Memoria Histórica: ¿qué saben los adolescentes sobre ella?

Hablamos con cuatro alumnos de 15 años sobre la etapa franquista y la represión que conllevó

LA VOZ DEL SUR | ESTEFANÍA ESCORIZA  | 15-6-2018

“Hay una fosa en el Ebro”. “También está el Valle de los Caídos”. “Ahí está Lorca y lo quieren desenterrar”. “No, Lorca está con otros cuarenta, pero no se sabe dónde”. Así empieza una conversación sobre Memoria Histórica con cuatro estudiantes de 4º de la ESO del IES Cornelio Balbo. ¿Cómo tener memoria de algo que aún no conocen? Sara El Boukhari, Marta López, Ignacio Manuel Santos y Carmen Machuca sólo tienen 15 años y varias lagunas que van rellenando conforme avanza la charla. Un enorme océano, más bien, del tamaño de dos mil fosas. Tienen un largo camino por delante para absorber mares de conocimiento. No hay que alarmarse. Aún hay esperanza.

“En el Valle de los Caídos está enterrado Franco y muchos de la Guerra Civil. Lo quieren quitar porque es una ofensa realmente, dado que está hecho en honor al franquismo. Algunos dicen que al ser parte de la historia no hay que quitarlo, aunque por otra parte está ofendiendo a toda la gente que tiene familiares republicanos”. Habla Ignacio Manuel, aunque él prefiere que lo llamen Nacho. Los cuatro alumnos han nacido en el año 2003, casi setenta años después de la Guerra Civil. Sus padres ya crecieron durante la democracia. Tan sólo sus abuelos pueden haberles contado en primera persona lo que supuso la época franquista en España. Es el caso de Carmen, que asegura que lo que sabe es porque “me lo ha contado mi abuelo, que era de Lucena (Córdoba) y me contó las aventuras que vivió con sus hermanos cuando explotó una bomba y se quedaron días atrapados sin poder comer ni beber, y pensaban que se morían. Una hermana suya se quedó medio sorda por culpa de la explosión”. La joven cuenta también que su bisabuelo “estuvo huyendo por toda España porque lo perseguían para meterlo en la cárcel”.

Por otra parte, Marta nos habla sobre el Valle y las calles con nombres franquistas. “No saben si dejarlas o quitarlas porque hay personas en contra por las ideas que lleva el franquismo, pero hay otras que piensan que eso es historia y no deben eliminarlo. Por eso existe un conflicto”. Sara es de las que piensan que no deben quitar monumentos o nombres. “Si lo quitas a lo mejor te olvidas de que eso pasó, y puede volver a ocurrir”. Nacho al respecto reconoce que todo eso tiene un “valor histórico”, pero “si hay algún tipo de mensaje ofensivo sí que hay que eliminarlo”. Este joven trasladaría los monumentos de la dictadura a un museo, “aunque no estén a la vista, pero no destruirlos porque eso no estaría bien”. Carmen se une a esta idea, “pero si es algo conmemorando a una persona que ha hecho cosas malas no debe estar a la vista; eso podría estar en un museo, donde la gente pueda verlo y que no nos olvidemos de ello”.

Sara plantea que, si se quitan los monumentos del franquismo “¿por qué no se quitan también los de los romanos, que también hicieron cosas malas?”. Sus compañeros debaten esa idea. “Eso pasó hace mucho tiempo, pero aún hay gente viva que ha sufrido la dictadura”, responde Marta. “O no ellos, sino sus padres o sus abuelos que han muerto o que se han tenido que ver exiliados”, añade Nacho. ¿Qué pensáis sobre esa represión, sobre la gente que tuvo que marcharse del país sin haber hecho nada? Sara es la primera en responder. “Eso no está bien, no se puede perseguir así a la gente, para algo está la justicia ¿no?”. Le sigue Nacho, que es el que mejor parece manejar la información. “Está mal, porque este es su país. Además, ya no sólo la represión sino la persecución de grandes poetas como pudo ser Lorca. Los echaron prácticamente a todos”. A Carmen le parece “horrible”. “Nadie tiene que matar a alguien o expulsarlo de su país por pensar de una manera. Lo veo un poco estúpido, la verdad. No entiendo cómo la gente puede querer matar a otras personas por la poesía que escriban o por sus gestos políticos”.

Los cuatro jóvenes coinciden y afirman rotundamente que la represión de ideas sigue presente en la actualidad. “A veces piensas que por decir algo te pueden linchar”, comenta Sara. “Sin irnos más lejos, no se puede grabar a los policías”, añade Nacho. Carmen pone sobre la mesa el tema del rapero Josep Miquel Arenas, más conocido como Valtonyc, huido de España para eludir su ingreso en prisión por sus letras. Por otra parte, a Sara le parece “fatal que mataran a otra persona simplemente por ser homosexual”. Nacho vuelve al ataque recordando a los poetas, nombrando a Cernuda y a Vicente Alexandre “que también fueron poetas homosexuales o bisexuales y tuvieron que irse no sólo por ser republicanos, sino por su sexualidad”. Carmen comenta que eso sigue pasando ahora, “porque yo vi una noticia hace unos meses de un chaval de Jerez al que le habían dado una paliza unos niños de nuestra edad sólo por ser gay”. “Que te repriman simplemente por el hecho de querer a una persona…”, expresa Sara apenada.

Afortunadamente nos encontramos ante una generación que es abierta de mente, que ve mucho más allá del odio que pudieron provocar los enfrentamientos de esas dos Españas y que consideran que la historia es algo de lo que aprender. Tienen un concepto de memoria difuminada, pero aciertan en la dirección de sus pensamientos. Saben diferenciar entre lo que se hizo bien y lo que se hizo mal. En definitiva, los jóvenes son la mejor esperanza de este país para cerrar heridas.

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