Medio siglo ya de los 122 años de cárcel contra la USO

El franquismo no merece ni olvido ni blanqueo.

Manuel Zaguirre / 3 de marzo de 2022, 11:06
La elección en las urnas, hace ahora dos años, de un Gobierno de coalición progresista, con el soporte de una mayoría parlamentaria de amplio espectro, liderado todo ello por el PSOE y Pedro Sánchez, la acelerada radicalización derechista del PP, la irrupción del neofascismo de VOX y su estrategia confesa de desestabilizar al PP y a la Democracia y reivindicar la herencia y “legitimidad” del franquismo, las medidas del Gobierno progresista para dignificar la memoria democrática y activar la localización y devolución a sus familiares vivos de decenas de miles de compatriotas desparecidos víctimas de la represión franquista, el traslado del dictador Franco al panteón familiar desde el del patrimonio del Estado que ocupaba sin honra histórica para ello… han provocado un aluvión de campañas con una finalidad explícita: Relativizar y blanquear la naturaleza fascista y represiva de un régimen nacido de un golpe militar contra la República democrática en 1936 y de una victoria en la guerra fratricida que su golpe provocó.

Lo más irritante de esas campañas es que no aportan argumentos sobre las bondades del franquismo frente al severo juicio de la Historia y los historiadores más prestigiosos del mundo. Se limitan a invocar que no se remueva el pasado (el de los vencidos y enterrados clandestinamente aún; ellos honraron y homenajearon durante 40 años a sus “mártires” vencedores) y a que el franquismo era una dictadura, pero hacía cosas, pantanos entre ellas (la devastación de la guerra del 36 al 39 fue tal que hasta entrados los 50 España no recuperó el PIB ni el nivel de renta o infraestructuras de mediados de los años 30, cuando provocaron el mayor desastre que sufrió España en el siglo XX).

Estos datos globales sobre la naturaleza perversa del franquismo y la necesidad de no olvidar y honrar la memoria democrática para que algo similar sea imposible que vuelva a ocurrirnos, quiero ponderarla con datos muy concretos sobre mi propia vivencia personal y la colectiva de la USO. Lo global y lo concreto confluyen en la misma conclusión: El franquismo fue un régimen nacido de una traición militar y civil a España, de una victoria en una guerra que hicieron posible las armas y la tecnología de la Italia fascista y la Alemania nazi, frente a la “neutralidad” cobarde de las potencias democráticas que dejó indefensa a la IIª República Española, y sostenida durante 40 años en la “paz” de los cementerios y la represión implacable contra todo intento de expresión o disidencia democrática.

122 años de cárcel contra la USO

Volviendo a lo concreto, y al objeto de estas líneas, en estos días se cumplen 50 años del mayor intento represivo contra la USO bajo el franquismo, a través del siniestro TOP (Tribunal de Orden Público) y uno de los más duros contra el sindicalismo democrático, forzosamente ilegal, en el periodo final o tardo-franquismo.

Todo empezó un 26 de febrero de 1972 cuando la policía irrumpió, pistola en mano y a gritos, en la reunión que estábamos empezando 9 dirigentes de la USO, de distintas zonas de España, en el convento de los dominicos a las afueras de Madrid.

Fuimos detenidos y trasladados a la Dirección General de Seguridad -hoy sede de la Comunidad Autónoma de Madrid-, en medio de un despliegue policial digno de mejor causa.

Sobre los duros interrogatorios a cargo de Yagúe y el Gitano, de la brigada político-social, publiqué un extenso relato, bajo el título “¿Te infiltras en el Ejército?”, que es uno de los 50 que incluye mi último libro solidario, “Historias de la memoria confinada”, de octubre 2021.

