Setenil de las Bodegas (Cádiz). Una investigación desvela la desconocida y terrible Guerra Civil

ImaginaSetenil | Pedro Andrades | 16-12-2014

Han pasado 75 años y apenas se conoce en Setenil nada sobre la desgraciada Guerra Civil que sufrieron nuestros abuelos, un período negro de nuestra historia del que hasta ahora sólo teníamos referencia pública por la gravísima matanza de “derechistas” en el Puerto del Monte recogida en la “Causa General” del franquismo (una placa recuerda en la Iglesia de la Villa el asesinato del sacerdote Luis Tovar Hita), por lairracional destrucción del patrimonio de las Iglesias o por lejanos rumores familiares de “los tiempos del hambre”. Pero la reciente investigación de dos historiadores, José Luis Gutiérrez Molina y Fernando Romero, ha desvelado y documentado datos estremecedores sobre la terrible y desconocida represión en Setenil y en otras localidades vecinas como Olvera, Torre-Alháquime o Alcalá del Valle. Parece increíble por el volumen de población, pero nuestro pueblo fue, tras Cádiz y San Fernando, el municipio gaditano con más vecinos juzgados en los consejos de guerra sumarísimos organizados por los golpistas. Ya hay constancia oficial del fusilamiento de al menos 37 setenileños en el foso de Puerta Tierra de Cádiz, en la explanada de la plaza de toros de Jerez o en el propio cementerio local, y otros 39 (son muchos más) condenados a duras penas de prisión, que cumplieron en cárceles hacinadas como la del Puerto Santa MaríaDos Hermanas, o en trabajos forzados en condiciones de esclavitud en el llamado Canal de los Presos. En este artículo publicamos unlistado de todos ellos para su conocimiento público y por si es de utilidad a los familiares, y hacemos una aproximación histórica a partir del rastro oficial del Archivo Militar de Sevilla seguido por los citados historiadores, huyendo de la peripecia individual y las rencillas personales. Sólo recogemos algunas historias humanas que resultan ilustrativas de la sinrazón y el sufrimiento de esos años convulsos, como la de Juan “Traba” (fusilado en Cádiz en 1944 oficialmente “por un rumor”), Ana Aguilera (estaba embarazada y arrastró su condena a muerte hasta el parto), el destino cruel del guardia civil Juan Gutiérrez (salvó a dos jornaleros anarquistas en los conocidos sucesos de Casas Viejas y murió víctima de una partida de la misma ideología), la del “topo” Francisco Beltrán (escondido durante casi 20 años en su casa de las Cuevas de la Sombra),  y la de otros setenileños que penaron en la huída de Málaga o murieron en el exilio por sus ideas políticas.

El caso de Setenil es excepcional y para conocer su alcance es preciso hacer un relato cronológico. El país vivía un momento de enorme tensión social y las elecciones del 16 de febrero de 1936 dieron la victoria en las urnas al Frente Popular. En Setenil el alcalde era Manuel Gómez Benítez (PSOE), que contaba con el apoyo de la Izquierda Republicana de Manuel Azaña, en la que tenía gran predicamento local Diego Tornay yCristóbal Andrades Anaya. De ese período se conocen dos hechos históricos relevantes: en la “Causa General” del franquismo y en los consejos de guerra se relata el asalto a las iglesias de San Benito y la Villael viernes 24 de abril de ese mismo año, tras la ocupación de la finca de Escalante para dar trabajo a 40 jornaleros. Otro acontecimiento de trágico alcance se produjo una semana después durante la manifestación del Primero de Mayo, que congregó en el Puerto del Monte a las organizaciones obreras de Setenil, Alcalá del Valle, Ronda la Vieja, Torre Alháquime y Arriate. Una vez terminada la concentración hubo un enfrentamiento con la Guardia Civil. Los disparos de los agentes provocaron la muerte impune de dos obreros de Alcalá y hubo una detención masiva de dirigentes sindicales y concejales. Fue uno de los hechos más violentos ocurridos en la provincia de Cádiz, que desembocó en una inconclusa investigación de una comisión de diputados del Congreso en junio que se zanjó con el traslado de los guardias del puesto de Olvera implicados.

