Sevilla. Carta al director del Diario de Sevilla a proposito de ¿Memoria Democratica? de Sánchez-Moliní

En su columna de opinión del pasado 16 de octubre, que titulaba ¿Memoria democrática? el señor Sánchez–Moliní hacía ciertas afirmaciones que me gustaría comentar.

En primer lugar diré que verse en la situación de tener que convencer a otra persona, normalmente vecino tuyo, de tu deseo de rescatar de cualquier cuneta a tu padre o abuelo asesinado y de enterrarlo dignamente, es tarea muy ingrata, por dolorosa y humillante. Además de la trágica anomalía que supone que esta intención sea calificada frecuentemente de revanchismo, y se insulte desde tribunas de opinión o incluso desde instituciones, a los ciudadanos que reivindican este derecho.

– Aseguraba dicho señor que la gran mayoría de estos asesinados no murió por la democracia. Dando por buena tal afirmación (muy discutible y difícil de precisar), entonces ¿es que los golpistas rebeldes sí luchaban por la democracia? ¿Nos la “devolvieron” después de la guerra?

Actualmente se exhuma en el pueblo sevillano de El Madroño la fosa común del cementerio, una de las varias que hay en su término municipal. La ocupan unas 35 personas aproximadamente, casi todas asesinadas en las dos noches siguientes a su liberación por parte de los militares sublevados. Conocemos la identidad de la gran mayoría de ellas.

Allí están, por ejemplo Hermenegilda de 19 años, José de 20, Margarita de 21, María de 21, José Mª de 23… Es posible que no murieran por la democracia, la cuestión es ¿por qué murieron entonces?

–Afirma igualmente que lucharon (También mataron) por la dictadura del proletariado, el paraíso socialista, la anarquía universal, Stalin o la abolición de las clases sociales. Yo no puedo saberlo. Lo que es absolutamente seguro es que No mataron, ninguno de ellos.

También se amontonan en aquel hoyo infame algunas madres de familia como María de 45 años, Catalina de 39, Dolores de 35, Aurora de 45, Encarnación de 39…y otros que como Justo de 69 años, o Juan de 61, sí que habían tenido militancia sindical. ¿Acaso les hace eso merecedores de su asesinato? Los que lo ordenaron así lo creían desde luego.

Sobre lo que supongo es el objeto del artículo, la crítica a esa posible futura ley autonómica de Memoria, es su opinión libre y ya está. Pero ¿De verdad es necesario para ello volver, una vez más, a lanzar sospechas veladas sobre lo que serían o pensarían las personas asesinadas? Prejuicios que tanto nos acercan al despreciable “algo habrían hecho”. Yo creo que no.

Juan José López López