Sevilla. Adiós al callejero franquista

El Consistorio lleva al próximo pleno el cambio de los últimos nombres de calles que hacen honor a militares de la Dictadura

EL CORREO DE ANDALUCÍA | NIEVES G. GROSSO | SEVILLA | 16-12-2017

Sevilla se despedirá con el fin de año de los últimos vestigios franquistas que aún quedan en su callejero. El Ayuntamiento de Sevilla tiene previsto llevar al próximo pleno municipal el cambio de nomenclatura de las calles que aún hacen honor a militares de la Dictadura. Al menos de la mayor parte de ellas. Y es que a pesar de la Ley de Memoria Histórica, que data de 2007, y del acuerdo del pleno municipal del año 2008 para renombrar las vías que tenían rótulos en los que se hacía homenaje a militares del régimen, lo cierto y verdad es que, casi diez años después, la capital hispalense aún tiene casi una decena de calles sin modificar. Una situación con la que el gobierno local acabará en unas semanas.

Nueve son aún las vías de la capital hispalense que incumplen la ley. En Torreblanca aún se encuentran, paralelas entre sí, las calles Belchite, Somosierra y Brunete. En Tablada, la avenida García Morato y Bermúdez de Castro; en los alrededores del Prado de San Sebastián se localizan José Ignacio Benjumea y Manuel Vázquez Sagastizabal; en la Macarena, Comandante Morales León; y en Cerro-Amate, Mariano Mota. Calles que, hasta ahora, se han resistido a dejar atrás su legado franquista.

En los últimos meses las juntas municipales de los distritos donde se localizan estas vías han ido aprobando la modificación de las nomenclaturas. Pues en 2008, cuando se abordó las modificaciones de viales, el consistorio hispalense decidió contar con el beneplácito de los vecinos. El listado de las calles propuestas por el equipo técnico entonces tuvo que pasar primero el análisis político del gobierno municipal, tras lo cual es necesario que se debata en las juntas municipales de cada distrito donde se da luz verde al cambio de apelativo del vial por su nueva denominación y finalmente el pleno municipal ratifica esta decisión.

Así, en el mes de noviembre los vecinos del distrito Este-Alcosa-Torreblanca dieron luz verde a cambio de denominación de Belchite y Brunete. Queda aún pendiente de aprobación la modificación de Somosierra, que irá a la junta de distrito del próximo miércoles. Este es el motivo por el que el Consistorio desconoce aún si podrá llevar al próximo pleno municipal el cambio de todas las calles con nombre franquista, pues quizá los tiempos no permitan que se lleve esta nueva rotulación. Si bien, fuentes municipales aseguraron a este periódico que llegado el caso, se elevaría «como muy tarde» en el pleno del mes de enero.

En noviembre también se aprobó la nueva nomenclatura de José Ignacio Benjumea y Manuel Vázquez Sagastizabal. En el mes de diciembre fueron los vecinos de Macarena y Cerro-Amate los dieron el visto bueno a la sustitución de los rótulos de Comandante Morales León y Mariano Mota respectivamente. El último en aprobar los cambios ha sido el distrito Los Remedios. Después de varios intentos –la última vez que se tumbó el cambio fue en abril de 2016– los vecinos han accedido a la modificación de las dos calles que aún quedaban en Tablada con nombre franquista: García Morato y Bermúdez de Castro.

UNA DÉCADA PARA EL CAMBIO

En 2008 el Ayuntamiento acordó declarar 47 calles de la ciudad afectadas por la Ley de Memoria Histórica, aprobándose que 41 debían cambiar de nombre y otras seis modificar su nominación para hacer cumplir con la ley que había sido aprobada en diciembre del año anterior. En aquel mandato, con la coalición PSOE-IU en el Consistorio, se tramitaron varios expedientes, pero se quedó sin renombrar el listado al completo. Durante 2009, un total de 19 de las calles aprobadas cambiaron definitivamente de nombre, según consta en el Boletín Oficial de la Provincia de mayo de ese mismo año. Posteriormente, en los cuatro años de gobierno local del PP nada se avanzó, pese a que el acuerdo plenario fue aprobado por unanimidad. En marzo de 2016, el gobierno municipal del socialista Juan Espadas retomó la modificación y el pleno municipal aprobó el cambio en el nomenclátor de otras dos calles. A ellas se suman ahora estas nueve con las que Sevilla cumplirá, casi una década después, con la memoria histórica.

HOMENAJES Y RECUERDO A LOS REPRESALIADOS

Más allá de la eliminación de los vestigios franquistas en la rotulación de las calles, el Ayuntamiento se plantea para el próximo año la puesta en marcha de un programa de eliminación de la simbología que aún se encuentra en diversos edificios de la ciudad.

Además, entre los objetivos para 2018 que contarán con presupuesto municipal está la colocación de distintos monumentos para recordar a víctimas y represaliados. Es el caso de la instalación de un monolito en el Canal de los Presos, el reconocimiento a los sevillanos deportados a los campos nazis –que irá ubicado en la avenida Diego Martínez Barrio–, o el muro de los bebés robados.

Igualmente, se realizarán distintos encuentros y conferencias, como el IV homenaje a las víctimas del franquismo, el 14 de junio como Día de la Memoria, un seminario sobre la Ley Memoria Histórica andaluza o unas jornadas sobre las fosas del cementerio de San Fernando. A esto se le sumará una subvención para poner en marcha labores de investigación, estudio y divulgación para la recuperación de la memoria histórica así como la búsqueda y localización de siete fosas.

Todas estas tareas vienen a sumarse a lo que ha ido realizando en este mandato el gobierno local de entre lo que destaca las labores de localización y delimitación de la fosa Pico Reja. La oficina de memoria histórica, a la que el Consistorio planea asignar un personal específico que se encargaría de coordinar los trabajos de memoria histórica, la puesta en marcha de una web o la convocatoria de comisiones participadas con entidades memorialistas y expertos, son algunos de los retos ejecutados, según apunta el Ayuntamiento.

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