Exposición. Aranburu acoge una exposición de homenaje a un colectivo femenino que hizo una gran labor en un contexto de represión
Piedad Lardero murió durante el bombardeo de Tolosa, el 8 de agosto de 1936. Bienvenida Aguirrezabala fue condenada a 30 años «por su amistades», el 15 de octubre de 1937; falleció en la cárcel. La profesora Miren Uranga Zubicaray acabó siendo depurada y castigada. Estos son sólo tres ejemplos de tolosarras que aparecen en la exposición ‘Mujeres en la sombra’, que puede verse estos días en el palacio Aranburu, y que pretende homenajear a quienes soportaron excesos y represalias en la guerra civil, sufrieron después la violencia ejercida por el régimen franquista y, en este contexto difícil, fueron capaces de llevar a cabo una importante labor en ámbitos políticos, sociales y culturales.
En Tolosa se volvió habitual obligar a las mujeres republicanas, nacionalistas o rojas, o a las esposas o madres de estos, a sufrir humillaciones públicas. Se les rapaba el pelo, y tras hacerles beber aceite de ricino, se les obligaba a pasear por las calles y tabernas del pueblo. Tenían que saludar a los viandantes levantando el brazo, cantar himnos nacionales como el Cara al Sol, o gritar proclamas a favor de ‘España, una grande y libre’.
La mayoría de las mujeres nacionalistas, republicanas y socialistas, tomó el camino del exilio; en un principio, hacia Bizkaia y Cantabria, luego a Cataluña y Francia, y posteriormente a México, Venezuela, Argentina …
116 mujeres tolosarras fueron encarceladas entre 1936 y 1945. Otras tomaron el camino del exilio al extranjero
Otras mujeres tolosarras de ideología izquierdista actuaron en la resistencia en defensa de la República. Lo hicieron con muy pocos recursos. Ejercieron de milicianas, o desempeñaron otros servicios como vigilancia de núcleos políticos y militares, enfermería, labores de costura, actividades administrativas, organización de la retaguardia, desarrollo de talleres, como cocineras en los comedores del Frente Popular, e incluso algunas intervinieron en la construcción de barricadas. Participaron, sobre todo, en las compañías de la UGT y de la Agrupación Socialista de Tolosa.
La muestra recoge fotografías y biografías de Cecilia G. de Gilarte, Pilar Sansinenea, María Dolores Arbilla, Juanita Goikoetxea, Pilar Garciandía, María Luisa Aguirre, Karmele Goñi y Maritxu Zagala. Se incluye también una fotografía colectiva del Emakume Abertzale Batza, en 1933, donde aparecen Margarita Urquiola, Dolores Arbilla, Rosario Eceiza, Irazusta, Pilar Sansinea y Julia Lasquibar.
116 mujeres tolosarras fueron encarceladas entre 1936 y 1945. Según cuentan desde la asociación Erkibe, organizadora de la exposición, estas mujeres, además de perder su libertad, tuvieron que sufrir situaciones muy duras en las cárceles. «La escasez de alimentos, la humedad, el secuestro de sus hijos e hijas mediante la adopción a familias carlistas que no podían tenerlos biológicamente…».
Cuentan desde Erkibe que son numerosas las dificultades para realizar una lista de todas las ejecutadas, puesto que los franquistas no crearon ningún registro. Dos ejemplos de ello: Natividad Hernández, mujer anarquista, después de ser fusilada el 27 de julio de 1940 en Donostia, fue enterrada en dos días diferentes en el cementerio de Polloe, el 27 y el 30 de julio. María Loinaz Lasa, nacida en Ordizia y residente en San Sebastián. Fue fusilada en Tolosa el 12 de octubre.
La exposición hace una parada en el 11 de agosto de 1936, que fue el día en el que los requetés sublevados que venían del noroeste de Navarra tomaron Tolosa bajo control. «Aquel mismo día se iniciaron, y se prolongaron hasta finales del año 1944, los fusilamientos contra los republicanos, abertzales y anarquistas», exponen los promotores de este proyecto de recuperación de la memoria histórica.
Hay un apartado dedicado al nacimiento de las ikastola. En 1914 se creó la primera y en 1932, la primera asociación de ikastolas. «La guerra civil y la política de restricción de las lenguas distintas al castellano supusieron la desaparición de las ikastolas, por lo que algunos grupos de madres y padres escolarizaron clandestinamente en euskera a sus hijos e hijas», cuentan desde Erkibe
En Tolosa, la ikastola de preguerra contaba con una única aula y se reunían en ella niños y niñas de todas las edades. Las maestras eran Mª Dolores Arbilla y Juanita Goikoetxea. Al estallar la guerra civil, la tuvieron que cerrar. En la ikastola Laskorain trabajaron cuatro maestras: Ixidora Mokoroa, Inaxi Munita, Miren Brau y Modesta Segurola, siendo la directora MªDolores Arbilla. En 1967, aún bajo la dictadura, y una vez más en la clandestinidad, abrió sus puertas una nueva ikastola, la ikastola Laskorain, al amparo de la ‘Asociación Cultural Lizardi’.
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