El arqueólogo ofreció un resumen del trabajo realizado en la cita organizada por la asociación, a la que asistieron familiares, ciudadanos interesados en esta actuación y los voluntarios que han participado, “y hecho posible” las excavaciones”. El equipo técnico y estas personas voluntarias, “formó una familia”, destacaba. Esa memoria elaborada ya se ha entregado a la Diputación Provincial; y está pendiente su remisión a la Dirección General de Memoria Democrática, de la Junta de Andalucía, que tiene las competencias para encargarse de oficio de la excavación y exhumación. Para ello hace falta una previsión económica de cuánto costaría la intervención. Están en ello los técnicos municipales.
Desde la dirección de las excavaciones reconocían la implicación del Ayuntamiento, que ha colaborado con recursos materiales y humanos en los primeros trabajos desarrollados. Su concurso, junto al del equipo técnico y los voluntarios ayudaron a sortear los problemas: las fuertes lluvias, que obligaron a usar una bomba para achicar agua; la retirada de excesiva de tierra, que hubo que acumular de manera estratégica; o el levantamiento de las capas de hormigón de las superficies para iniciar los sondeos.
La evacuación de abundante tierra, la excavación a profundidades que han pasado de los dos metros, han dado resultado: la confirmación de la presencia de cuerpos de de represaliados, cuatro por el momento.