Cecilio Gordillo, uno de los impulsores de la web ‘todoslosnombres.org’, que ha recuperado del olvido casi 100.000 vidas, habla de la importancia de la verdad, toda la verdad a la hora de contar la historia
SEVILLA / 30/09/2018 15:20 / raúl bocanegra
Cecilio Gordillo tiene el pelo blanco. Se toca de vez en cuando, mientras habla, una enorme nariz, que destaca sobre una barba también del color de la nieve. Su mirada es limpia y honesta. El semblante recuerda al de esos magos sabios, pacientes y bondadosos de los cuentos de dragones. Si en lugar de apoyar su caminar en dos muletas, condenado por la polio que sufrió de chico, lo hiciera sobre una vara de fresno, podríamos pensar tal vez que ha llegado de otro mundo, de un mundo de ficción. Gordillo es hoy toda una referencia para cualquiera que quiera conocer los hechos y las consecuencias del golpe militar del 18 de julio de 1936 en Andalucía, Extremadura y el norte de África.
Gordillo es uno de los rostros de todoslosnombres.org, una página web en la que, gracias a las desinteresadas aportaciones de mucha gente, han logrado documentarse ya casi 100.000 nombres y apellidos de personas asesinadas y represaliadas por el franquismo. Casi 100.000 vidas recuperadas del pozo de la historia. “Solo tendremos la verdad cuando escribamos la historia de todos los pueblos, de todos los nombres”, dice Gordillo.
“No teníamos, empezando por mí, ni idea de nuestra historia”
Esta parte de la vida de Gordillo empezó en 1998, cuando después de dos décadas en diferentes cargos sindicales y de estar en la primera línea, poniendo la cara -fue secretario general de CGT Andalucía- se embarcó en un proyecto que se podría definir como editorial. Así lo explica él: “Se me cumple el mandato en un Congreso. Y yo ya digo que me voy a dedicar a lo que me salga a mí de las narices, del 78 al 98 siempre he estado en cargos de muchos tipos, sobre todo de prensa y formación, y fui secretario de Sevilla, de Andalucía. En estos años, había detectado, que no teníamos, empezando por mí, ni idea de nuestra historia”.
“A excepción de un par de tíos, que sabían, -prosigue Gordillo- los demás no teníamos ni idea de la historia del movimiento obrero. Ni idea de las luchas obreras anteriores, de las que habíamos ido aprendiendo y constituyendo una forma de pensar. Entonces, le pido al sindicato que me dejen en paz y que me dejen hacer un equipo para trabajar en esto y les garantizo que no le va a costar ni un duro a la organización, e incomprensiblemente me dejan. En el 98 empezamos a poner la base de un grupo y en el 99 nos arrojamos a la calle con las primeras iniciativas, la reedición de la memorias del [médico anarquista] Pedro Vallina y la lucha por las 36 horas”.
El trabajo de Gordillo y su equipo está emparentado con el concepto de intrahistoria acuñado por Unamuno
De algún modo, el trabajo de Gordillo y su equipo está emparentado con el concepto de intrahistoria que el filósofo Miguel de Unamuno enunció en En torno al casticismo: “Las olas de la historia, con su rumor y su espuma que reverbera al sol, ruedan sobre un mar continuo, hondo, inmensamente más hondo que la capa que ondula sobre un mar silencioso y a cuyo último fondo no llega el sol. […] Los periódicos nada dicen de la vida silenciosa de los millones de hombres sin historia que a todas horas del día y en todos los países del globo se levantan a una orden del sol y van a sus campos a proseguir la oscura y silenciosa labor cotidiana y eterna. […] Sobre el silencio augusto, decía, se apoya y vive el sonido; sobre la inmensa humanidad silenciosa se levantan los que meten bulla en la historia. Esa vida intrahistórica, silenciosa y continua como el fondo mismo del mar, es la sustancia del progreso, la verdadera tradición, la tradición eterna, no la tradición mentira que suele ir a buscar al pasado enterrado en los libros y papeles, y monumentos, y piedras”.