Tras cumplirse las 72 horas de rigor de detención e interrogatorios en la DGS de la Puerta del Sol, la policía nos depositó ante el TOP que decretó nuestro ingreso en la cárcel de Carabanchel, ya demolida y en riesgo de ser un gran pelotazo inmobiliario si no somos capaces de obligar a las derechas y a los especuladores que esa emblemática prisión sea un gran memorial sobre la lucha por la Democracia en España y la represión que ello provocó.

A media noche del 1 de marzo fuimos encarcelados los 9 compañeros detenidos cuatro días antes en los dominicos. Un décimo compañero, Josedo, fue detenido a posteriori en su domicilio e interrogado en la DGS, pero el TOP no lo encarceló si bien lo procesó meses después.

Nuestro sumario era el 261-72; una barbaridad en apenas dos meses. Cuatro meses después, el sumario abierto a dirigentes de CCOO, con fuertes penas de prisión, fue el 1001-72. Es decir, en un solo año el TOP levantó más de 2000 sumarios por “delitos” como ser sindicalistas o militantes políticos a imagen y semejanza de cualquier país europeo, excepto Portugal. Pero no reprimía sólo el TOP. Había otras instancias militares o administrativas que engrosaban un inventario represivo de alto nivel.

Sobre la estancia en Carabanchel, como mes y medio, en mi último libro solidario antedicho va un relato, “Aldasoro, Lenin y yo”. Tuve ocasión de conocer y tratar a luchadores de una gran talla política y moral, lo cual era un privilegio para un muchacho de 24 años ávido de saber y crecer. Ángel y Fernández Inguanzo de Asturias, Floreal de Zaragoza, Lucio Lobato, Marcelino Camacho… todos comunistas en honor a la verdad.

Mención especial a un vasco, biógrafo de Franco en Ruedo Ibérico, editorial prohibida en España, con el nombre ficticio de “Luis Ramirez”; su verdadero nombre era Luciano Rincón. Su “Francisco Franco: Historia de un mesianismo” es una obra imprescindible para conocer y entender aquella España y aquel fascismo. Le gustaba hasta a mi Tío Pepe que no era muy rojo precisamente. Cuánto aprendí y cuánto me reí con aquel hombre, grande y gordo, que me confesó un secreto al poco de conocernos: “Mira, chaval, yo procuro dormir doce o catorce horas diarias porque así cumplo la mitad de la condena… que no se enteren estos cabrones”. Este no era comunista, era más bien ácrata y desternillante.

Aquellos baluartes humanos de lucha y de dignidad que yo conocí y traté en Carabanchel hace 50 años se han ido todos. Yo sí los recuerdo y los reconozco en mi memoria por cuanto dieron sin pedir nada.

Entrado Abril nos dieron la libertad provisional con una fianza de 15.000 pesetas per cápita, un dineral para la época que salió de la solidaridad internacional de trabajadores metalúrgicos y de otros sectores. La Organización decidió que los cuatro procesados que teníamos la condición de liberados al servicio del Sindicato seguiríamos siéndolo pese al riesgo que ello entrañaba caso de una nueva detención. 

La lucha continuó. Me casé nada más salir de la cárcel para no estar en el aire cuando hubiera que volver a ella. Y en Enero de 1973 apareció la petición fiscal y me la comunicó Quique, mi abogado, por conferencia que yo atendí en el locutorio que tenía la Telefónica en el barrio donostiarra de Gros… 12 años de cárcel por el delito de asociación ilícita… El mundo se nos vino encima, el horizonte se cerró, Arancha estaba en camino y no había futuro alguno que ofrecerle. La vida seguiría siendo un viaje perpetuo en trenes nocturnos que no tenían aún ni literas, con una retribución mensual de 11.000 pesetas, que alcanzaba apenas para los viajes … y esperar. Esperar lo que aquella gentuza con poder absoluto decidieran qué iban a hacer con tu vida y la de los tuyos, fundándose en una petición fiscal de dos hojas y media, escrita en una máquina destartalada, con abundancia de errores y erratas, sin el menor respeto a la sintaxis castellana, que describía a la USO y a nuestras actividades de forma demencial e imbécil como si los policías y el fiscal estuvieran borrachos cuando escribían papeles que nos podían costar la libertad y la vida civil y profesional. Para que se hagan una idea reproduzco en su literalidad lo substantivo de aquella calificación fiscal:

