Ojén (Málaga) mantiene una plaza que rinde homenaje a Juan Hoffmann, a quien se vincula con los nazis

El Ayuntamiento iniciará un proceso para cambiar el nombre del emplazamiento, situado junto al colegio alemán que también llevaba esa denominación

HÉCTOR BARBOTTA / Marbella / Domingo, 16 septiembre 2018,

Una plaza situada en el término municipal de Ojén, frente a la entrada del Colegio Alemán, lleva el nombre de Juan Hoffmann, un exdiplomático alemán a quien se vincula con el régimen nazi. Hoffmann, según estudios académicos publicados en su país de origen, figuró en su día como agente peligroso de la Gestapo y de las SS en informes de inteligencia elaborados por los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial. El alcalde de Ojén, José Antonio Gómez, consultado por SUR sobre este asunto, ha asegurado desconocer el tema, aunque ha adelantado que el Ayuntamiento iniciará una investigación para documentarse y, llegado el caso, cambiar el nombre a la plaza.

El emplazamiento, de pequeñas dimensiones, se encuentra situado junto a la entrada del Colegio Alemán, que hasta el año pasado también llevaba el nombre de Hoffmann. Esta denominación se retiró tras una larga polémica interna que siguió a la publicación en Alemania de los trabajos que desvelaban el pasado del exdiplomático.

El nombre de Hoffmann aparece en un monolito situado en uno de los extremos de la pequeña plaza situada junto al Colegio Alemán, un centro educativo de prestigio que se suele situar popularmente en Marbella, aunque en realidad se encuentra en el término municipal de Ojén. El monumento, un prisma rectangular de piedra y sin ninguna figura, lleva una inscripción que reza ‘Plaza Juan Hoffmann’, en recuerdo al excónsul alemán que en los años sesenta fundó esa institución. El colegio, de carácter privado, vinculado pedagógicamente al Gobierno alemán y regido por un patronato controlado mayoritariamente por los herederos del fundador, se llama desde el año pasado ‘Colegio Alemán de Málaga’ y ya no ‘Colegio Alemán Juan Hoffmann’.

El cambio de nombre, que se realizó bajo la mayor discreción, culminó un proceso de debate interno que se abrió en 2013 a raíz de investigaciones realizadas y publicadas por un prestigioso historiador alemán de origen español, Carlos Collado Seidel, profesor de la Universidad de Marburg. El historiador ha realizado varios trabajos académicos sobre los antiguos nazis refugiados en España durante el franquismo. Ya en 1997, cuando el profesor publicó uno de sus primeros artículos sobre este asunto, el exdiplomático presentó una querella en su contra que fue desestimada por un juzgado alemán.

Según Collado, autor de los libros ‘España refugio nazi’ y ‘El Telegrama que salvó a Franco’, Hoffmann tuvo un papel destacado en el régimen nazi, hasta el punto de que figuró con el número 37 en la lista de 104 alemanes requeridos en la postguerra por los Aliados para su repatriación. Según este estudio, los vencedores de la Segunda Guerra Mundial consideraban a Hoffmann un peligro por la continuada presencia de nazis en España amparados por el gobierno de Franco y su papel clave en el mantenimiento del control ideológico de la colonia alemana. Sus buenas relaciones con la dictadura lo salvaron de ser extraditado.

Segunda Guerra Mundial

Hoffmann, nacido en Berlín en 1916 y fallecido en la provincia de Málaga en 1998, vivió en España desde su niñez y tuvo también un papel destacado como intérprete, primero durante la intervención de la Legión Cóndor en la Guerra Civil española y posteriormente en la División Azul, que intervino en la Segunda Guerra Mundial junto a las fuerzas del Eje.

Durante este conflicto, según relata Collades, jugó un papel fundamental como intérprete en encuentros que Hitler mantuvo con los dos generales españoles al frente de la División Azul, Muñoz Grandes primero y Emilio Esteban, después.

Cuando la historia de Hoffmann salió a la luz, la polémica se instaló en el colegio, ya que algunos docentes, con el respaldo de las autoridades educativas alemanas, reclamaron el cambio de nombre. Se toparon con la resistencia del Patronato de la fundación que rige el centro educativo, en el que los herederos del fundador y sus socios constituyen mayoría.

En 1996, cuando era cónsul alemán

Aunque la Embajada de Alemania en Madrid nunca llegó a pronunciarse sobre este asunto, los docentes partidarios de eliminar el nombre sí contaron con el respaldo del Ministerio de Educación del país germano, organismo que ejerce labores de inspección sobre el centro educativo.

El argumento del supuesto pasado nazi de Hoffmann nunca ha sido admitido oficialmente por el Patronato, de hecho el colegio mantiene en su interior un busto con la imagen del fundador. Por ello, el hecho de que el resto de los colegios alemanes que funcionan en España no llevan más nombre que el de la provincia donde se encuentran fue el motivo que se esgrimió para retirar la denominación Juan Hoffmann. Ahora sólo queda la plaza.

La participación de uno de los herederos, embargada por el ‘caso Malaya’

El Colegio Alemán de Málaga funciona en un edificio y unos terrenos que fueron en su día propiedad de Juan Hoffmann y que actualmente pertenecen a sus herederos, tres hijos que se reparten a partes iguales el 75 por ciento del órgano que rige el centro educativo. El mayor de ellos, Juan, socio de Juan Antonio Roca, fue condenado por blanqueo en el ‘caso Malaya’ a cinco años de prisión y a pagar una multa de 17,3 millones de euros. Por ello, su participación en la entidad que rige el colegio fue embargada por el Estado.

Hoffmann huyó días antes de que venciera el plazo dado por el tribunal para que el 27 de enero de 2016 todos los condenados a cumplir penas de prisión entraran en algún establecimiento penitenciario. En noviembre de ese año, Hoffmann fue localizado en Alemania, aunque la extradición no llegó a concretarse. Actualmente, se encuentra en paradero desconocido.

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