Sevilla. ¿Quién era Queipo de Llano?. La Fundación Queipo de Llano denuncia a agricultores para subir el alquiler de sus tierras de arroz.

► El general golpista fue un “criminal de guerra” responsable de la “matanza” de miles de personas, según historiadores y expertos en la materia

► Para sus descendientes, el militar sublevado “salvó a Sevilla” de “caer bajo el dominio rojo” y se convirtió en un benefactor obsesionado con atender a la “infancia desvalida”

Juan Miguel Baquero | 2-5-2016  

¿Quién era Queipo? El militar golpista Gonzalo Queipo de Llano es un personaje controvertido. ¿Criminal de guerra o salvador de Sevilla? ¿Benefactor de la “infancia desvalida” o cruel creador de huérfanos? Nunca fue juzgado por la comisión de supuestos delitos contra la humanidad. Pero sí recibe, todavía, numerosos homenajes públicos en calles, iglesias y hasta en el nombre de un poblado.

“Salvó a Sevilla”, dice su nieto Gonzalo García Queipo de Llano en declaraciones exclusivas a eldiario.es Andalucía. El hijo del exgeneral, Gonzalo Queipo de Llano Martí, sería más explícito en una carta al director publicada por El País en 1976: había preservado a la ciudad “de caer bajo el dominio rojo”. Fue un “criminal de guerra”, a juicio de numerosos historiadores y expertos. El máximo responsable de la “matanza” ejecutada en el territorio bajo su mando, unas 14.000 personas solo en Sevilla.

El general sublevado comandó con mano de hierro (y mucha sangre) la rápida victoria franquista en el suroeste peninsular. A juicio de Francisco Franco, y tras el triunfo fascista en la guerra civil, su actuación resultó merecedora de una importante condecoración: la Laureada de San Fernando. El propio dictador creó el título de marqués de Queipo de Llano el 1 de abril de 1950,  marquesado que renovaría el exministro Alberto Ruiz Gallardón en el año 2012 a favor de su nieto, Gonzalo Queipo de Llano Mencos.

No quedan ahí los honores y homenajes vigentes. Enterrado en la basílica sevillana de La Macarena, una imagen religiosa ha vestido durante años su fajín de general (retirado oficialmente para su reparación). Dos cofradías llevan el nombre del militar y su esposa: San Gonzalo y Santa Genoveva. Calles y plazas homónimas salpican pueblos de toda España y el nomenclátor tiene rúbrica en el poblado Queipo de Llano (La Puebla del Río, Sevilla), hoy deshabitado.

Criminal de guerra como “aseveración histórica”

Gonzalo Queipo de Llano y Sierra (Tordesillas, 5 de febrero de 1875 – Sevilla, 9 de marzo de 1951), de formación militar, participó en todas las conspiraciones del siglo XX español. A favor y contra el dictador Miguel Primo de Rivera, e igual en el caso de la monarquía de Alfonso XIII, acompañó a los generales Emilio Mola, José Sanjurjo y Franco en la ejecución de la trama rebelde contra el Gobierno de la Segunda República que propició con su fracaso la guerra civil.

“Queipo fue uno de los mayores criminales de guerra al servicio del golpe”, asevera el historiador Francisco Espinosa Maestre. “Queipo es, sin lugar a dudas, el gran responsable de la matanza que se llevó a cabo en Sevilla y en el territorio bajo su mando. Calificarlo de criminal de guerra es una aseveración histórica del máximo rigor, no un adjetivo”, resume el investigador José María García Márquez.

Las cifras que evidencian la  orgía de muerte de los rebeldes marcan 12.854 asesinados como “casos documentados de víctimas”, según García Márquez, autor de Las víctimas de la represión militar en la provincia de Sevilla (1936-1963). A estos datos el investigador suma 268 ejecutados de otras provincias y 862 muertos en prisión, “la mayoría de ellos en las semanas siguientes al golpe militar”, precisa.