Y así empezaron a trabajar. Dice Gordillo: “Nosotros no íbamos a ir solo en busca del historiador. Queríamos ir a ver a los protagonistas, ponerles la alcachofa y luego ya veríamos cómo emparentábamos una historia con otra. En eso estaba de acuerdo el equipo completo”.
Fue taxista a pesar de la polio. “Era rebelde y me movía mucho. Si no, estaría hoy en una silla de ruedas”, bromea Gordillo
El encuentro de Gordillo con Público se celebró en dos días diferentes -el lunes y el viernes de esta semana- y en dos lugares. Por un lado, en su despacho de la calle Alcalde Isacio Contreras (regidor en la etapa republicana de Sevilla, del partido Radical (centrista), entre 1934 y 1936), donde atiende el teléfono, responde el correo, actualiza la web, y recibe a todo aquel -sin discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social- que quiera verle. Gordillo está hoy jubilado. Fue taxista, luego conductor en la Dirección General de Tráfico (DGT). ¿Habiendo tenido la polio? Sí, a pesar de la polio. “El médico se lo dijo a mi madre, menos mal que tiene usted un niño muy malo”, ríe Gordilllo. “Era rebelde y me movía mucho. Si no estaría hoy no con muletas, sino en una silla de ruedas”, agrega. Luego, fue personal laboral, ya sentado en una silla, en la DGT.
Por otro lado, en la Plaza de la Gavidia, el sitio en el que hoy está la Consejería andaluza de Justicia, que fue, por así decirlo, donde comenzó esta historia. Allí donde el mal tomó forma. En ese lugar se estableció en julio de 1936 el general Gonzalo Queipo de Llano y desde allí arrasó con todo lo que pudo. Es muy recomendable para conocer a fondo esta historia el libro de Paco Espinosa titulado La justicia de Queipo (Crítica).
Gordillo está sentado en un banco de la plaza, de espaldas a la Consejería. Toma las muletas y camina hacia una terraza desde la que se observa el espléndido edificio, hoy en paz. Pide un café de máquina y se pone a hablar.
Sigue un resumen de los temas tratados en ambos encuentros.
El Canal de los presos. Romper el tabú
Al principio no tuvimos problemas, porque hablábamos de nuestra historia. Pero en 2000 nos metemos con el Canal de los presos y aquello, sin darnos cuenta, comprendimos que era harina de otro costal. En el sindicato nos habían planteado que había otros temas más importantes que los temas propios del sindicato. Y yo me había criado al lado de canal. Y una vez escuché a un viejo de Bellavista hablar de eso. ¡Si yo aprendí a nadar allí! Hacemos entonces un llamamiento público, abierto a la calle, y creamos un grupo de investigación: juristas, antropólogos, historiadores.
Nos encontramos con los miedos y los comentarios en voz baja ¡en medio del campo! Esto tiene que ser gordo, nos dijimos
Nos hicimos el canal andando, 159 km. Bueno, andando los otros, porque yo iba en el coche (ríe). Quisimos conocer exactamente qué era eso del Canal. Desde donde empieza la zona de los presos, con el cruce de Utrera hasta Peñaflor. La gente todos los sábados se hacía una etapa de 20-25 km. Íbamos el grupo con algunos compañeros más para preguntar por el campo. Para sacar información. Y nos encontramos con los miedos y los comentarios en voz baja en medio del campo. ¡En medio del campo! Preguntábamos. Hola, mira. Estamos mirando el canal que lo hicieron los presos. Y entonces, se bajaba la voz. ¿Cómo? Y el tío miraba pa los laos. Sí, sí, lo hicieron los presos, los rojos. Y entonces pensamos: Esto tiene que ser gordo, porque las reacciones de miedo eran la leche.
