobre su situación, que normalmente sería información relativa a su defunción.

La acción y el gran valor, en tales circunstancias, de estas dos personas, junto a la de muchas más, permitió que miles de familias pudieran conocer el final de miles de presos del campo de concentración de Mauthausen, y de los que prácticamente no se tenían noticias.

Para leer el artículo completo descarga el fichero asociado

Adjuntos