El hispanista Paul Preston titula el capítulo 5 de su libro El holocausto español con un explícito ‘El terror de Queipo: las purgas de Andalucía’. Golpes de suerte rodearon una sublevación que buscaba la “máxima violencia” como garantía de éxito, relata Preston. Los conspiradores peninsulares contaron pronto con una avanzadilla mortal: las tropas africanistas y mercenarias. Cádiz, Huelva y Sevilla serían arrasadas con la “aniquilación de izquierdistas” como máxima para las fuerzas rebeldes del sur al mando de Gonzalo Queipo de Llano.

Ante un tribunal hubiera sido juzgado por “miles de asesinatos ocurridos en su territorio”, dice Espinosa Maestre, que estudió su figura en obras como La justicia de Queipo. Violencia y terror fascistas en Sevilla, Huelva, Cádiz, Córdoba, Málaga y Badajoz y en La columna de la muerte: el avance del ejército franquista de Sevilla a Badajoz. “Queipo no era general sino exgeneral”, recuerda García Márquez. “El mismo 18 de julio de 1936 fue separado de sus funciones y tres días después expulsado del ejército junto a Franco, Fanjul, Saliquet, Poded y Cabanellas”, explica.

Intervenciones de “terror” en la radio

“Se les perseguirá como a fieras, hasta hacerlos desaparecer a todos”, decía Queipo en arengas radiofónicas en las que animaba al exterminio del rival ideológico. “Nuestros valientes legionarios y regulares han demostrado a los rojos cobardes lo que significa ser hombres de verdad. Y de paso también a sus mujeres”, exaltaba ante los micrófonos de Unión Radio Sevilla (emisora de la Cadena SER).

Continuaba Queipo de Llano, año 1936: “Esto está totalmente justificado porque estas comunistas y anarquistas predican el amor libre. Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres y no milicianos maricones. No se van a librar por mucho que berreen y pataleen”. Llevó así “el terror” a los pueblos “y la esperanza a la extrema derecha”, relata Francisco Espinosa. “Las intervenciones de Queipo en la radio constituyen un claro ejemplo de la sevicia con que siempre trató a sus adversarios”, concluye García Márquez.

“Los bandos de guerra que firmó decían lo mismo” por lo que no representaban “amenazas” sino “órdenes específicas cursadas a los comandantes militares de cada pueblo ocupado”. Hasta dejar el suroeste de España sembrado de fosas comunes. “Si en algo se distinguió fue en su vesania represora”, dice el autor del victimario provincial más completo de la represión franquista.

“Dadle café, mucho café” dijo Queipo sobre el  poeta Federico García Lorca según el hispanista Ian Gibson (El asesinato de García Lorca). Café, palabra clave resuelta ante el pelotón de fusilamiento. El historiador británico Antony Beevor ( The battle for Spain: the spanish civil war 1936-1939) alude el episodio y la frase como abreviatura de ‘Camaradas: Arriba Falange Española’.

Tras la guerra civil y “salvar a Sevilla” de “caer bajo el dominio rojo”, recibió un regalo en forma de “suscripción” popular. Una cuantiosa suma de dinero que dio para comprar el cortijo de Gambogaz y luego tierras de arrozal, las mismas fincas hoy en litigio con los colonos arrendatarios.

El hijo del militar, Gonzalo Queipo de Llano y Martí, negaba la implicación en el asesinato de Lorca. Y otras fuentes, caso del especialista en historia militar del siglo XX, Jorge Fernández-Coppel, revisionista de las memorias autógrafas del exgeneral. El periodista Nicolás Salas describe en Quién fue Gonzalo Queipo de Llano y Sierra a un “republicano” conservador y liberal que hizo una “labor social impresionante”, como la construcción de casas o la siembra de arroz en la marisma.

Una de sus nietas, Ana Quevedo Queipo de Llano, escribía una hagiografía familiar ( Queipo de Llano: gloria e infortunio de un general) en la que reivindica “sus valores humanos más allá de las controversias históricas”. Es un benefactor que creó la Fundación ProInfancia homónima como “obsesión” por atender “a la infancia desvalida”, dicen sus descendientes actuales más directos.

http://www.eldiario.es/andalucia/Queipo-Llano_0_511649225.html

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La Fundación Queipo de Llano denuncia a agricultores para subir el alquiler de sus tierras de arroz

► Un grupo de colonos y arrendatarios –desde la década de los 40 del siglo pasado– enfrenta varias demandas de la institución para revisar las rentas que pagan

► El general golpista Gonzalo Queipo de Llano compró fincas tras una “suscripción” popular de homenaje por salvar a Sevilla “de caer bajo el dominio rojo”, según sus descendientes

► El arrozal es “un negocio magnífico” y la Fundación ProInfancia atraviesa problemas económicos que impiden cumplir su objetivo: “atender a la infancia desvalida”, dicen los denunciantes

Juan Miguel Baquero | 2-5-2016 – 22:55h  

¿Quién era Queipo de Llano?

