Reparación para siete científicos represaliados por Franco

El Gobierno rehabilita a los científicos de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales borrados por la dictadura franquista

DIARIO 16 | AGUSTÍN MILLÁN | 24-12-2018

La dictadura franquista cometió un crimen y una injusticia al represaliar a siete científicos de talla mundial, y cercenó el avance de la ciencia española durante décadas.

Los académicos fueron cesados y les fueron retiradas sus medallas por razones políticas, ideológicas o de creencia contrarias al régimen, menoscabando su derecho al honor y a la propia imagen personal, profesional y académica, incluso viéndose obligados a recurrir al exilio. El Consejo de Ministros del pasado 21 de diciembre en Barcelona, basándose en la Ley de la Memoria Histórica y a propuesta del ministro de Ciencia, Innovación y Universidades y de la ministra de Justicia, han declarado “el carácter radicalmente injusto de las disposiciones por las que se acordó sus ceses: unos por Orden Ministerial en 1941, otros fueron represaliados junto a numerosos catedráticos de Universidad nada más terminar la guerra civil y muchos tuvieron que exiliarse por la fuerza de los hechos.

Al finalizar la guerra civil, la dictadura franquista vació la universidad. De los 580 catedráticos que había, 20 fueron asesinados, 150 expulsados y 195 se exiliaron, según narra el historiador Manuel Castillo en su libro Enseñanza, ciencia e ideología en España (1890-1950), editado por la Diputación de Sevilla y Vitela Gestión Cultural.

Los siete investigadores científicos y académicos fueron: Enrique Moles Ormella, Ignacio Bolívar y Urrutia, Honorato de Castro y Bonel, Enrique Hauser y Neuburger, Emilio Herrera y Linares, Pedro Carrasco Garrorena y Blas Cabrera y Felipe, todos ellos desparecieron de los libros de historia y la ciencia española se paró, y perdió el tren europeo.

Con el acuerdo del Consejo de Ministros, se honra y recupera a los que padecieron las injusticias y agravios durante la dictadura, a través de la reparación moral y la recuperación de su honor y su memoria personal y familiar.

Durante la guerra civil y la dictadura, diversos miembros   de las Reales Academias y de las Academias de Ámbito Nacional fueron objeto de represalias, a través de la adopción de disposiciones y actos que les desproveyeron de su pertenencia a las mismas; actos de un contenido radicalmente injusto al haber sido dictados por motivaciones políticas, ideológicas o religiosas de toda índole, con objeto de menoscabar públicamente su imagen y su honor.

“Era una injusticia, totalmente. La Edad de Plata de la ciencia española se truncó con la Guerra Civil”, afirma Ángeles Heras, secretaria de Estado de Universidades, Investigación, Desarrollo e Innovación. El Gobierno, explica, ha decidido “restaurar todos los honores académicos” de los siete investigadores represaliados.

“Ahora es el momento de que la democracia española honre y recupere a los que padecieron las injusticias y agravios durante la dictadura, a través de la reparación moral y la recuperación de su honor y su memoria personal y familiar”, ha señalado el Ministerio de Ciencia en un comunicado.

Blas Cabrera y Felipe, Arrecife, 1878 – 1945. Fue un físico experimental y desarrolló su mayor actividad en el campo de las propiedades magnéticas de la materia, consiguiendo un puesto singular en la física de su tiempo. En 1903 participó en la fundación de la Sociedad Española de Física y Química. En 1905 obtuvo la cátedra de Electricidad y Magnetismo en la Universidad Central.

En 1909 fue elegido miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, presidiendo la institución desde 1934 a 1938. Fue director del Laboratorio de Investigaciones Físicas entre 1910 y 1937, y rector de la Universidad Central de Madrid en 1931.

Fue el primer científico en España en usar los métodos de la teoría de errores y de los mínimos cuadrados para la determinación de las constantes físicas. Algunas de sus medidas de susceptibilidad magnética siguen siendo las más precisas existentes en la actualidad.

Fue el anfitrión de Albert Einstein en su visita a España en 1923, en 1928 fue elegido miembro de la Academia de Ciencias Francesa, siendo patrocinado por los físicos Paul Langevin y Maurice de Broglie. Ese año recibió el mayor reconocimiento de toda su carrera: propuesto por Albert Einstein y Marie Curie, Cabrera fue nombrado miembro del Comité Científico de la VI Conferencia Solvay. Estos congresos, de periodicidad trianual, reunían a los mejores físicos del mundo.

En 1933 participó en la creación de la Universidad Internacional de Verano de Santander, actual Universidad Internacional Menéndez Pelayo, siendo nombrado rector el año siguiente. En 1937 fue nombrado secretario de la Oficina Internacional de Pesos y Medidas, cargo que ocuparía entre 1937 y 1941 en París.

Fue depurado como catedrático por el bando franquista, sin lugar a proceso contradictorio alguno, mediante Orden Ministerial en febrero de 1939. Se exilió en México, donde fue acogido por la Facultad de Ciencias de la UNAM, donde trabajó como Profesor de Física Atómica y de Historia de la Física. Falleció en 1945 en México, en el exilio.

Enrique Moles Ormella, Barcelona, 1883 – Madrid, 1953, fue farmacéutico, químico y físico. En su memoria se creó el Premio Nacional de Investigación Enrique Moles.

