Un cómic rescata a las mujeres invisibles del franquismo

► Ana Penyas reivindica en ‘Estamos todas bien’ la memoria de sus abuelas y de toda una generación eclipsada por la dictadura

► La joven ilustradora valenciana también publica ‘En transición’, una revisión crítica y a pie de calle, de la historia de España desde la República

EL PERIODICO EXTRENADURA | EFE | 7-3-2018

“Fueron niñas de la guerra civil. Muchas ni pudieron estudiar. Y como mujeres se comieron 40 años de dictadura y vivieron el rol que les tocó, de esposas, madres y amas de casa”. Habla Ana Penyas (València, 1987) de sus dos abuelas, hoy ancianas, y, por extensión, de tantas mujeres normales y corrientes que la sociedad franquista hizo invisibles y a las que la joven ilustradora rinde homenaje en su primer y brillante cómic, ‘Estamos todas bien’ (Premio Fnac-Salamandra Graphic).

Es un relato en el que también aparece la autora y que va saltando del presente al pasado de sus abuelas, de la vejez a la juventud y madurez, en un ejercicio de memoria personal y generacional y a la vez de memoria histórica. Una mirada que transmite además “un mensaje feminista”. “No pongo a mujeres que rompieron con todo y lucharon por sí mismas sino que salen lavando platos, trabajando, cuidando de los suyos… Lo hice desde la denuncia pero sin exaltación y sin politizar –señala-. Porque ahora que estamos en época de necesaria reivindicación feminista resulta obvio que hacía falta hablar de ellas, porque cuando se habla de esa época siempre se habla de hombres y desde su punto de vista”. 

Poco antes que Penyas, otros autores, hombres, han dado también visibilidad en premiados cómics a esta generación de mujeres de la dictadura a través de la experiencia familiar. Antonio Altarriba, en ‘El ala rota’, con el dibujante Kim, rescató a su madre (tras el Premio Nacional por ‘El arte de volar’, sobre su padre), y Jaime Martín, en ‘Jamás tendré 20 años’, a su abuela. 

El cómic no evita mostrar, sin embargo, la soledad y la enfermedad de la vejez y la “culpabilidad” de nietos e hijos por vivir sus vidas y no estar mucho por ellas. “Son viejas y no le interesan a nadie”, dice una de ellas. 

Penyas, que nunca pensó en hacer un cómic, ha construido un estilo propio que proviene de la ilustración. Basa su trabajo “en fotos e imágenes reales” y tiene una mirada fotográfica y documental que traslada a ‘Estamos todas bien’, cuyo germen surgió hace cuatro años en un trabajo de clase de cuatro páginas, que fue creciendo hasta que un amigo le animó a presentarlo al premio.  

La inquietud por la memoria histórica siempre ha estado ahí. Si hace un tiempo autoeditó el proyecto ‘Los días rojos de la memoria’, un trabajo de investigación en equipo basado en la vida del maquis Longinos Lozano, ahora acaba de publicar ‘En transición’, un “barrido crítico” en 15 ilustraciones desde la segunda República hasta hoy, desde “la mirada no oficial, la de la calle”.  

La idea se la propuso hace un par de años Alberto Haller, historiador y editor de la joven editorial valenciana de no ficción Barlin Libros, quien se encargó del guion y de las breves frases que contextualizan las escenas. 

 “El pacto del olvido del franquismo que impuso la Transición, idealizada y no tan modélica, cuyas consecuencias estamos pagando hoy de muchas maneras” es, señala Haller, el mensaje del álbum, que resume una ilustración brutal: un montón de esqueletos yacen bajo un conjunto de edificios en obras. “La sociedad actual está construida sobre las fosas –denuncia Penyas-. Es esperpéntico que sigan dando vueltas en el poder gente que viene de eso. Es un desastre cómo se trata la herencia franquista”.     

El atentado de las Ramblas
Por ello, ambos coinciden en la “necesidad de recordar de donde venimos y no olvidar el pasado para no tropezar de nuevo con la misma piedra”. Sin embargo, la ilustradora no ve el panorama actual “nada optimista”. De ahí, apunta su editor, “el final movilizador, no épico, que insta a seguir adelante, a entablar diálogo, que recoge la última viñeta”, la que más le costó a Penyas hasta que la desencalló en un viaje a Buenos Aires. Allí vio a las madres de la plaza de Mayo -“cómo sostienen la memoria”- y concluyó con una de ellas hablando en una asamblea vecinal, de movimiento social -“para mí, la política es eso”- en la que añadió el símbolo del abrazo del padre que perdió a su hijo de tres años en el atentado de las Ramblas de Barcelona con el imán de Rubí. 

La numerosa presencia de mujeres en las páginas de ‘En transición’ es muy consciente. “Mi mirada busca a las protagonistas -añade-. La sociedad es 50% mujeres y 50% hombres. Debería ser normal”.

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