Osuna (Sevilla) El ADN hará que Manuel encuentre a su padre, asesinado por el franquismo

En la mañana de hoy se ha realizado la primera prueba de ADN  para el proyecto de Recuperación de la Memoria Histórica y Democrática denominado ‘Osuna recuerda’, que se está desarrollando en el cementerio de la localidad para localizar a los más de 200 fusilados durante el golpe de Estado de 1936 y cuyos cuerpos fueron arrojados en seis fosas comunes.

Manuel Díaz Lara, hijo de Francisco Díaz Muñoz, ha sido la primera persona que ha acudido al cementerio municipal para realizarse dicha prueba con el fin de contribuir a encontrar los restos de su padre, un jornalero socialista de Osuna, que vivía en la calle Alpechín y que, con 31 años fue sacado de su casa, en julio de 1936, encarcelado y fusilado el 7 de septiembre de ese mismo año.

Su historia

Manuel Díaz nació el 25 de junio de 1936, tenía tan solo un mes cuando ha contado que “se llevaron a mi padre; a mí y a mis hermanos nos escondieron, y yo ya nunca lo pude ver, ni me permitieron conocerlo. Nos hacían guardar siempre silencio, y tras ser encarcelado nos tuvimos que mudar a la calle San Cristóbal, con mi abuelo paterno.”

Manuel, jornalero del campo como lo fue su padre, ha conseguido que su yerno lo traiga a Osuna, una vez que tuvo conocimiento de que habían empezado los trabajos de exhumación en el cementerio de la localidad porque dice sentirse “muy emocionado con esta noticia y esperanzado en que pudieran, en algún momento, encontrar los restos de mi padre y yo recuperarlo.”

En su visita al cementerio municipal ha estado acompañado por el delegado municipal Memoria Histórica y Democrática, Benito Eslava, quien ha manifestado que “a través de un familiar de Osuna se le hizo llegar la documentación de estos trabajos de exhumación, a lo que rápidamente ha respondido queriendo acudir para prestar toda su colaboración a este proyecto”.

Se mudó a Alcalá del Río

Manuel acaba de cumplir 86 años, y a muy corta edad, se fue a vivir a Alcalá del Río, junto con su hermana y su hermano, pero nunca ha perdido el vínculo con Osuna, ni con su familia, donde sigue viniendo con frecuencia “sobre todo, porque tengo muchos sentimientos y muchos recuerdos, unos buenos y otros no tanto.»

Hasta que no llegó a ser un adolescente no conoció la verdadera historia de lo que le había ocurrido a su padre, porque nunca antes nadie le había contado nada. El silencio era obligado. Pero fue su tío, que regentaba un bar y llevaba café a los encarcelados, quien un día le contó “que aquello lo había hecho para poder ver a mi padre, y que un día fue y le dijeron que a Francisco, mi padre, se lo habían llevado ‘de paseo’, es decir, lo habían fusilado.”

Desde aquel momento, siendo él un chaval joven, no dejó de pensar en querer recuperar el cuerpo de su padre, siguiendo con mucho interés este proyecto sobre la recuperación de la memoria histórica, que ha ido conociendo a través de las noticias en otras ciudades y municipios, hasta que supo del comienzo de estos trabajos de exhumación en Osuna.

Siempre quiso encontrarle

Desde entonces no ha dejado de insistir a hijos, hijas, yernos y nueras “para que me trajeran aquí, al cementerio, para yo poder saber lo que se estaba haciendo, poder hablar con quienes están desarrollando este proyecto, decirles que soy hijo de un fusilado y colaborar en todo lo que me pidan y sea necesario.”

Manuel, emocionado, ha contado que “parte de mi sueño ya lo he cumplido”. Ahora solo tiene un deseo: que sean encontrados los restos de su padre, aunque sigue maldiciendo a quienes se lo arrebataron, porque “nunca me permitieron decirle papá, mientras sí lo han podido hacer los hijos de quienes lo mataron.”

El pasado 28 de junio comenzaron en el cementerio municipal las excavaciones que permitirán la exhumación de las 210 personas que fueron fusiladas a partir de agosto de 1936 en Osuna y depositadas en seis fosas comunes, siendo la cuarta parte de los asesinados de pueblos de la comarca y todos los demás de la localidad.

El proyecto

‘Osuna recuerda’, que es el nombre de este proyecto, está coordinado por un equipo multidisciplinar en el que trabajan arqueólogos, historiadores, antropólogos sociales, culturales y forenses y profesionales de la comunicación, quienes están realizando una importante labor de exhumación, así como de documentación, de localización de familiares y de recogida de muestras con el fin de localizar los restos de estas personas fusiladas, identificar al mayor número posible y restaurar su dignidad.

Para favorecer la identificación de los cuerpos, a través de la Universidad de Sevilla, en el proyecto ‘Osuna recuerda’, cualquier familiar puede registrar sus datos, al igual que también puede hacerlo a través del correo electrónico habilitado por el consistorio municipal: memoriahistorica@osuna.es, lo cual facilitará esa identificación.

El Ayuntamiento de Osuna ha conseguido la subvención más alta de todos los municipios de Andalucía para este proyecto, un total de 189.000 procedentes de la Secretaría del Estado para la Memoria Histórica del gobierno central, una cuantía cuyo fin está destinado a ofrecer el debido reconocimiento y a reparar la memoria histórica y democrática de estas más de 200 personas fusiladas y arrojadas a fosas comunes y de sus familias.

El ADN hará que Manuel encuentre a su padre, asesinado por el franquismo