“ …así como la estrategia de USO que revelan el carácter subversivo de la mencionada entidad, creada en el año 1965 y formada -inicialmente- con miembros dirigentes y militantes de la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) y JOC (Juventud Obrera Cristiana), con objetivos totalmente contrarios a la Organización Sindical, pretendiendo la creación de Sindicatos libres, derecho a la huelga, etc.; al año siguiente y cuando había tomado cierto incremento en varias provincias del norte de España, Cataluña y Andalucía, la Policía en Madrid, desarticuló dicha organización deteniendo a sus principales dirigentes y originando actividades sumariales ante el Juzgado de Orden Público“.

Sus objetivos y fines son los propios del Partido Comunista Marxista Leninista, -facción Troskista- y coinciden en parte con los de las llamadas Agrupaciones de Comisiones Obreras, para el logro de aquellos mantuvieron contacto con otras organizaciones, en el interior, como UGT, OSO, CGT y otras de análogo matiz, así mismo en el extranjero con la llamada “Federación Internacional de Trabajadores” y “Confederación Francesa Democrática de Trabajadores”. Hasta la total integración en el seno del Partido Comunista Marxista Leninista, USO pasó por diversas crisis organizativas motivo por el cual se convocaron y celebraron el III y IV Congreso Peninsular a que se ha hecho referencia.

En base a esos disparates se pedían penas de 13 años de cárcel para Jose Mari y Josedo y de 12 años para los 8 restantes. En total, 122 años. 

A juicio de aquel fiscal, siervo demente de aquel régimen represivo, éramos a la vez católicos, cristianos, marxistas, leninistas, troskistas, y éramos subversivos porque queríamos crear sindicatos libres, tener derecho de huelga y eso… Aquella basura siniestra, impune, enemiga natural de la verdad y la razón, rigió con mano de hierro los destinos de España de 1939 a 1975.

Al objeto de denunciar el franquismo y recabar solidaridad internacional contra aquellos 122 años de cárcel, escribimos y publicamos un libro, en el que yo tuve algo que ver junto a Quique y Eugenio. Se titulaba “El franquismo, fascismo en Europa”, editado en Ginebra por la FITIM, en octubre de 1973, y entrado en España clandestinamente. Además del origen y trayectoria histórica del franquismo y la rabiosa actualidad de su actividad represiva, el libro incluía una “Carta abierta a los turistas europeos que nos visitan en España”, que era una acusación a la Comunidad Económica Europea -hoy Unión- por reconocer al franquismo y hacer en España sus empresas e inversores fabulosos negocios por la falta de libertades, y al mismo tiempo le negaban hipócritamente el ingreso “por no ser una democracia”. Ello suponía todas las ventajas para Franco y para el capitalismo español, que medraba con su amparo, y todos los perjuicios para la clase trabajadora y el pueblo español que no podían disfrutar de sus libertades ni en España ni en Europa. Esa era la conclusión de aquella controvertida “carta abierta a los turistas”. El autor, forzosamente no declarado, como los demás que elaboramos el libro, fue Eugenio Royo -quién si no-, fundador de la USO y redactor de su Carta Fundacional al inicio de los 60.

Hubo presiones internacionales en nuestro apoyo y defensa. Franco murió en el 75 -quién lo iba a decir-, vino el indulto primero y la amnistía después… y no volvimos a Carabanchel.

Contado queda. Para perdonar el franquismo no habría problema, ya lo hicimos. Pero olvidarlo y blanquearlo nada de nada. Y mucho menos renunciar a encontrar y honrar a las 100.000 víctimas que, tras la guerra, siguen dispersas por las cunetas de España.

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