Muñoz apunta que la hermandad religiosa está esperando la entrada en vigor de la futura Ley de Memoria Democrática para dar cumplimiento al acuerdo municipal de 2016
El alcalde de Sevilla, el socialista Antonio Muñoz, ha mostrado este martes su satisfacción ante la “voluntad” de la hermandad de la Macarena de “cumplir” la futura nueva Ley de Memoria Democrática, una vez concluya su desarrollo parlamentario y entre en vigor, ante la demanda de que su basílica deje de acoger la tumba del general golpista Gonzalo Queipo de Llano por los fusilamientos realizados bajo su mando tras el golpe de estado de 1936. El Ayuntamiento aprobó un acuerdo plenario que reclama su desalojo, mientras la ley andaluza en la materia necesita un desarrollo reglamentario, según aduce el Gobierno autonómico de PP y Cs.
En declaraciones a los medios de comunicación en una visita a la muralla almohade de la Macarena con motivo de sus trabajos de restauración, Muñoz ha recordado que el hermano mayor de la Macarena, José Antonio Fernández Cabrero, señalaba meses atrás que la entidad está a la espera de la entrada en vigor de la nueva regulación nacional en materia de memoria histórica, en relevo de la de 2007, y el diseño de su desarrollo reglamentario, para aplicar la futura nueva normativa si procede en el caso de la citada tumba. “Me congratulo de esa voluntad de cumplir la ley y el Ayuntamiento velará indudablemente por ese cumplimiento”, ha asegurado el alcalde ante las preguntas de los medios de comunicación.
EL PAPEL DE LA JUNTA
En virtud de la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía y su decreto sobre símbolos y actos contrarios a la misma, la Junta anunciaba en julio de 2018 la creación de un comité encargado de emitir un dictamen “vinculante” sobre la tumba de Gonzalo Queipo de Llano y otros “elementos contrarios a la memoria histórica que no hubiesen sido retirados o eliminados voluntariamente por parte de sus titulares”.
DIFERENCIA CON EL VALLE DE LOS CAÍDOS
En paralelo, el Gobierno socialista del Ayuntamiento de Sevilla aclaraba que median “palmarias diferencias” entre la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos y la demanda de que la basílica de la Macarena deje de acoger la tumba de Queipo de Llano, pues el Valle de los Caídos es un espacio público y la basílica un “lugar privado de uso público”.