Los militares sublevados el 18 de julio controlaron en apenas dos meses y medio la provincia de Cádiz, que era estratégica para el desembarco del Ejército de África. Los golpistas se hicieron rápidamente con la capital, San Fernando, Algeciras y Jerez, y en 48 horas dominaron un tercio de los municipios gaditanos con el apoyo de la Guardia Civil y columnas de requetés organizadas por los derechistasOlvera cayó el 28 de julioy hasta allí se desplazaron algunas familias de Setenil que apoyaban el golpe. Hubo un intento fallido de tomar Setenil el día anterior, el 27 de julio, del que se conoce la muerte del guardia civil Luis Vargas Gómez. Familias enteras de militantes socialistas y de Izquierda Republicana abandonaron Torre Alháquime poco antes de que el 31 de julio fuese ocupado por una avanzadilla de falangistas. Ese mismo día, los rebeldes mataron a tiros a José Barriga Lerma, padre de dos fugados que se refugiaron en Setenil.

Nuestro pueblo y Alcalá del Valle resistieron hasta el 18 de septiembre, por lo que hablamos de 48 días de tiroteos intermitentes entre los guardias civiles que se sumaron al golpe y laspartidas de milicianos que controlaban Setenil, Alcalá del Valle y Ronda. El Comité de Defensa en Setenil lo formaban José Ramos González, José Pimentel, Francisco Morillas Fuentes, Francisco Mingoya, José Andrades Domínguez (mi abuelo paterno) y Francisco Abel. Fue un combate desigual entre paisanos mal armados (tomaron el cuartel de la Guardia Civil y requisaron fusiles a los propietarios más acaudalados) y un Ejército profesional, aunque recibieron el apoyo de las columnas organizadas en la comarca, como la del alcalde montejaqueño, Bernabé López Calle (CNT).

En ese clima bélico, con los golpistas acechando a pocos kilómetros y las noticias de la represión que llegaban de los propios fugados y por las arengas propagandistas (Queipo de Llano había dictado un bando el 24 de julio en el que autorizaba el asesinato de dirigentes obreros y políticos, y animaba desde Radio Sevilla a violar a las mujeres de los “rojos”), estalló en Setenil una violencia “revolucionaria” que tuvo su punto más dramático el 24 de agosto con la matanza de 21 derechistas: 14 en El Puerto del Monte yotros cinco más trasladados a Ronda. También ese día de San Bartolomé, fecha en que se celebraba entonces la Feria local, se volvieron a repetir los violentos episodios anticlericales, con la quema de las iglesias de la Villa y San Benito. Algunos consejos de guerra recogen que esta última se convirtió en un economato. El periodista e investigador de “Diario de Cádiz” Tano Sánchez atribuye esta violencia radical a una columna anarquista de Ronda. 

Entre los asesinados estaban el cura Luis Tovar Hita, algunos labradores y cinco guardias civiles: Diego Salcedo GarcíaFrancisco García Bocanegra, Pedro Jiménez García, Marcelino Martín Avilés (zapatero, acababa de aprobar los exámenes de ingreso para la Benemérita), y Juan Gutiérrez López. La historia de éste último es especialmente cruel. Gutiérrez había dejado escapar a dos anarquistas en 1933 durante la matanza en Casas Viejas y murió abatido por milicianos de esta ideología. En Setenil había recalado en febrero de 1936 de manera casual, como castigo por enfrentarse al hijo de un señorito que estaba maltratando a un anciano ciego y un año después de declarar en el juicio que sirvió de base para conocer la verdad del crimen en la choza de Seisdedos.

LA EXPROPIACIÓN DE TIERRAS.

