Érase una vez El Cerro del Águila
elcorreoweb.es | Juan José Téllez | 27-9-2015
A veces, la historia nos la cuentan como un cuento de hadas. La transición no fue una balsa de aceite, como se empeñan en pregonar quienes quieren reducir su espíritu a la solución final del consenso que tuvo mucho de transacción y de traición, según se mire. Pero también de instinto de supervivencia.
Arturo Ruiz, Javier Verdejo, Yolanda González o el Caso Almería constituyen algunas estaciones del largo via crucis de lucha por la democracia. También Francisco Rodríguez Ledesma, el albañil asesinado a 9 de julio de 1977 en una esquina de El Cerro del Águila, en Sevilla, cuando se cruzó por casualidad con una manifestación de obreros de Hytasa. Un tipo con gafas que bajó de un coche policial. Así describieron a su asesino. Nunca identificado, jamás condenado.
El sábado, su nombre y sus circunstancias volvieron al barrio donde encontró la muerte a manos del terror de Estado. Sería justo que se señalara a ese rincón como lugar de memoria histórica, porque la lucha contra el fascismo no terminó con la agonía del dictador. De hecho, entre esas calles del viejo polígono textil, la democracia tuvo uno de sus nidos y no sólo por aquel crimen sino, entre otros ejemplos, por una fábrica donde antaño los obreros tuvieron derecho a biblioteca. Uno de ellos, Salvador Távora, va a ser justamente homenajeado en Sevilla. En su leyenda, no sólo cuenta su teatro revolucionario sino su insobornable sed de libertad. El ejemplo de ambos, en realidad, detuvo muchas otras balas.
http://elcorreoweb.es/opinion/columnas/erase-una-vez-el-cerro-del-aguila-JH823568
