Memoria histórica La otra exhumación de Franco… en Melilla

Aprovechando la polémica generada por la retirada de los restos del dictador del Valle de los Caídos, los partidos políticos de la ciudad autónoma se muestran enfrentados entre los que están a favor de quitar de la vía pública la última estatua de Francisco Franco en España para cumplir con la Ley de la Memoria Histórica, y los que defienden su permanencia en honor a la figura del comandante por sus campañas en África previas al golpe de Estado.

La exhumación de Franco del Valle de los Caídos ha traído de vuelta a la primera línea del debate político en Melilla una polémica que permanecía acallada, pero latente: qué hacer con la última estatua del dictador que puede verse en una calle de España. El tabú se ha roto con la salida del caudillo de la basílica católica y ahora los partidos políticos melillenses se encuentran en posiciones enfrentadas sobre el futuro de la escultura, situada ante el puerto de la ciudad recibiendo a los turistas. De hecho, ayer sábado, dos días después de la exhumación, la figura en cuestión apareció con una banda rojigualda sobre su brazo izquierdo y una corona de claveles blancos y rojos a sus pies, un homenaje al dictador del que se desconoce la autoría.

Las reacciones de diferentes políticos no se han hecho esperar. El único que no ha realizado ninguna declaración al respecto ha sido el presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla y líder de Ciudadanos, Eduardo de Castro, que llegó al poder en las pasadas elecciones municipales gracias a una coalición con PSOE y CpM que le otorgó la mayoría, arrebatando así el mando al PP tras 20 años al frente. Sin embargo, los socios del gobierno tripartito sí han manifestado el parecer de sus respectivas formaciones.

La secretaria general del PSOE y vicepresidenta de Melilla, Gloria Rojas, ha anunciado que su grupo, a pesar de formar parte del Ejecutivo local con capacidad para la toma de decisiones, presentará en la Asamblea una moción para que, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, la Ciudad retire de la vía pública la estatua de Franco que queda en Melilla. Por su parte, el presidente de Coalición por Melilla (CpM), Mustafa Aberchán, ha señalado a la socialista que es “poco serio y riguroso” que pretenda recurrir a una moción para retirar la escultura de Franco porque “la ley ya ampara la retirada”, mientras que la candidata al Senado de este mismo partido y vicepresidenta primera de la Asamblea, Dunia Almansouri, ha confirmado que el objetivo de CpM es que “ese monumento desaparezca tarde o temprano de esta ciudad”.

Por otro lado, Podemos Melilla, sin representación en la Asamblea, no sólo ha emitido un comunicado apoyando la retirada de la escultura del dictador, sino también la de otros símbolos franquistas que todavía pueden verse por las calles de Melilla, como “el monumento a los Héroes de España, ubicado en la zona peatonal de la calle O’Donnell”, en pleno centro. La formación morada considera que el nuevo gobierno está tardando demasiado en tomar cartas en el asunto.

PP y Vox rechazan la retirada de la estatua de Franco por considerarla un movimiento de distracción

A pesar de todas estas consideraciones a favor de la retirada de la estatua de Franco, los partidos en la oposición, PP y Vox, rechazan esta propuesta al considerar que únicamente busca desviar la atención de temas más importantes. Al menos así lo ha indicado en rueda de prensa el candidato al Congreso por el PP y ex comandante general de Melilla, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, quien cree que sacar el tema de la estatua de Franco en periodo electoral es una ocurrencia para evitar tratar otras cuestiones de mayor importancia.

Quien también se opone a la retirada de este monumento es el presidente de Vox, Jesús Delgado Aboy, quien dice no haber recibido ninguna notificación sobre esta cuestión por parte del Gobierno local, pero asegura que responderá con detalle en cuanto le llegue. No obstante, advierte que habrá que esperar a ver qué ocurre en las próximas elecciones generales del 10N “porque más de uno se va a llevar una sorpresa”. Con todo ello, desde Vox Melilla consideran que la escultura no representa al dictador, sino a la figura del comandante y sus hazañas en África, previas al golpe de Estado, además de asegurar que forma parte de la historia de la ciudad de Melilla y de España.