Otro documento desconocido hasta la fecha es el acuerdo del 7 de septiembre de 1936, once días antes de la derrota de la República en Setenil, para la incautación de fincas a cargo del Instituto de Reforma Agraria en todo el término municipal, además de la Fábrica de Aceites deGabriel Ponce Pérez. En ese pleno extraordinario se justifica la decisión en que las tierras habían sido  “abandonadas por sus dueños y colonos, los cuales han ingresado en las filas del fascio incorporándose a las fuerzas que operan enOlvera” y para evitar “el hambre a este pueblo”. Durante los consejos de guerra se acusó a alguno de los concejales por la incautación, dado que en la relación de los expropiados figuraban algunos de los agricultores asesinados en el Puerto del Monte. Otra aportación importante de este documento es que ofrece el listado de concejales del Ayuntamiento derrocado por el golpe militar. El alcalde era Manuel Gómez Benítez (PSOE), que fue detenido en 1939. Salió de la cárcel y fue desterrado a Los Barrios, desde donde huyó a Tánger para instalarse en Casablanca y Francia. Regresó a España en 1972 y murió en Málaga. También tenían un peso importante en la corporación Diego Tornay Mariscal (líder de la Izquierda Republicana), que logró escapar y se exilió en México y Colombia. Completaban la corporación Juan Vilches Bastida, Joaquín Camacho Peña, Antonio Moreno Domínguez, Diego Camacho PeñaJuan Gutiérrez Bastida, José Bastida Bastida, los hermanos Cristóbal y Pedro Andrades Anaya (mi bisabuelo paterno). El secretario era Pedro María Cantero Bioque, que también fue juzgado y absuelto.

SETENIL, EL PUEBLO DE CÁDIZ CON MÁS CONDENADOS.

En julio de 1936 se pusieron los cimientos de la “justicia al revés” (la denominación es del propio jerarca franquista Ramón Serrano Suñer): los golpistas aplicaban el delito de rebelión a los que defendían la República. Primero mediante la aplicación de los bandos de guerra y, a partir de marzo de 1937, con los Procesos Sumarios de Urgencia. En Setenil se quiso hacer un castigo “ejemplar”. Nuestro pueblo fue el municipio, tras Cádiz y San Fernando, con más vecinos juzgados en los consejos de guerra sumarísimosorganizados por los golpistas, y el que acumula más condenas. La meticulosa investigación del historiadorJosé Luis Gutiérrez Molina (“La Justicia del Terror”, Ediciones Mayi, 2014) recopila los “procesos sumarios de urgencia” a los que fueron sometidos 95 setenileños desde mayo de 1937 a enero de 1939, que perseguían una “limpieza social” (así lo llamaban los militares rebeldes). El primer juicio sumarísimo data de mayo de 1937, cuando ya se había ocupado Málaga y muchos izquierdistas volvieron a su lugar de origen. Un tribunal presidido en Algodonales por Cipriano Briz González despachó durante seis días 10 consejos contra 86 vecinos de la sierra. De Setenil juzgaron a 51 personas en esta ocasión.

Estos procesos, sin garantías reales, fueron colectivos y en muchos de ellos se denunciaron malos tratos. Hablamos de historias desgraciadas con nombres y apellidos, de personas ajusticiadas por pertenecer a un partido político, por defender al Gobierno del Frente Popular que ganó las elecciones, por participar en la Manifestación del Primero de Mayo o en la ocupación de fincas. El resultado fue terrible: al menos 29 vecinos de Setenil fusilados en el foso de Puerta Tierra de Cádiz, en la explanada de la plaza de toros de Jerez o en el propio cementerio local, y otros 39 enviados a prisión. Dos de los dos condenados a la pena capital (Miguel Marín García y Rafael Durán Ruiz, de UGT) se libraron de la muerte al fugarse por el retrete de la prisión de Olvera en una noche lluviosa del 5 de septiembre. También se libró in extremis Ana Aguilera Beltrán la Pelaya(40 años, socialista), que arrastró su condena a muerte varios meses porque estaba embarazada. El director de la Prisión de Jerez informaba cada 15 días de su estado. Dio a luz una niña el 10 de agosto de 1937. El 28 de diciembre, Día de los Inocentes, volvió a ingresar en la prisión de Jerez. Luego estuvo en Gerona y Málaga. Hasta 1941 no se le conmutó la pena capital.

