► Mirta Núñez asegura en las Jornadas de Memoria Histórica que el silencio impuesto por la dictadura perdura
► “El conocimiento histórico está en contra de ese imaginario franquista que es el rebaño feliz”, dijo ayer en Teruel la profesora de la Universidad Complutense de Madrid Mirta Núñez.
F. J. M. | Teruel | 1-5-2015
El conocimiento histórico está en contra de ese imaginario franquista que es el rebaño feliz”, dijo ayer en Teruel la profesora de la Universidad Complutense de Madrid Mirta Núñez. La directora de la única Cátedra de Memoria Histórica del siglo XX que hay en España participó en las XI Jornadas de Memoria Histórica organizadas por la Asociación Pozos de Caudé, donde habló de La utilidad de la represión franquista. Fines y medios, para dejar constancia de que el silencio que impuso la dictadura durante décadas todavía perdura.
Se podrá decir más alto, pero no tan claro, como ayer lo hizo Núñez al hablar de la represión franquista, para incidir durante su conferencia en que el único fascismo que subió al poder en Europa mediante el uso de la violencia sin el más mínimo respaldo en las urnas, diseñó una represión acorde con los fines del “golpe de estado” que dieron los alzados en armas: “crear un país sometido” dominado por el miedo y el silencio.
Un miedo y un silencio que anuló la memoria, porque ocultó la realidad histórica bajo mitos y mentiras, y perduró después de la guerra a lo largo de toda la dictadura.
Para hacer eso, la especialista en memoria histórica, autora de numerosos libros y trabajos científicos sobre la represión franquista, comentó que el franquismo había diseñado una estrategia basada en el “miedo, el silencio, la visibilidad y la ocultación y el empobrecimiento”.
Todo ello condujo a que durante el franquismo el régimen impusiera el silencio, incluso en el ámbito familiar. Algo que por desgracia sigue vigente y que es debido a cómo la dictadura marcó a los españoles. “Ni siquiera en la Transición mucha gente se atrevía a hablar”, comentó Núñez, quien reconoció que ese miedo durante la dictadura es comprensible por el “brutal” aparato “represor” que hubo. Una represión que se traduce en 130.000 asesinados, además de las miles de víctimas “en las cunetas cuyas cifras todavía no son finales, porque todavía hay miles de lugares donde fueron tirados y no se sabe el número exacto”.
Difamación
Núñez recordó que el propio régimen reconoció en 1939 la existencia de 280.000 presos políticos y 230.000 en 1940, si bien no los consideraba como tales porque una de las estrategias del franquismo fue la “difamación” de lo que consideraba sus enemigos. Dejó caer por eso sobre ellos el “manto de la criminalización, e incluso durante los primeros años los mezcla con los presos comunes”, cebándose especialmente en las mujeres, a las que trató de “prostitutas porque no aceptaban el nuevo modelo femenino”.
La ponente valoró la celebración de jornadas como las que organiza la Asociación Pozos de Caudé, ya que a su juicio el “conocimiento histórico es liberador”, sobre todo a quienes han sido obligadas a guardar silencio sin poder decir la verdad. “Conocimiento histórico que está presente en nuestros días y que explica el presente”, precisó la experta.
