Presupuestos y retrasos (a proposito de las subvenciones para la memoria histórica)

Presupuestos y retrasos

Diario de Cádiz| Editorial | 20-11-2014

EL portavoz de la Junta de Andalucía, Miguel Ángel Vázquez, ha asegurado que en enero se producirá la resolución definitiva de las convocatorias de subvenciones del Gobierno autonómico que han quedado pendientes de aprobar, pese a estar comprometidas para este año, a causa de las drásticas medidas de estabilidad presupuestaria adoptadas para cumplir el objetivo de déficit marcado por el Gobierno de la nación. El problema surgió porque la Junta cerró los presupuestos de 2015 el pasado 29 de octubre, pero puso el límite para asumir nuevos compromisos de gasto tan sólo dos días más tarde, el 31. Con tan escaso margen de tiempo, varias consejerías y delegaciones provinciales no pudieron introducir numerosas convocatorias de subvenciones, como las destinadas a organizaciones de consumidores, artesanos, asociaciones de memoria histórica, centros de la mujer y juveniles o colectivos que trabajan en zonas marginales, que llevan todo el año realizando su labor a cuenta de subvenciones con las que contaban y que ahora ven aplazadas. El portavoz subrayó que en principio las ayudas se abonarían en enero, aunque él mismo admitió que la dinámica administrativa habitual hace que terminen siendo recibidas por los interesados en marzo o abril. En cualquier caso, la situación conlleva un perjuicio evidente para las entidades que acuden a estas convocatorias de ayudas, que muchas veces desarrollan un trabajo de carácter humanitario o netamente social, de modo que el daño se inflige a ciudadanos con distintos niveles de precariedad. Por otro lado, el cierre abrupto de la elaboración de los presupuestos supone, ciertamente, que la comunidad autónoma se ajusta a los objetivos de reducción del déficit público que le han sido asignados, pero también que las partidas así restringidas quedarán comprometidas para 2015. Finalmente, hay que llamar la atención sobre el problema de fondo de los presupuestos autonómicos, que se repite año y tras año, y que consiste en el escaso nivel de ejecución de los presupuestos que se debaten y aprueban, bien sea por falta de impulso político o por deficiencias de funcionamiento en el prolijo aparato administrativo de la Junta de Andalucía. De este modo se corre el riesgo de que los presupuestos, que son el instrumento fundamental de la política de los gobernantes, terminen limitados a ser una enumeración de principios, planes y buenas intenciones que, por no materializarse en suficiente medida, no sirven para transformar la realidad andaluza ni para dar ejemplo a los administrados de que el Gobierno regional es el primero en tomarse en serio sus cuentas y sus proyectos.

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