La Fundación ProInfancia Gonzalo Queipo de Llano ha demandado a ocho agricultores para reclamar un aumento en el alquiler de fincas de arroz. Las tierras fueron adquiridas en 1945 tras un regalo “del pueblo” por “salvar” a Sevilla “de caer bajo el dominio rojo”, según descendientes del militar golpista. La baja renta y la mala situación económica de la institución pública impiden, según la denuncia, cumplir el objetivo de la fundación: “atender a la infancia desvalida”.

El litigio afecta a unas 140 hectáreas y dirime el coste de su explotación. La Fundación Queipo pide más dinero, actualizar la renta desde los 217 euros actuales por hectárea a 608. Los colonos piden mantener un precio al que suman casi 300 euros de la Comunidad de Regantes. En tierras similares, la cuantía oscila entre 700 y 800 euros.

Los agricultores aluden como defensa la propia transformación faraónica de la tierra. Bajo un trabajo de décadas, la zona pasó de típico pastizal de marisma en los años 40 del siglo pasado a boyantes explotaciones agrícolas. Y eso debe ser tenido en cuenta, dicen. Una evolución que sitúa el valor estimado de las fincas en unos 33.000 euros por hectárea para una producción anual lindante con los 9.000 kilos de arroz.

“Un negocio magnífico”

“Es un negocio, en estos momentos, magnífico”, define Gonzalo Queipo de Llano Mencos en uno de los juicios celebrados en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Coria del Río (Sevilla) y a los que ha tenido acceso en exclusiva eldiario.es Andalucía. Queipo de Llano Mencos es nieto del general rebelde y tercer marqués de Queipo de Llano, título nobiliario creado por el dictador Francisco Franco y renovado por Alberto Ruiz Gallardón en el año 2012. El sucesor de uno de los militares más relevantes del  estallido golpista del 17 y 18 de julio de 1936 contra la Segunda República es además presidente del Patronato de la Fundación Queipo y de la Comunidad de Regantes.

La institución homónima la preside desde 2013 otro familiar, Gonzalo García Queipo de Llano, nieto también de quien fuera cabecilla de la  sublevación fascista junto a los generales Emilio Mola, José Sanjurjo y Franco. Al “protectorado” (de la fundación) le explican “la situación (económica) y que pretendemos mejorar los ingresos y los precios de los arrendamientos”. ¿Motivo? “La protección de la infancia desvalida es el único fin de la Fundación Queipo de Llano”, declara en sede judicial. Aunque la fundación, a preguntas de este medio, no detalla su actividad ni facilita el libro de actas del patronato. Tampoco definen una sede física propia a la que acudir (ni virtual, no tienen página web).

El procedimiento ordinario de demanda abierto por la renta de tierra dedicada a cultivo arrocero implica a ocho contratistas del pueblo sevillano de Isla Mayor y mantiene a otros tres colonos pendientes de una posible denuncia. Las fincas, alquiladas originalmente en régimen de aparcería (a cambio de unos porcentajes en el rendimiento agrícola), están desde hace décadas en manos de agicultores como José Proñonosa (87 años), José Martos, Francisco Caro o Jesús Pino, entre otros. Los juicios arrancaron el pasado 21 de abril y tiene nuevas citas los días 4 y 28 de mayo. No hay una causa común y las primeras instrucciones esperan sentencia.

“Todo el mundo quiere cultivar su finca porque se gana dinero”, apunta Queipo de Llano Mencos sobre un “negocio magnífico”, como califica: “la parte contraria quiere la bicoca de ahora, abonar un 30% menos de la renta que corresponde”. Añade a esta ventaja las  ayudas de la PAC que recibe “siempre el agricultor, unos 800 euros por hectárea”, cuando la intención de la Fundación es “la ayuda a la infancia desvalida”. Objetivo para el que no obtienen “los réditos necesarios”.

