Muros marcados por balas; antes testigos y ahora homenaje a los fusilados del franquismo

El cementerio de Derio ha sido esta mañana escenario de un acto en recuerdo a más de 2.000 personas que fueron ejecutadas entre 1936 y 1945, organizado por el Gobierno de Lakua y el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, Gogora.

Según la investigación de Gogora, fueron 2.194 las personas –60 mujeres y 2.134 hombres– ejecutadas entre esos años en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa por el bando franquista. La mitad eran civiles. Ante unos 300 familiares de estas personas, esta mañana en Derio el lehendakari Iñigo Urkullu ha expresado su agradecimiento a las familias «por conservar el buen nombre, la dignidad y la memoria» de estas víctimas, que son «parte de la memoria democrática de Euskadi».

Ha subrayado que estas personas «defendieron una causa justa: la libertad, la defensa de su país y su autogobierno, la justicia social, los principios y los valores democráticos».

«Pagaron sus ideas con el precio más alto, la vida», ha resaltado, recordando que fueron «fusiladas extrajudicialmente o sin las más mínimas garantías».

Muchas de las víctimas fueron fusiladas contra los muros del propio cementerio de Derio, paredes que aún guardan las marcas de las balas y en una de las cuales se han instalado dos placas conmemorativas con los nombres de las personas ejecutadas e inhumadas en este camposanto, 523 personas en total.

Entre los familiares que han asistido al homenaje figuraba la centenaria Rosario Valdivielso, hija de Juan José Valdivielso Labrador, natural y vecino de Ondarroa, fusilado tras un Consejo de Guerra en Gijón.

En silla de ruedas, Rosario ha explicado que su abuelo, trabajador de La Naval y afiliado a UGT, «luchó toda su vida por sus ideas y por la libertad».

«Estaba embarazada de cinco meses»

María Natividad Roa ha hablado sobre su abuela Florencia Olazagoitia Ceciaga, «socialista republicana» ejecutada en Oiartzun en noviembre de 1936 y que estaba embarazada de su cuarto hijo cuando la mataron.

«Estaba embarazada de cinco meses. Esto no les importó ni a quienes la denunciaron en Mondragón ni a quienes la asesinaron», ha denunciado, considerando que el silencio sobre estos hechos «solo ha beneficiado a los vencedores». Ha lamentado que no sabe donde está el cuerpo de su abuela y ha pedido que se «abran los archivos» para conocer lo que ocurrió.

Los asistentes al acto han podido ver en vídeo que recoge fotografías de las víctimas y las últimas reflexiones que las personas que iban a ser ejecutadas transmitían por carta a sus familias. El homenaje se ha dado por concluido tras una ofrenda floral frente al muro.

El camposanto de Derio conserva un segundo muro donde también tuvieron lugar más ejecuciones y en el que también son visibles las marcas de proyectiles en la propia pared. Para señalizar el lugar y divulgar lo ocurrido, se ha instalado un tótem con información sobre las ejecuciones y también un código QR que enlaza a la base de datos de Gogora donde se pueden consultar los nombres de las personas fusiladas en el periodo 1936-1945.

https://www.naiz.eus/es/info/noticia/20220326/muros-marcados-por-balas-testigos-y-ahora-homenaje-a-las-personas-fusiladas-por-el-franquismo