Hablamos del 2000. Hace 18 años. En 18 años se muere mucha gente. Tantos que ya no queda nadie. Nadie del canal. Que nosotros sepamos. Toda la información directa se hubiera perdido sin aquel trabajo.
Nota del redactor: El trabajo desembocó en un libro, editado por Crítica, que se tituló El Canal de los Presos (1940-1962). Trabajos forzados: de la represión política a la explotación económica, elaborado por un equipo de trabajo compuesto por: Gonzalo Acosta y el propio Gordillo como coordinadores; Reyes Mate, Antonio Miguel Bernal y Nicolás Sánchez-Albornoz como colaboradores, y Mari-Villa Cuadrado (hija de expreso), José Luis Gutiérrez (historiador) Lola Martínez (jurista), Leandro del Moral (geógrafo) y Ángel del Río y José María Valcuende (antropólogos).
Aquellos que no hablan
Y hay gente hoy que no quiere hablar tampoco. Nunca logramos sacarle a la patronal agraria, a los beneficiados, ningún tipo de declaración. Nunca llegamos a conseguir declaraciones de los terratenientes. Los beneficiarios de ese trabajo tienen derecho a hablar y había que darles un cauce de comunicación para que se expresaran. Cuando digo beneficiarios no me refiero a ellos individualmente como personas, pero sí digo que sus propiedades habían aumentado de valor. Necesitábamos conocer qué argumentos tenían ellos. Eso no se consiguió. No se consiguió hacer el estudio económico. Las cuentas del canal. No se ha hecho esa investigación. No tuvimos narices de saber la rentabilidad que ha dado esa obra desde el 60 hasta el presente.
El Canal es una obra pública en la que en algunos tramos colaboran empresas privadas para darle agilidad
El canal es una obra pública. En algunos tramos colaboran empresas privadas y los dueños de los terrenos para darle agilidad. Hay empresas mixtas que se crean para acelerar el proceso y que genera que tierras de baja y media calidad aumenten su valor en un 600% ¿Qué era Los Palacios con anterioridad? Marismas en un 80%. Ahora, hay tomates, arroz y transforma. Hay diez poblados de colonización en el bajo Guadalquivir.
El Canal de los presos supuso entrar en un área nueva de conocimiento. ¿Qué es eso de los campos de concentración? Ya no eran las fosas, esta es un área económica. Hablamos de dinero. El Financial Times nos publicó en 2003 seis páginas en un dominical. Aquello fue una bomba. Son muchas cosas que van paralelas. En 2000, el Congreso aprueba por unanimidad hacer gestiones en Bruselas para que los alemanes reconozcan la existencia de presos españoles esclavos del nazismo y Alemania acepta e indemniza. El cachondeo viene cuando se entera de que España no reconoce a sus propios presos.
Sobre las exhumaciones
A raíz de que se abre Priaranza y del trabajo de Emilio Silva, en este país se ha dado un cambio del negro al blanco en este tema. Un cambio radical. Somos pesimistas, pero yo recuerdo esta historia en el año 2000 y la veo ahora. Se ha avanzado mucho, comparado con el año 2000. Quién se imaginaba que se iba a abrir una fosa y se iban a sacar miles de cuerpos, como en Málaga. No se lo imaginaban ni los que hicieron la exhumación.
Buscar una fosa de la guerra donde había 200, 300 personas, cuando se empieza a hacer, es una ruptura total con lo anterior
Los arqueólogos estaban fuera de juego. El tratamiento era: voy a abrir una fosa como abro un yacimiento romano y hubo que bajarles los humos. Tío, párate porque vas a tener al nieto del que vas a exhumar al lado tuya. Baja de las nubes. No tienen nada que ver una cosa con la otra, ni el tratamiento, ni la transparencia informativa que tienes que prestar. Un arqueólogo se mete en un yacimiento y no abre el pico hasta que no hace la memoria, porque no habla con los romanos. Aquí vas a estar hablando todos los días a todas horas, siempre que estés accesible. Era un cambio radical. No había arqueólogos con experiencia en eso. En algún caso por algún tipo de crimen habían intervenido en hechos puntuales. Pero buscar una fosa de la guerra donde había 200, 300 personas. Cuando se empieza a hacer a partir del 2000 es una ruptura total con todo lo anterior.