La estatua de la discordia

La denominación oficial de esta escultura es ‘Melilla al comandante Francisco Franco Bahamonde’, según se indica en el ‘Catálogo de monumentos, placas, conjuntos ornamentales y heráldica de Melilla. Vol. II. El siglo XX: La II República y el Franquismo y la Transición’, publicado en el año 2009 por el Instituto de la Cultura Mediterránea (ICM) y la Fundación Melilla Monumental. La ficha técnica del monumento indica sus características: realizado en “bronce y piedra artificial que conmemora al comandante Francisco Franco Bahamonde, anterior Jefe del Estado”.

PP y Vox se oponen a la retirada de la estatua por considerarla  un movimiento distractorio. / Rosa Soto

 

PP y Vox se oponen a la retirada de la estatua por considerarla un movimiento distractorio. / Rosa Soto

Originalmente estaba situada en el mismo Frente de la Marina, al pie de Melilla la Vieja, sobre una fuente con cascada, pero tras la remodelación de la calzada en el año 2005, la desplazaron a un pedestal más modesto ocupando un lugar secundario junto al Torreón de San Juan. Con este ligero desplazamiento, perdió el escudo de España, pero mantiene el de Melilla y dos relieves laterales con escenas militares en las que participó Franco: su desembarco en Melilla en el año 1921 y su actuación en Alhucemas, cuando ya ostentaba el cargo de coronel. A los pies de la estatua, en la parte central del pedestal, una plaza reza: “Melilla al comandante de la Legión D. Francisco Franco Bahamonde 1921-1977”.

La estatua fue autorizada en un BOE de 1977, con la Transición en marcha

La creación de esta escultura estuvo rodeada de polémica desde el principio. Data del año 1977, cuando ya hacía dos años que Franco había muerto y España estaba inmersa en la Transición Democrática. Sin embargo, el catálogo de monumentos detalla que fue en el 3 de diciembre de 1975, a las dos semanas de fallecer el dictador, cuando el Ayuntamiento de Melilla decidió llevar a cabo un monumento al “Generalísimo Franco”. El mismo catálogo apunta que el autor es Enrique Novo (Pontevedra, 1927-1995), tras hacerse con la adjudicación del proyecto que salió a concurso de carácter nacional con una licitación de tres millones de pesetas (18.000 euros) y un plazo de ejecución de seis meses, según recoge el Boletín Oficial de Melilla (BOME) publicado el 21 de abril de 1977.

De acuerdo con la ficha de la estatua publicada en el catálogo del ICM, durante la realización de la obra se cambió la idea de representar la Jefe de Estado por una que representase un homenaje del Pueblo de Melilla al comandante Francisco Franco como “héroe de las campañas de África y liberador de Melilla en el año 1921”. Los motivos de este cambio de planes no se especifican. Según recoge el diario ya extinto ‘El Telegrama de Melilla’ con fecha del 23 de octubre de 1977, “todos los partidos de izquierda de Melilla publicaron un comunicado expresando su oposición al acuerdo del Ayuntamiento de erigir este monumento al anterior Jefe del Estado”.

Desde el año 2009, existe el proyecto de eliminar esta escultura y trasladar sus elementos a un museo, cumpliendo así con la Ley de Memoria Histórica que aprobó el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero en el 2007. Ley que quedó prácticamente inactiva con la llegada del PP de Mariano Rajoy al Gobierno central en el 2011. En el 2012 redujo en un 60% la partida correspondiente en los Presupuestos Generales del Estado (PGE), mientras que esta partida directamente desapareció en los ejercicios de los años 2013 y 2014. El Gobierno de España no ha recuperado la financiación para la Memoria Histórica hasta la entrada de Pedro Sánchez en Moncloa. Los PGE de este año dedican 15 millones de euros, frente a los 2,5 millones de la última partida de 2012.