San Fernando despedirá el 8 de noviembre al militar represaliado en una ceremonia organizada por el Ayuntamien
De todas las veces que Rosa de Sancha ha soñado con el funeral de su abuelo, siempre ha imaginado la banda de Infantería de Marina tocando la marcha ‘Rama y cancela’. Su abuelo, además de ser comandante y estar considerado el primer militar que se opuso al golpe de estado en España, fue músico y compositor. Hace unos meses que sus restos, sacados de una fosa común en el cementerio de San Fernando (Cádiz), fueron identificados tras una ardua espera. Sus familiares y la Asociación por la Memoria Democrática de esta ciudad, Amede, pidieron al Ministerio de Defensa una despedida con honores. “MI abuelo fue asesinado defendiendo a España. Eso deben reconocérselo”. Pero Defensa ha dicho no. No acudirá ninguna autoridad ni civil ni militar. Ni tampoco la banda de Infantería de Marina podrá interpretar sus partituras.
En 1936, cuando estalló el golpe de Estado, Manuel de Sancha era comandante jefe de la infantería de Marina de San Fernando. Según recuerda su nieta, le dieron orden de sacar las tropas a la calle para apoyar a los militares sublevados. Pero él, y otros compañeros, se negaron. Aquel gesto lo condenó. El 28 de agosto fue fusilado, junto a otros militares. Fue una muerte muy sentida en San Fernando porque De Sancha estaba muy implicado en la vida social de la ciudad, de ahí que, aunque su cuerpo fue arrojado a una fosa común, siempre se supo dónde lo habían enterrado]]+.
Lo sabían las tías de Rosa que llevaban a su sobrina al cementerio, le señalaban con la mano y se enfadaban con quienes pasaban por encima de aquella tierra. Por eso, cuando, muchos años después comenzaron las labores de excavación, ella sabía dónde estaba y estaba segura de que podrían identificarlo. Pero no fue tan fácil. Sorprendentemente, los análisis de ADN encargados por la Junta al laboratorio de la Universidad de Granada dieron negativo. Pero ella, en colaboración de la asociación Amede, insistió. Encargó de nuevo las pruebas a un laboratorio privado y, esta vez sí, se pudo confirmar que esos huesos eran los de Manuel de Sancha.
Eso ocurrió en julio y va a haber que esperar al 8 de noviembre para que los restos sean definitivamente entregados a su familia. Será en una ceremonia de cuya organización se está encargando el Ayuntamiento de San Fernando, gobernado por el PSOE, que ha mimado cada despedida de las personas que han podido ser identificadas en la fosa del cementerio. “Queremos acompañar a las familias y dignificar esta despedida”, subraya la concejala de Memoria Democrática, Pepa Pacheco.
Misa privada y acto público
Todo será en el cementerio de San Fernando. Primero, la familia completa podrá ver los restos. Habrá una misa privada en la capilla. A las 13 horas, habrá un acto público organizado por el Ayuntamiento, donde una banda civil tocará alguna pieza compuesta por él a modo de homenaje.
No es exactamente lo que Rosa soñaba. Ella y Amede pedían un funeral con honores. No reclamaban mucho. Que alguien, civil o militar, del Ministerio de Defensa acudiese a este acto para dignificar la memoria de un militar que, al fin y al cabo, murió por defender a la España democrática de un ataque. También solicitaban que tocara la banda de Infantería de Marina. Sus músicos ya conocen la obra de Manuel de Sancha porque interpretaron una vez la marcha ‘Rama y Cancela’, aunque en ese acto público no hubo una sola mención a las circunstancias de su muerte.
Defensa ha dicho que no y ha remitido al Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática la presencia del Gobierno central en esta despedida. A Rosa ese rechazo no le ha borrado la ilusión de lo que sucederá el 8 de noviembre. “Vendremos casi 30 familiares, todos, menos los que por enfermedad no pueden moverse. Nos parece increíble que lo que tantas veces desearon nuestros padres vaya a poder realizarse. Hemos soñado mucho con este momento”. Manuel de Sancha descansará a tan solo unos metros de donde sus restos han estado todo este tiempo. En el mismo cementerio. Pero cambiará la fosa en el suelo por un panteón. Con sus nombres y apellidos, rodeado de los suyos, y cubierto de flores.