Las primeras exhumaciones
En las primeras exhumaciones no se pide nada a los gobiernos. Se les pide permiso, eso sí, porque no ibas a entrar en un cementerio a escarbar. Las primeras exhumaciones son aportaciones voluntarias de la gente. Incluso el trabajo.
La mayoría del trabajo se sigue haciendo voluntario, aunque sí hay un avance de lo remunerado
¿Cuándo se empieza a pedir dinero? Aquí no estamos hablando que hay que sacar unos huesos de cualquier manera y dárselos a las familias. Sino que hay una manera de custodiar los restos. Y empieza a haber otro tipo de actuaciones que requerían de otro tipo de profesionales. Y un día le puedes pedir, pero a un profesional no lo vas a poner a currar un mes. Lo que se hace es pedir unas cantidades, se suele pedir en los presupuestos, lo que vale el trabajo de los profesionales. Se le pide a los ayuntamiento que aporten la maquinaria y los peones. Es un proceso que ha ido cambiando poco a poco. La mayoría del trabajo se sigue haciendo voluntario, aunque sí hay un avance de lo remunerado, muy restrictivo y precario.
Ahora es inaudito que alguien se plantee que una familia se va a tirar al agujero a sacar los restos de alguien que hay ahí. Ni se piensa. A nadie se le ocurre hoy ya eso. Desde el principio participan profesionales. Y por eso el cambio de la voluntariedad de ser tú mismo a ser profesionales ha sido un cambio que ha llegado hasta hoy.
La entrega de los restos
Es hacer el duelo. Me pongo en paz con aquello que estaba pendiente. Ahí faltaba algo, el desaparecido, el fusilado lo henos podido tocar, lo hemos podido trasladar a una tumba dignamente, le hemos podido poner algo. Eso es un proceso personal que hay que cubrir. Hay alegría, hay convivencia, hay abrazos entre la gente. Cuando tú participas en un proceso de entrega de restos de traslado de restos de una sala, lo que hicimos en Grazalema, las caras cambian totalmente. Nos decían de todo.
Nos han dicho de todo. Estoy a favor de las exhumaciones pero fuera de España. Me voy a Iquique
Si alguien un día se hubiera roto una uña en estas cosas, al otro día se hubiera montado un cirio en los medios. Hay un tío que se ha roto una uña. Vais a provocar una guerra. Eso me lo han dicho a mí, gente, catedráticos, no te creas tú, todo un doctor. Eso decía uno. Estoy a favor de las exhumaciones pero fuera de España. Me voy a Iquique, ¿Sabes lo que es Iquique? Una matanza de trabajadores a principios del siglo XX en Chile. Voy allí pero en mi tierra no se abra ninguna fosa. ¿Cómo se puede decir eso? ¿Cuántas veces le han dicho a Emilio que iban a salir a tiros cada vez que exhumaban? Queréis ganar la guerra después de haberla perdido. Eso se dice. Eso es gente que están de paranoia total.
Se han sacado muchos miles de personas ya y no ha habido el más mínimo problema. Me acuerdo de uno grabado en vídeo. Se tiraron buscando una fosa tres días. Y en un momento determinado una de las personas que estaba en eso se fue para un hombre muy mayor. Y el hombre con la cabeza gacha, empieza a andar y dice, aquí. Dieron la vuelta, buscaron aquí. Y a los 5 minutos aquí estaban los cuerpos.