Entre 1931-1936, trabajó en el Edificio Rockefeller, sede del Instituto Nacional de Física y Química, como jefe de la sección de Química Física en el Laboratorio de Investigaciones Físicas que dirigía Blas Cabrera Felipe. Investigó la determinación de las masas atómicas de los elementos por medio del método de las densidades límite de los gases, aunque también se ocupó de otras materias, como la determinación de los volúmenes moleculares. Esto le valió los premios internacionales Cannizzaro, Van’t Hoff y Solvay.

Durante la Guerra Civil fue director general de pólvoras y explosivos del gobierno republicano. Cuando finalizó la contienda se exilió en Francia, y a su regreso a España en 1941 fue encarcelado, para ser liberado en 1945.

Ignacio Bolívar y Urrutia, Madrid, 1850 — Ciudad de México, 1944, naturalista y entomólogo, investigador e impulsor del desarrollo de la ciencia biológica. Presidió la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas de Madrid, 1934-1939, sucediendo a Santiago Ramón y Cajal, y la Real Sociedad Española de Historia Natural y fue miembro de la Real Academia Española, 1930, y de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, 1944. También fue director del Museo de Ciencias Naturales, 1901-1934, y del Real Jardín Botánico de Madrid, 1921-1930.

A los 89 años, durante la Guerra Civil, se exilió al sur de Francia, en 1939 y pasó a México, donde fue nombrado Doctor honoris causa por la Universidad Nacional Autónoma de México. Falleció a la edad de 94 años. La abreviatura Bolívar se emplea para indicar a Ignacio Bolívar como autoridad en la descripción y taxonomía en zoología.

Honorato Castro Bonel, Borja, 1885-México, 1962, fue un físico, matemático, académico y político republicano. En 1934 fue elegido miembro de la Real Academia de las Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

Fue elegido diputado de Acción Republicana en las elecciones a Cortes Constituyentes de 1931 por Zaragoza en la candidatura de la Conjunción Republicano Socialista y fue director general del Instituto Geográfico, Catastral y de Estadística durante el primer bienio republicano.

Finalizada la Guerra Civil Española, se exilió, primero en Estados Unidos y Puerto Rico y después, en 1944, en México, donde moriría en 1962. Durante su estancia en Estados Unidos y Puerto Rico, estuvo al servicio de la Marina estadounidense, diseñando defensas de costa. También enseñó en la Universidad de Puerto Rico (1942-1943). En México, comenzó enseñando en la Universidad de Nuevo León, en Monterrey, para pasar posteriormente a trabajar para el departamento de Geofísica y Explotación de Petróleos Mexicanos.

Enrique Hauser y Neuburger, Gibraltar, 1866-París, 1943, ingeniero. Trabajó como ingeniero electricista en la instalación del primer tranvía Bilbao-Santurce.  Fue inspector general del Cuerpo de Ingenieros de Minas.

Emilio Herrera Linares, Granada, 1879 – Ginebra, 1967, fue ingeniero militar, aviador y científico. Fue presidente del Gobierno de la República española en el exilio entre 1960 y 1962.

Desde 1918 intenta crear una línea aérea transoceánica, la Transaéra Colón, que uniera Europa y América para el transporte de pasajeros. Esta estaría equipada con dirigibles del ingeniero e inventor Leonardo Torres Quevedo. La idea la desarrolla finalmente una empresa alemana. Herrera es invitado como segundo comandante en la entonces mayor aeronave de su tiempo el dirigible Graf Zeppelin LZ 127 que atraviesa el océano Atlántico. Volaría más de dos millones de kilómetros además de lograr la circunnavegación del planeta.

En la década de los años 20, ayuda a Juan de la Cierva con su invención del autogiro, aparato semejante a los futuros helicópteros, pero de principio de vuelo diferente. Participa en la construcción y diseño del Laboratorio Aerodinámico de Cuatro Vientos, inaugurado en 1921 y dotado de uno de los túneles de viento más grande y modernos del momento. Este sería el futuro embrión del actual Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA).

Durante la II República la Sociedad de Naciones le nombró experto internacional de aviación. En 1935 crea la “escafandra estratonáutica”, un modelo de uniforme y escafandra autónoma para los tripulantes de globos de gran altitud que se convertiría en el precursor del traje espacial. Varias décadas después, la agencia estadounidense NASA se basaría en sus estudios para la elaboración de los trajes espaciales.

Herrera fue director técnico de la fuerza aérea republicana. Con el comienzo de la guerra civil en 1936, su proyecto se vio definitivamente abandonado. Se mantiene fiel al gobierno republicano y en 1937 es uno de los pocos oficiales ascendido al grado militar de General. El final de la Guerra de España le encontró en Suramérica, adonde había viajado en 1939 en misión oficial acompañando al político Indalecio Prieto. Aunque en un primer momento estuvo exiliado en Chile, poco después se dirigió a Francia, falleciendo en Ginebra en 1967.

Pedro Carrasco Garrorena, Badajoz, 1883 – México D.F., 1966, fue físico y astrónomo. Con el final de la Guerra Civil, debió exiliarse en México, formando parte de la Junta de Cultura Española.

Se distinguió por sus trabajos científicos en astronomía, publicando en las más prestigiosas revistas científicas. Destacó en sus estudios sobre la corona solar. También publicó los más detallados artículos en España sobre las tres conferencias que ofreció Albert Einstein en Madrid.

Reparación para siete científicos represaliados por Franco