Otro medio centenar de consejos de guerra contra vecinos de Setenil posteriores a esa fecha (enero de 1939) están pendientes de estudio, aunque el segundo historiador citado, Fernando Romero, ya ha identificado al menos a 8 setenileños que acabaron en fosas comunes. Así lo atestiguan las papeletas de enterramiento (entre 1939 y 1941) de Diego Galán Bastida, Enrique Anaya Linares, Francisco Villalón Molinillo, Juan López Moreno, Manuel Benítez Castaño (sólo consta su traslado al paredón), José Castaño Molinillo y Alonso Aguilera Villalón. Una mención especial merece el caso de Juan Pérez Domínguez, “Juan Traba”, condenado a muerte y fusilado el 18 de diciembre de 1944 en el Castillo de San Sebastián de Cádiz, aun cuando el tribunal y el mismo auditor de guerra propusieron la concesión de indulto porque lo que existía contra él era “el rumor público y no una acusación concreta” (Archivo del Tribunal Militar Territorial nº 2, Sumarios, leg. 341, doc. 5.247). Tenía 34 años y era conocido por sus trabajos en cortijos de Ronda la Vieja o La Atalaya. Su hija, Rosario Pérez Marín, lo vio con vida por última vez cuando tenía 9 años.”Cuando llegaba a la prisión era la alegría de todos los detenidos”, relata. Un día volvió de visita y no lo encontró. “Los presos se asomaban y se ponían las manos en la cara para que no les viera llorar y después vino mi madre dando gritos”. Desde Parísinició en 1981, y después desde Algeciras, los trámites para recuperar los huesos de la fosa común delcementerio de San José de Cádiz“Lo único que queremos es que repose en paz en Setenil de las Bodegas”, decía en los medios de comunicación que se hacían eco de su empeñoLo consiguió el 9 de julio de 2006 y finalmente Juan “Traba” fue enterrado en Algeciras, donde vive su familia en la actualidad. Su nieta, Inmaculada Aguilar, pelea ahora por la anulación del “injusto” juicio que condenó a Juan Traba a la pena de muerte. Este caso se ha convertido en una bandera de las asociaciones de la memoria histórica.

“PICO Y PALA” EN EL CANAL DE LOS PRESOS.

Los “vencidos” que se libraron de la muerte tuvieron que enfrentarse a duras penas de prisión, que cumplieron en cárceles hacinadas como la del Puerto Santa María, donde en 1940 se amontonaban 5.479 presos y se registró una altísima mortalidad: hasta 318 muertes no violentas ha contabilizado Fernando Romero entre abril de 1939 y julio de 1942. O en trabajos forzados en el Canal del Bajo Guadalquivir, el “Canal de los Presos”. Casi 7.000 penados trabajaron entre 1940 y 1962 en régimen de casi esclavitud en esta obra hidráulica de gran envergadura, que cruza siete municipios de Sevilla a lo largo de 82 kilómetros. Mal alimentados, peor tratados, y a razón de cuatro metros cúbicos de tierra diarios, a base de pico y pala. Todo un negocio, por cierto, para algunas empresas. Entre los presos, algunos condenados de Setenil: José Benítez Ortiz, Juan Domínguez Domínguez, Francisco Jiménez Ortiz, Salvador Molinillo Domínguez, José Moreno Ramos, Francisco Porras Barreras, o Juan Zamudio Domínguez. Se conoce que otros presos de la comarca acabaron en el lazareto de la isla de San Simón, una especie de Alcatraz en plena Bahía de Vigo. Otros muchos se vieron abocados al exilio y se parados de sus familias, penaron en la huída de Málagao sobrevivieron escondidos en la sierra. Algunos, como el “topo” Francisco Beltrán, escondidos durante casi 20 años en su propia casa en las Cuevas de la Sombra.

FRANCISCO BELTRÁN, EL “TOPO DE SETENIL.

Paco el Habanero relató la historia de su abuelo Francisco Beltrán en el programa de Canal Sur “Éste es mi pueblo”. Durante casi 20 años sobrevivió escondido en la bodega de su casa, el número 14 de las Cuevas de la Sombra. Allí pasó casi emparedado la dura postguerra, hasta que llegó la amnistía del 28 de marzo de 1969. El médico lo visitaba de noche, sin que nadie lo delatara. Su mujer llegó a pedir la paga de viudedad para contribuir al disimulo. En el soberado en el que se ocultaba había un granero, con cabras en el rincón. La Guardia Civil registró varias veces la casa y no lo encontraron gracias a la complicidad familiar. Durante la grave riada de 1949 lo sacaron envuelto en una manta. Murió en 1981.

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