En el 2000 mi familia no me dejaba entrar en los cementerios, porque me daba yuyu. Yo no pude entrar a enterrar a mi padre. Mis hermanos me decían vete para fuera ya a ver si vas a montar el numerito. En una de las primeras exhumaciónes físicas que yo ví, perdí el conocimiento. Fue en la Puebla de Cazalla (Sevilla). Menos mal que en lugar de caerme palante, me caí patrás, para el asiento. Me sacaron de allí con coca-cola, con azúcar, con no sé cuánto. Me daba mucha historia. Esto me ha ayudado hasta para superar ese rollo.
MI historia personal
Al principio hacía esto por pura curiosidad. Lo decía públicamente. No tengo ninguna vinculación personal. Lo he dicho muchas veces. Pero, de repente, asisto a una presentación de un libro del amigo Paco Espinosa en Zafra, La columna de la muerte (Crítica). Lo presenta Paul Preston. Y por primera vez vemos el libro cuando llega a Zafra. Y rápidamente todo el mundo se va al libro. En estos libros aparece una relación de pueblos y nombres. Encuentro mi pueblo, Medina de las Torres (Badajoz) rápidamente. Pienso. ¡Qué cantidad de gente! ¿Un pueblo pequeño con tanta gente fusilada? Encuentro un nombre que me suena mucho. Giraldo Carmona, los apellidos de mi madre. Tanta coincidencia es muy raro. Y cuando llego a mi casa, cojo a mi hermano mayor y le pregunto ¿Este quién es? Y él me dice ese es tu tío. ¿Mi tío? ¿Qué tío? El hermano de madre. Aquello fue una bronca en la familia. Soy el más chico y el que da caña. Los puse verdes a todos, porque nunca me habían dicho nada. Pero no es nada nuevo. Era muy común en una generación que tiene ahora en torno a los 60 años, que se criaron en los 50, donde el miedo estaba ahí. Una manera de proteger es la ignorancia. No lo sabes, ¿Por qué tienes que tener miedo? Lo hicieron conmigo y con miles de chavales.
A mi tío lo exhumaron en 1979. Los sacaron e hicieron un mausoleo de homenaje a los fusilados
Empezamos a hablar de esto cuando ya se tenía menos miedo. Y cuando además me dice mi hermano pero no te preocupes, si al tío lo exhumaron en 1979. Estaba enterrado en la puerta por fuera del cementerio, donde los fusilaban. Los sacaron e hicieron un mausoleo de homenaje a los fusilados. El mausoleo se hace en el 1979. Es la lápida, para mí, con mas dignidad. Dice: Aquí yacen los restos de los fusilados por los fascistas y las juntas rectoras de la guerra civil.
Con diez años me trajeron a Sevilla. Allí quedan familiares, primos tíos sobrinos. Así que cuando me entero, me voy a ver el mausoleo. Cojo el coche porque no me lo creía. Allí, en mi pueblo, se inscribieron los fusilados en el registro civil. Es uno de los pocos, me dijo Paco Espinosa, pueblos por donde pasa la columna de la muerte y quedó en el registro. Algo pasó ahí. Alguien metió la mano en el libro y puso a todos. En el pueblo no se ha hablado habitualmente de ese asunto. No ha habido problemas porque aquello se ha resuelto.
Las exhumaciones de los 70 y 80
En mi pueblo el alcalde fue en busca de un vecino. Oye, fulanito, vente conmigo y me dices dónde está la fosa. No pasa nada. Hay un tira y afloja. Y ese vecino que era uno de los que mataba, le dice al final: ¡ea aquí está la fosa! Pues ya te puedes ir a tu casa. ¿Qué te creías que íbamos a hacer igual que tú? ¿Quién estaba en la fosa? El padre del alcalde. Su propio padre estaba en la fosa y se exhumó la fosa porque uno de los que mataba estaba vivo y no pasó nada. Eso fue en 1979. A los tres meses de las primeras municipales, Eso me lo ha contado mi hermano mayor, las cosas que se cuentan en el pueblo.