“Suscripción” popular por no “caer bajo el dominio rojo”

“El 54 es el primer año que llevé la tierra, antes la llevó mi hermano Rafael”, manifiesta José Pruñonosa en el juzgado. “Está firmado por los jefes (refiere al general Queipo de Llano), que la tierra pasaba a nosotros para siempre. La tierra está a nombre mío”, reclama el denunciado. En 1969, la Fundación remitió una carta “dirigida a todos los arrendatarios” en la que solicitaban “la entrega de la posesión de la renta”, según el abogado de la defensa.

La “suscripción” popular que motivó la compra de tierras en la marisma (actualmente en término de La Puebla del Río) fue “en prueba de agradecimiento por haberles salvado de caer bajo el dominio rojo”, escribía el hijo del general, Gonzalo Queipo de Llano Martí, en una carta al director que apareció en la edición impresa de El País el 16 de julio de 1976. Era, reza la misiva, un voluntario “homenaje a mi padre” después de la guerra civil.

La cuantía recaudada motivó la compra del cortijo Gambogaz, un privilegiado paraje entre Camas y Sevilla. La finca, propiedad de la Fundación Benéfico-Social-Agraria creada por el general sublevado, no ofrecía el resultado esperado y “con este dinero” la institución “adquirió tierras en la Isla Mayor del Guadalquivir dedicadas al cultivo de arroz” en el año 1945 por ser “más remunerador” y acorde a los fines sociales de una fundación que incluso construyó “viviendas en la zona”, el todavía llamado Poblado Queipo de Llano.

“Al principio no podíamos sembrar nada. Eran tablitas muy pequeñas y los primeros años no daban ni gota de arroz. Todo el trabajo lo hemos sufragado nosotros, la Fundación Queipo no ha pagado nada”, cuenta Martos, otro de los afectados. Su propio padre comenzó a labrar la tierra cedida por el general golpista en condiciones ventajosas, caso análogo al de Francisco Caro: “soy colono, arrendatario también. Eran tierras de pasto, es lo que siempre oí a mi padre”.

Esta transformación, no cuantificada, y las “derramas” por el uso del agua que abonan a la Comunidad de Regantes aparecen como eximentes en la oposición de los colonos a un aumento del pago. “El inicio de estas explotaciones se hace con tracción animal y mano de obra”, explica el perito Luis Arévalo, aportado por las partes demandadas. La prueba pericial concluye que la estimación “de las mejoras determina el valor real de la finca” y que, sin esa evolución, “el cultivo de arroz no sería posible”.

Conversaciones con Queipo de Llano

– Soy periodista de eldiario.es, me gustaría hacerle unas preguntas.

Rostro serio y escrutinio en la mirada por toda respuesta. Silencio.

– ¿Ninguna declaración? ¿A qué se dedica la Fundación, qué actividades hace?

– “El presidente es éste con pelo blanco y gafas”- señala Gonzalo Queipo de Llano Mencos.

– ¿Y sobre su familiar, el general Gonzalo Queipo de Llano y Sierra, tiene algo que decir?

– “Está el presidente aquí. Donde hay patrón no manda marinero”.

Gonzalo García Queipo de Llano, presidente de la Fundación ProInfancia Queipo, sí responde.

– “Siempre se ha dicho, y es cierto, que como agradecimiento a su actuación de la guerra, salvó a Sevilla y todas estas cosas, Sevilla le regaló la finca Gambogaz”- dice en declaraciones exclusivas a eldiario.es Andalucía.

La institución “atiende a la infancia desvalida”, repite como un mantra. Es “una cosa que hizo mi abuelo” y fue “su obsesión siempre”. Poco más.

Los descendientes de Queipo prefieren no hacer declaraciones sobre la actuación del general sublevado y su implicación, nunca juzgada, en la comisión de supuestos crímenes de lesa humanidad.

http://www.eldiario.es/andalucia/Fundacion-Queipo-Llano-agricultores-alquiler_0_510949157.html