La mayoría de exhumaciones son de alcaldes socialistas. Pero se acaban en el 82. La gente le echa la culpa al 23F
El alcalde era del PSOE. La mayoría de exhumaciones que se hacen en esa época son de alcaldes socialistas, pero les dicen que sin hacer ruido. Los ayuntamientos lo hacen rápidamente. Muerto el perro se acabó la rabia. La rabia era sacar a los muertos y ponerlos en su sitio. Y es una práctica bastante habitual a finales de los 70, que las propias familias recuperen los cuerpos. Esto se acaba en el 82. Todo el mundo le echa la culpa al 23F. Yo creo que hay algo más.
La influencia del 23-F
El 23-F trabajaba en el taxi. Me pasé esa noche aparcado mirando a Capitanía. En el sindicato me dijeron: te vas allí con el taxi, que no es sospechoso. Aparqué allí toda la noche, por si tenía que salir corriendo a buscar a la gente, a toda la gente que estaba en la calle convocando una huelga general. Un montón de gente se fueron a la frontera con Portugal. A eso, al 23F se le echa la culpa con la boca chica. Yo no creo que fuera solo eso. A mí me encantaría que la presidencia del Gobierno hiciera pública toda la correspondencia que recibe Felipe González, que recibe miles de cartas de gente de su partido que le dicen que hay que resolver este asunto. Pero ese hombre no contestaba. Practicó en este tema una política del silencio. De estos temas, no contestar, no darse por aludido. La relación era muy privada. Entonces no había actos públicos que reclamaran esto. Era una vía vis a vis, oye, mi padre…
La investigación local
La investigación local es imprescindible. La investigación local es la que arroja la información. Una vez que tienes esas informaciones locales, la historia general, cambia. Paul Preston lo dijo. Quiero volver a actualizar el libro. Porque habéis escrito un montón de libros de historia local. En Andalucía se habrán publicado 100 de más de 700 pueblos. Es un porcentaje interesante, pero quedan muchos. Morón marca un antes y un después. El libro de Morón (Morón: Consumatum est (Planta Baja), de José María García Márquez y Miguel Guardado) es extraordinario.
Sobre la verdad
En el caso de la verdad, que es sacar la información, ponerla sobre el tapete queda muchísimo trabajo por hacer. Se ha hecho una avance tremendo, pero hasta que no se escriba la historia de todos los pueblos, no tendremos la verdad. Es necesario aclararlo, todos los pueblos deberían tener su libro. Hemos logrado impulsar una dinámica en los historiadores. No me hables de números, háblame de personas, y entonces estaremos recuperando la memoria. Antes se terminaban los libros con un capítulo de bibliografia, ahora se terminan con microbiografías de las víctimas. Hoy cualquier libro de historia local son biografías de asesinados. Y la otra parte es que pasó en ese pueblo cómo se dio la ocupación, sería necesario que se hice diera en todos los pueblos. Y que esas listas estuvieran en las web de lo ayuntamientos como una forma de saber su historia.
Queremos todos los nombres. Esa verdad que la gente ha puesto en marcha sin que nadie venga a decirle lo que tiene que hacer
Todos los nombres ha aportado a esto mucho. El propio nombre lo dice. Queremos todos los nombres. Surge como consecuencia del tema del canal, aportamos los 2000 y pico de nombres de los presos del canal. Y nos dimos cuenta de que la gente cogía el nombre para saber de su pariente, de su familia. Eso para ellos era la prueba de que todo lo que se había hablado en voz baja, estaba allí. Está en un libro e iban con el libro a los sitios enseñándolo. Ahora no podrás decir que no. Era la prueba que necesitaba la gente. Y muchos no querían. En el registro civil no existía, pero está aquí. Y mucha gente va con el libro al juez. Y pedían la inscripción porque está en este libro. Y no le echaban cuentas. Esa es la verdad que tiene que dar los pasos adelante. Es esa verdad que la gente ha puesto en marcha sin que nadie venga a decirle que hay que hacer. Ellos lo tenían claro.
Dinero y reparación
Hay poquísimas actuaciones en términos de reparación, que no quiere decir indemnización. La gente no se plantea el dinero, sino que se dé a conocer lo que pasó. Cuando se consigue que la Junta de Andalucía se plantee que las mujeres fueron víctimas del franquismo por el rapado y las vejaciones, que era la primera CCAA que lo hizo, uno de los grandes problemas que tuvo la consejera fue el dinero. Pero ¿Quién te ha pedido dinero? Eso es contraproducente porque la oposición política lo va a utilizar. Y lo utilizó dos días, primero porque la indemnización era de risa. 1800 euros si tú demostrabas que habías sido rapada, vejada con testigos, etc, etc. Me acuerdo de las páginas en Abc, la gente del PP salieron a rebote con eso, luego ya no dijeron nada más. No se hizo hincapié en ese reconociendo público a la persona. ¿Quién le ha pedido la indemnización? Lo que quiero es que sean reconocidas. El reconocimiento público. Las cosas son más fáciles.
Todavía hoy hay 30.000, 40.000, 50.000 personas sin inscribir en el registro civil. Nadie lo sabe
Y eso lo aprendimos. El certificado, el papelito, nosotros decíamos eso era una tontería, ¿por qué no hacéis algo mejor? Pero yo he visto a montones de gente guardar como oro en paño el papelito. Como oro en paño. Y luego como prueba ante un juez para la inscripción en el registro civil. Eso sería fundamental, en términos de reparación: el registro civil donde figure que no estás vivo, sino que estás muerto. Todavía hoy hay 30.000 ó 40.000 ó 50.000 personas que siguen sin estar inscritas. No se sabe. Nosotros logramos cambiar la ley. En 2011, se modificó un articulo dando una opción nueva. Hasta entonces los únicos que podían inscribir un muerto eran un juez de oficio o por petición expresa de la familia biológica. Ahora hay una tercera opción: por petición formal del ayuntamiento donde vivía esa persona. Y ahora que el juez te diga que no. Pero no conozco ningún ayuntamiento que lo haya hecho, a pesar de que tienen acuerdos para hacerlo. ¿Cuánta gente me han pedido a mí la circular del ministerio de justicia? ¿Sabes a cuanta gente la he mandado yo? Todo lo que hay que hacer es tener un PDF, que le llegue al juez. El abogado del ayuntamiento se va al juez local del registro civil, con la circular del ministerio y el libro del investigador local. Y le pide: tramite usted, inscriba a estas personas que no aparecen. Y que diga el juez que no.
El problema es que esta gente controla todas las cuerdas del poder. Y el poder judicial es el poder judicial. Aquí quien manda son ellos. Los políticos lo dicen. Están todo el día así: siempre que la justicia lo diga, aquí el gobierno sugiere a la justicia las cosas que se pueden hacer y si la justicia lo considera oportuno esta sí vale. No te queda mas remedio que aceptar que esto está ocurriendo. Que todo depende de si el poder judicial dice o no dice.
Los restos de Franco y Queipo de Llano
Los dos personajes y otros muchos de la primera línea del Franquismo deberían tener el mismo tratamiento. Deberían sacarlos de dónde están y devolvérselos a sus familias. Y también hay que quitarles todos los cargos honoríficos de los que disponen. Vengo del Ayuntamiento de Huelva, donde le han quitado el título de hijo predilecto pero se les ha olvidado la medalla. Le he pedido a la Junta que haga una encuesta a ver cuantos ayuntamientos andaluces tienen aún en sus libros de honor a esta gente. Estoy seguro de que el 30% de los ayuntamientos pueden tenerlos.
https://www.publico.es/politica/memoria-publica-tendremos-escribamos-historia-pueblos-nombres.html